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El Real Madrid contiene el vendaval culé y se lleva con justicia la Copa del Rey (96-85)
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El Real Madrid contiene el vendaval culé y se lleva con justicia la Copa del Rey (96-85)

Un Clásico donde los de Chus Mateo salieron como campeones. Seis jugadores blancos superan los dobles dígitos en anotación y dejan en nada el gran partido de Jabari Parker

Foto: Tavares, defendido por Willy Hernangómez. (EFE/Daniel Pérez)
Tavares, defendido por Willy Hernangómez. (EFE/Daniel Pérez)

El Real Madrid vuelve a reinar en el torneo del KO tras vencer al FC Barcelona (96-85). No ganaba la Copa del Rey el club desde el año 2020, siendo derrotado por los culés en las dos veces que ha llegado a la final desde entonces, en 2021 y 2022. Y es que los dos grandes del baloncesto nacional han impuesto su tiranía en los torneos del KO de la contemporaneidad. Como en el turnismo de Cánovas y Sagasta, blancos y azulgranas se han bebido todas las copas desde 2008: solo el gran Unicaja de Ibón Navarro pudo acabar con esta dictadura compartida en la edición del año pasado, al levantar el trofeo en Badalona. Es más: de las últimas quince ediciones, en 10 veces se ha repetido la final.

Fue un partido igualado hasta el final del tercer cuarto, cuando la dupla argentina —Deck y Campazzo— y la francesa —Poirier y Yabusele— empezaron a imponer su dominio sobre un FC Barcelona en el que solo aguantaba conectado Jabari Parker, que acabó como máximo anotador de la final. Fue un excelso partido, y el paso adelante en defensa de los de Chus Mateo resultó clave en la parte final del encuentro. Contuvo con madurez a los de Sergi Grimau, que bajaron de los cien puntos por vez primera en el torneo.

Partidazo desde el inicio

El vaivén en el marcador fue una constante desde el minuto uno. Arrancó con una excepcional canasta de Jabari Parker, uno de los grandes atractivos de la temporada. Diez años atrás, mientras estudiaba la obra cinematográfica de Spike Lee en Duke, soñaba con la noche grande del Draft, en que acabó siendo elegido en segundo lugar, por delante de Joel Embiid o Nikola Jokic. Una década después, tras dos gravísimas lesiones de ligamento cruzado, trata de volver a la senda del gran baloncesto a 7.000 kilómetros de su Chicago natal, en una Barcelona en la que ha caído de pie. Está haciendo una buena temporada, y fue un quebradero de cabeza constante para los de Chus Mateo.

La canasta inicial la contrarrestó con grandeza el Real Madrid, con buenas acciones ofensivas de Dzanan Musa y Facundo Campazzo y el dominio en la pintura atrás de la torre Tavares, que intimidó con dos enormes tapones nada más empezar. Pero tampoco el Barça se amilanó e impidió que se marchase el eterno rival, con buenas acciones de Tomas Satoranski y Rokas Jokubaitis. El lituano, que alcanzó los siete puntos en un suspiro, hizo recordar su actuación en la final de Granada 2022, donde fue decisivo para que lo otrora entrenados por Šarūnas Jasikevičius se llevasen la Copa ante el Real Madrid (59-64), en la última final disputada entre ambos. La igualdad era total, y los primeros 10 minutos el marcador lo reflejaba: 19-19.

placeholder Parker, estrella sin premio. (EFE)
Parker, estrella sin premio. (EFE)

La tónica no cambió en el segundo cuarto, pero sí lo hicieron los protagonistas. Mario Hezonja se fue al descanso con 12 puntos, pese a jugar solo los siete minutos finales; y en el equipo dirigido por Sergi Grimau se hacía notar la buena mano desde la línea de tres, con un porcentaje superior al cincuenta por ciento de aciertos al descanso, y con Nico Laprovittola entonado.

De hecho, la última acción del encuentro en su primera mitad fue un triple sobre la bocina del serbio Nikola Kalinic, que destacó más en defensa que en ataque. 43-45 para el FC Barcelona en la final.

Continúa la igualdad tras el paso por el vestuario

Quizá llamado a ser un más que correcto secundario, no se esperaba la enorme irrupción del checo Jan Vesely en el inicio de la segunda mitad, y se fue al banco con 10 puntos y cuatro rebotes, casi todos logrados en estos minutos. Grimau le dio descanso y sacó a Willy Hernangómez. El canterano blanco no tuvo su mejor día en la oficina contra su exequipo. Pese al arreón, los de Mateo no se desconectaban. Especialmente eléctrico parecía Gaby Deck, volviendo a ser decisivo en el torneo. Al igual que su compatriota Campazzo, la tortuga superaba la barrera de los 10 puntos en el ecuador del cuarto. La alternancia en el electrónico era constante, ningún equipo se iba por más de cinco puntos, y el marcador volvía a ser un fidedigno retrato de la igualada cuando concluyó el tercer parcial: 66-63 para el Real Madrid.

La dupla francesa, Yabusele-Poirier, estiraron a cinco puntos la distancia blanca con un triple y un mate, respectivamente, pero Brizuela respondió con otro lanzamiento lejanísimo para apagar el fuego. Mucho se espera de la mamba vasca en Barcelona. Hace tan solo un año, en la edición de 2023 en Badalona, Darío destruyó a su actual equipo con una actuación bestial cuando jugaba en Unicaja. Es difícil repetir semejante actuación, pero parecía echarse el equipo a las espaldas en los momentos difíciles. Uno de estos momentos fue el inicio del último cuarto, con un parcial de nueve a dos que llevó el partido a un 77-68, la mayor distancia en el partido. Dos triples de Yabusele, que alcanzaba los doce puntos, fueron clave.

El momento de la verdad

Con mucho esfuerzo, el FC Barcelona empezó a reducir la distancia, con un genial Satoranski. El de Praga alcanzó los doce puntos tras una acción sensacional, pero la expulsión de su compatriota Vesely por cinco faltas fue un palo ya insuperable para los de Grimau. Para colmo, Poirier dio la puntilla con dos grandes acciones seguidas en ataque. A dos minutos del final sus cifras eran impresionantes: 17 puntos y seis rebotes.

placeholder Campazzo defendiendo. (EFE/Daniel Pérez)
Campazzo defendiendo. (EFE/Daniel Pérez)

Quedaban 111 segundos cuando el Real Madrid, por primera vez, distanciaba a su rival en 10 puntos o más. Fue el momento en que bajó los brazos el FC Barcelona, que observa con impotencia como, al igual que cuatro años, el enemigo histórico le vencía en el partido decisivo y en el mismo escenario: Málaga. El cuadro catalán se queda en los 27 triunfos en Copa, mientras que los capitalinos aumentan la distancia y logran su vigésimo noveno entorchado. El marcador final fue 96-85, y tuvo a Facundo Campazzo como máximo anotador blanco, con 18 puntos, aunque no se pueden despreciar los 17 de Poirier, los 15 de Musa y Yabusele y los 13 de Deck.

El Real Madrid vuelve a reinar en el torneo del KO tras vencer al FC Barcelona (96-85). No ganaba la Copa del Rey el club desde el año 2020, siendo derrotado por los culés en las dos veces que ha llegado a la final desde entonces, en 2021 y 2022. Y es que los dos grandes del baloncesto nacional han impuesto su tiranía en los torneos del KO de la contemporaneidad. Como en el turnismo de Cánovas y Sagasta, blancos y azulgranas se han bebido todas las copas desde 2008: solo el gran Unicaja de Ibón Navarro pudo acabar con esta dictadura compartida en la edición del año pasado, al levantar el trofeo en Badalona. Es más: de las últimas quince ediciones, en 10 veces se ha repetido la final.

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