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España en el EuroBasket 2017, la última medalla del pasado y ¿la primera del futuro?
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seis medallas en la última década

España en el EuroBasket 2017, la última medalla del pasado y ¿la primera del futuro?

La medalla en el EuroBasket 2017 no solo alarga el reinado de una generación irrepetible, sino que refuerza a las caras nuevas, que ha demostrado su nivel en un gran campeonato

Foto: Joan Sastre, Juancho Hernangómez y Pierre Oriola ganaron su primera medalla con la selección. (Reuters)
Joan Sastre, Juancho Hernangómez y Pierre Oriola ganaron su primera medalla con la selección. (Reuters)

A la selección española masculina le ha acompañado durante muchos años que pocos se han atrevido a contestar, asustados por la respuesta: y después de Pau Gasol, ¿qué? El año I después del mejor-jugador-de-la-historia-de-España aterraba y sigue aterrando. Sin él, no es una locura suponer que España habría sido todos estos años uno de los mejores equipos de Europa, habría ganado alguna medalla, puede que incluso algún oro. Pero con él ha construido un dominio comparable al de la URSS o Yugoslavia y ha competido contra Estados Unidos. El miedo al día después de su marcha está justificado. Nada volverá a ser lo que ha sido, pero la medalla en el recién terminado EuroBasket permite afrontar el mañana con más optimismo del que había hace no mucho.

Hace dos años, en una situación bastante similar a la de este verano (una selección con muchas bajas, varios jugadores nuevos y el pívot como líder absoluto), España se proclamó campeona de Europa a lomos de Gasol. La selección arrancó el campeonato muy mal e incluso estuvo cerca de irse para casa en la primera fase. Se salvó por los pelos y a partir de ahí se encargó Gasol de casi todo el trabajo con 30 puntos en octavos de final, 27 en cuartos, 40 en semifinales y 25 en la final.

Foto: Gasper Vidmar festeja el título europeo de Eslovenia. (EFE)

En este EuroBasket, en cambio, España no ha necesitado de una versión estratosférica del catalán para subirse al podio. El pívot ha estado muy bien (17,4 puntos, 7,8, 2,6 asistencias y 1,5 tapones de promedio), pero no a ese nivel. Tampoco ha hecho falta. La selección ha sido más coral que hace dos años en Lille, y de eso tienen bastante culpa los más jóvenes del equipo.

No hay mal que por bien no venga. La bajas, tanto las previstas (Rudy, Reyes, Claver) como las imprevistas (Mirotic, Llull), le han dado a ese grupo de jugadores la oportunidad de debutar en un campeonato internacional en unas condiciones de las que seguramente no habrían disfrutado en otras circunstancias. Sin ausencias, los mismos que han brillado en Cluj y Estambul saliendo desde el banquillo tendrían que haber sostenido al equipo en unos años sin la experiencia que ahora han adquirido.

Juancho Hernangómez, Joan Sastre y Pierre Oriola, tres debutantes, y Willy Hernangómez y Guillem Vives, que ya habían jugado con la selección (como Álex Abrines, que sigue sin caer con buen pie en la selección), han demostrado que España tiene futuro. Sergio Scariolo no los convocó para completar el 'roster', sino que han sido jugadores muy importantes. El seleccionador les pidió un paso al frente y ellos respondieron. El tapón de Juancho a Bogdanovic en el duelo de la primera fase contra Croacia o la defensa de Sastre a Schröder en cuartos de final son solo dos ejemplos. La aportación de la 'second unit' (segunda unidad) ha sido la mejor oposición para convertirse en la 'first unit' cuando la selección lo requiera.

placeholder Juan Carlos Navarro se despidió de la selección la medalla de bronce en el EuroBasket. (EFE)
Juan Carlos Navarro se despidió de la selección la medalla de bronce en el EuroBasket. (EFE)

Es un paso más en la renovación del equipo, un proceso constante que no tiene principio y tampoco final. En la última década, España ha jugado cinco finales europeas. En la primera, la jugada en Madrid en el año 2007, ya estaban Marc Gasol y Sergio Rodriguez, a los que aún les queda algún torneo con la selección. En la de 2009 aparecieron Ricky Rubio y Sergio Llull, lesionado este verano en la preparación. Hace dos años ya estaban Willy y Vives...

No todo ha sido positivo. España también tiene defectos importantes, como se comprobó en la semfinal contra Eslovenia. En ese partido, más allá del altísimo nivel del rival, a la selección le pasó por encima un tipo de baloncesto más moderno: ritmo alto, cuatro jugadores abiertos, muchos tiradores... España lo fio casi todo a la superioridad de los hermanos Gasol en la pintura, y cuando eso falló no tuvo respuesta. Necesita tiradores. Turquía lo avisó y Eslovenia lo explotó mejor que nadie conducida por Luka Doncic y Goran Dragic en el parqué e Igor Kokoskov en el banquillo. El técnico serbio, casi un desconocido en Europa por haber desarrollado gran parte de su carrera en Estados Unidos, es el gran triunfador del campeonato a nivel individual.

La medalla de Estambul vale como prueba de que la selección masculina tiene futuro, justo cuando el pasado da sus últimos coletazos. Este EuroBasket ha sido el último de Juan Carlos Navarro, que dice adiós con 253 partidos y 10 medallas. Con su retirada quedarán dos representantes de los Júniors de Oro que no hayan renunciado: Felipe Reyes y Pau Gasol.

Reyes tiene la misma edad y ha renovado dos años con el Real Madrid (Gasol lo ha hecho tres con los Spurs). No ha estado este verano, pero de momento no ha anunciado su retirada de la selección. Y Gasol no se ha cansado de repetir, la última vez este lunes en una entrevista en 'El País', que quiere alargar su carrera, por lo que no hay que descartar verlo en el campeonato de Europa de 2019 o en los Juegos Olímpicos de Tokio del año siguiente. Para entonces, los jóvenes ya no serán tan jóvenes y él no será tan importante. O no. Con Gasol nunca no se puede descartar nada.

A la selección española masculina le ha acompañado durante muchos años que pocos se han atrevido a contestar, asustados por la respuesta: y después de Pau Gasol, ¿qué? El año I después del mejor-jugador-de-la-historia-de-España aterraba y sigue aterrando. Sin él, no es una locura suponer que España habría sido todos estos años uno de los mejores equipos de Europa, habría ganado alguna medalla, puede que incluso algún oro. Pero con él ha construido un dominio comparable al de la URSS o Yugoslavia y ha competido contra Estados Unidos. El miedo al día después de su marcha está justificado. Nada volverá a ser lo que ha sido, pero la medalla en el recién terminado EuroBasket permite afrontar el mañana con más optimismo del que había hace no mucho.

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