La ÑBA, a evitar el sonrojo de ser 'echados' por Finlandia

Es muy recurrente en el argot deportivo aquello de ‘partido a vida o muerte’, pero en el caso del duelo que mide esta tarde en el Tivoli Arena a España con Finlandia ninguna expresión puede ser más fiel a la realidad que ésta. Los pupilos de Juan Antonio Orenga, tras el tropiezo en el primer duelo de esta segunda fase ante Grecia, están obligados a ganar si no quieren verse con pie y medio fuera del Eurobasket. Enfrente un rival a priori asequible, Finlandia, pero que se convirtió en la gran revelación del inicio de campeonato y que puede pagar todos esos resquemores que los españoles llevan dentro desde que la selección helena les hiciera morder el polvo. Caer contra los escandinavos sería firmar una de las páginas más negras de la historia reciente del baloncesto español.

Y es que la actual campeona continental está obligada a generar optimismo de inmediato si no quiere que las críticas recibidas tras la derrota de Grecia se multipliquen exponencialmente. Cuestionadas las decisiones del seleccionador en ciertos momentos del partido del pasado jueves, como no retirar a Marc Gasol cuando éste cometió su segunda falta personal en el primer cuarto o la ausencia de Calderón en el momento decisivo del choque, y señalados algunos jugadores por su bajo rendimiento, el equipo tiene ganas de sacar la rabia y esa raza de campeones que les caracteriza. Al fin y al cabo, esta generación de jugadores (la mayoría de ellos) son campeones de Europa, subcampeones olímpicos y algunos hasta campeones del mundo, por lo que tienen intención de reivindicarse una vez más y llegar lo más lejos posible en Eslovenia.

Precisamente no es la primera vez que la Ñba comienza un campeonato de este tipo con algunas dudas en su entorno y, sin embargo, termina tocando la gloria (o casi). Remontémonos al pasado verano, en los Juegos Olímpicos de Londres. La Selección, entonces dirigida por Sergio Scariolo, finalizó la primera fase del torneo con dos derrotas (ante Rusia y Brasil) y quedó tercera de grupo, evitando eso sí un posible cruce con Estados Unidos hasta la final. El desenlace de esta historia no creo que se le haya borrado de laretinaa ningúngranaficionadoal baloncesto en nuestro país. Sucesivas victorias ante Francia y Rusia para disputar una de las mejores finales de los historia de unos JJOO ante el ‘Dream Team’ americano. También entonces se dudó del futuro del combinado nacional. Que si había jugadores de avanzada edad, que si el entrenador se equivocaba también en la toma de decisiones… El caso es que el talento de estos jugadores borró de un plumazo todo lo que se había escrito y/o dicho durante algunos días. Apenas una semana después todo eran elogios hacia una generación que nos ha hecho disfrutar como nunca. Y es que en este país somos mucho de hablar antes de tiempo, qué le vamos a hacer, es genético…

La actitud en el seno del equipo de Orenga es exactamente la misma que hace trece meses. Confían ciegamente en sus posibilidades, saben que pueden ganar a finlandeses e italianos y plantarse en los cuartos de final. A partir de ahí, una lucha titánica por las medallas y por la histórica hazaña de lograr el triplete, esos tres títulos consecutivos que tan sólo han logrado las antiguas URSS y Yugoslavia. Dada la experiencia y los dos escarmientos ante Eslovenia y Grecia, los jugadores españoles sólo piensan en el partido de hoy, ganar y pensar en el siguiente. Nada más. Es un tópico, pero en esta ocasión también una realidad incontestable.

Marc y Rudy necesitan ayuda

Y para ello, España requiereque aparezcan algunos de los grandes talentos ciertamente apagados en lo que llevamos de campeonato. Se echa de menos la extraordinaria dirección de Calderón, la energía de Sergio Llull o la magia de Sergio Rodríguez. Ellos, junto al buen campeonato que están realizando Marc Gasol y Rudy Fernández, son material suficiente para derrotar a cualquiera. Dejémonos de expresiones políticamente correctas, tenemos los tres mejores bases del campeonato (junto a Tony Parker), uno de los mejores anotadores y el pívot más desequilibrante. ¿Se puede pedir más? Pues sí, un correcto engranaje de todo eso y que nos lleve a recobrar la ilusión.

Quizá, el aficionado de nuestro país se ha malacostumbrado con esta Selección. Verano tras verano y éxito tras éxito nos han llevado a exigirles lo máximo en cada ocasión, y ellos son conscientes. Pero también lo son en cuanto al apoyo y el seguimiento que están teniendo. Esta España campeona arrastra a un gran número de público que acude a los pabellones o se pega al televisor para seguir sus evoluciones. Hoy no va a ser menos, la Ñba tendrá tras de sí a todo un país que sigue soñando con volver a sentarse en el trono del baloncesto europeo.