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Liz Cambage, la villana que deja a España sin jugar la final de su Mundial
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australia venció a españa por 66-72

Liz Cambage, la villana que deja a España sin jugar la final de su Mundial

España se quedó a las puertas de la final del Mundial tras perder ante Australia, liderada por Liz Cambage. La pívot australiana fue demasiado para la Selección española

Foto: Liz Cambage estuvo a un nivel inalcanzable para las jugadoras españolas. (EFE)
Liz Cambage estuvo a un nivel inalcanzable para las jugadoras españolas. (EFE)

Los aficionados que llenaban este sábado el Santiago Martín de La Laguna para ver la semifinal de la Copa del Mundo femenina entre España y Australia debieron sentir lo mismo que los que hace tres años abarrotaron el Stade Pierre-Mauroy durante el España-Francia de cuartos de final del EuroBasket masculino. En ambos casos observaron a un coloso venido de fuera acabando con la ilusión de ver a su equipo triunfar en casa. Entonces los españoles apoyaban al verdugo, Pau Gasol; ahora eran las víctimas de Liz Cambage. Antes del partido parecía imparable. Y lo fue: 33 puntos, 15 rebotes y 4 tapones para liderar la victoria australiana por 66-72.

"Australia es un equipo más normal cuando no está Cambage", dijo Lucas Mondelo tras el partido. Normal en este caso es sinónimo de asequible. En los 30'51'' que estuvo en pista, el parcial fue favorable a Australia por 65-47. En los 9'09'' que vio desde el banquillo, España se impuso por 19-7. Con Cambage, el partido fue uno. Sin ella, otro muy diferente. "Ha metido 33 puntos en 30 minutos. Ha estado metiendo casi los mismos jugando 24. Pero es que ella puede hacer lo que quiera en la pista", admitió el seleccionador, que a pesar de eso negó que el rendimiento de la pívot fuera el motivo de la derrota. Quizá tenga razón. España no perdió solo por Cambage, pero perdió sobre todo por ella.

Una jugadora como Cambage es decisiva no solo por lo que produce, sino por los problemas que genera en el rival. Lo condiciona todo en ataque y en defensa. Intentar pararla le pasó factura España. "Nos ha penalizado mucho, hemos hecho muchas faltas por intentar pararla y eso ha hecho que en los minutos finales no tuviéramos referentes interiores", dijo Laia Palau. Quedaban 13 minutos para el final y las tres pívots más utilizadas por Mondelo (Ndour, Nicholls y Gil) ya tenían cuatro faltas. "Como buena cántabra no hay que tener miedo", había dicho el viernes Laura Nicholls. No lo tuvo. En la primera jugada del partido le sacó una falta en ataque a Cambage, pero a partir de ahí poco pudo hacer. La australiana anotó 11 de sus 16 lanzamientos.

"Son ganables", dijo la semifinal Palau, que lamentó haber perdido una oportunidad. España lo hizo en la preparación, aunque en aquel partido no jugó Cambage. Con ella no estuvo lejos de volver a hacerlo. Reaccionó en el primer tiempo y se fue por delante al descanso. Y aumentó su ventaja hasta los ocho puntos al final del tercer cuarto (58-50) aprovechando la ausencia de la pívot, en el banquillo tras recibir su tercera falta. Pero todo cambió en el último cuarto. Ndour fue eliminada a 6:35 del final, justo después de meter un triple que puso a España por delante por penúltima vez. Era el tercer triple sin fallo de la pívot, que fue la máxima anotora de la Selección con 17 puntos. Tras su eliminación, a España se le hizo de noche. El parcial en esos seis minutos y medio fue de 13-5 favorable a Australia.

Cambage jugó dos partidos. Uno contra la Selección y otro contra la grada, lo que le costó una técnica a seis minutos del final, con el partido empatado a 61. La australiana no se calla. No lo hace fuera de la pista para criticar problemas tan importantes como el racismo o las diferencias salariales con el baloncesto masculino y no lo hace dentro. Lo que hizo ante España no fue una excepción. Esta temporada, en la WNBA, se quedó a un paso de la suspensión por acumulación de técnicas.

"Estas cosas son las que me ayudan. Me gustan", dijo tras el partido, después de citar un verso de la canción 'Power' ("screams from the haters, got a nice ring to it") del rapero Kanye West que hace referencia justo a eso: los gritos de sus 'haters' no solo no le afectan, sino que son su combustible. Cuanto más gritaban los aficionados, más se motivaba. Cambage, desafiante, soberbia, alimentaba esa animadversión con sus gestos: sacaba la lengua, se tocaba la oreja, se señalaba la camiseta, reía, protestaba...

A Mondelo no le gustó. "Es una enorme jugadora, la más determinante del campeonato. Lo que pasa que hay algunas cosas... Lo que pasa en la pista se queda en la pista. El problema es que lo que ha hecho con el público es una falta de respeto y se lo han permitido", se quejó el seleccionador, que sin criticar de forma directa a los árbitros sí los señaló. "No hemos perdido por Cambage, hemos perdido por otras razones que son obvias para todo el mundo que haya visto el partido", dijo de manera críptica. Seguramente hablaba de la diferencia en el número de tiros libres y faltas, muchas provocadas por Cambage.

placeholder España tendrá la oportunidad de ganar el bronce, su sexta medalla seguida. (EFE)
España tendrá la oportunidad de ganar el bronce, su sexta medalla seguida. (EFE)

"Respeto mucho a España. Me encanta esta ciudad, me encanta esta isla y me encanta este país", dijo la australiana tras el partido. Nos buscaba una reconciliación porque lo de antes no había sido un enfrentamiento real, solo una representación en la que ella era una villana perfecta. Puro espectáculo, casi tanto como sus canastas. En eso es una jugadora única.

Además de la actitud de los protagonistas, hay otra diferencia entre el partido del EuroBasket 2015 y el de este sábado. Aquella actuación de Gasol apartó a Francia de las medallas y la de Cambage ha sido en semifinales. El golpe es duro, pero España aún puede subir al podio si gana este domingo a Bélgica, que perdió en la otra semifinal ante Estados Unidos y que ya le ganó en la primera fase.

Los aficionados que llenaban este sábado el Santiago Martín de La Laguna para ver la semifinal de la Copa del Mundo femenina entre España y Australia debieron sentir lo mismo que los que hace tres años abarrotaron el Stade Pierre-Mauroy durante el España-Francia de cuartos de final del EuroBasket masculino. En ambos casos observaron a un coloso venido de fuera acabando con la ilusión de ver a su equipo triunfar en casa. Entonces los españoles apoyaban al verdugo, Pau Gasol; ahora eran las víctimas de Liz Cambage. Antes del partido parecía imparable. Y lo fue: 33 puntos, 15 rebotes y 4 tapones para liderar la victoria australiana por 66-72.

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