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La "genialidad" de Laporta: nadie sabe qué es el "madridismo sociológico", pero todo el mundo utiliza el término
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"DURARÁ MENOS QUE EL NEGRO DE WHATSAPP"

La "genialidad" de Laporta: nadie sabe qué es el "madridismo sociológico", pero todo el mundo utiliza el término

El presidente barcelonista ha aprendido la lección de George Lakoff y Erving Goffman: basta con acuñar un buen concepto para que todos hablen de él, aunque no puedan definirlo

Foto: Laporta, en la Asamblea Extraordinaria de LaLiga en Madrid. (Foto: Europa Press)
Laporta, en la Asamblea Extraordinaria de LaLiga en Madrid. (Foto: Europa Press)

Durante la última semana, todo ha sido madridismo sociológico. ¿Críticas a Neymar por sus bicicletas y defensa de Vinícius Jr.? Madridismo sociológico. ¿Las portadas de Marca y As? Madridismo sociológico. ¿Los audios de Florentino? Madridismo sociológico. ¿Gil Manzano arbitrando el Clásico? Madridismo sociológico. ¿El supuesto penalti no pitado en el partido contra el Sevilla? Madridismo sociológico.

Desde que el pasado sábado 21 de octubre Joan Laporta abriese la Asamblea de Compromisarios hablando de "madridismo sociológico", el término ha irrumpido con fuerza en el lenguaje de los aficionados. Tanto de los culés, como de los detractores del Real Madrid, como de los propios madridistas que se han apropiado del término de forma irónica.

De repente, todo es susceptible de calificarse de "madridismo sociológico". "Cuando viajas a Madrid, te das cuenta de que hay un madridismo sociológico que impregna todos los organismos de poder del país", dijo el presidente del F.C. Barcelona ante los suyos. "A ese madridismo sociológico ya lo vencimos cuando ganamos y fuimos queridos y admirados. Eso provocó que no lo pasaran bien. Imaginad cómo se sienten ahora cuando nos creían adormecidos y ven que ahora el presidente de esa etapa gloriosa ha vuelto con Xavi Hernández".

Todo el mundo sabe qué es el madridismo sociológico, pero nadie es capaz de definirlo cuando se le pregunta. Por ejemplo, Alejandro Quiroga, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y autor de Goles y banderas. Fútbol e identidades nacionales en España (Marcial Pons), responde que "ni yo ni nadie sabe muy bien qué es eso". Un término indefinido que no da nombres ni apellidos y que por lo tanto puede aplicarse a cualquiera. Para el antropólogo Alberto del Campo, catedrático de antropología de la Universidad de Sevilla y autor de El gran teatro del fútbol (La Esfera de los Libros), el éxito del término proviene de que "puede significar lo que cada cual quiera".

"Es una estrategia bien pensada: tenemos que inventarnos un término que cale"

Rafa Cabeleira, autor de Alienación indebida (Círculo de Tiza), escribía en El País que el problema con el término era tener que explicarlo, como un chiste malo. Cuando se le pregunta cómo lo definiría, se queda en blanco. Es imposible, aunque sabe bien qué significa, y considera que es una genialidad para distraer la atención. Como añade el historiador Ángel Iturriaga, profesor de la UNIR y autor de El estilo del Barça. La evolución táctica del juego del FC Barcelona (Edicions 62), "todo concepto abstracto es difícil de desentrañar y creo que podría haber tantas definiciones como personas que lo intenten".

Adrian Vogel, socio madridista desde hace décadas años y autor del ensayo Bikinis, fútbol y rock & roll: crónica pop bajo el franquismo sociológico (1950-1977) (Foca), lo tiene mucho más claro: "Madriditis, una enfermedad que muchos padecen". Para él, es una de esas frases afortunadas que de repente calan, aunque no se corresponden con la realidad. "Como ‘que te vote Txapote’, salvando las distancias".

No pienses en un elefante (blau)

Si el lenguaje crea realidades, hay que reconocer que Laporta ha creado una realidad para calentar el Clásico de este sábado. Como si fuese un pupilo de los sociólogos Erving Goffman y George Lakoff, ha diseñado un marco que ha desviado la atención del caso Negreira para devolverlo a la penetración de madridistas en el poder político, mediático y deportivo. "Goffman dice que las personas no somos capaces de interpretar la realidad en varios marcos, sino en uno solo, así que lo importante es imponer el tuyo", señala Del Campo.

Laporta lo ha conseguido con esas dos palabras, "madridismo sociológico", que para el antropólogo no son una ocurrencia casual, sino un concepto al que se le ha dedicado tiempo y esfuerzo por parte del equipo del presidente. Un síntoma es que lo repitiese una y otra vez durante su intervención: la misma estrategia que utilizan los políticos para conseguir que una idea cale. "Da la sensación de que es una estrategia muy pensada que habían hablado entre ellos: tenemos que crear un concepto que cale y que desvíe la atención", explica el antropólogo.

"Joan Laporta tiene en su círculo cercano a personas vinculadas a la historia y la sociología y creo que se ha apoyado en ellas para crear este término, que ha conseguido que se convierta en primera noticia en tertulias y medios escritos", coincide Iturriaga, que accedió al entorno del president para su tesis doctoral El poder político y social en la historia del Fútbol Club Barcelona (1899-2015). "Me parece, desde el lado barcelonista, un hallazgo muy oportuno por el momento concreto en que ha salido a la luz". Entre los nombres propios a quienes se les puede haber ocurrido el término, Cabeleira sugiere el de Jordi Finestres, periodista del gabinete de presidencia del F.C. Barcelona y que ya había trabajado como asesor de Carles Puigdemont.

placeholder George Lakoff explicó cómo los conceptos ayudan a entender la realidad. (CC/Kris Krüg)
George Lakoff explicó cómo los conceptos ayudan a entender la realidad. (CC/Kris Krüg)

Entre las claves del éxito del término, para Del Campo, se encuentran su polisemia, su ambigüedad y su novedad, "que te permite hablar de lo mismo de siempre pero que parezca nuevo". Además, suena lejanamente académico, lo que le da una pátina de respetabilidad. "Es un término con un halo científico lo suficientemente contundente para que la gente hable de ello", explica Del Campo. "Contiene un término que goza de prestigio: la sociología. No es una impresión, no es una vaguedad, es algo académico que está demostrado".

Sin embargo, la sociología nunca utilizaría un término como "madridismo sociológico", añade. "Es imposible, porque es excesivamente plano, es como decir que Andalucía es sociológicamente de izquierdas, son conceptos que se usan mucho en la calle pero que nunca se nos ocurriría utilizar en la academia porque no son términos científicos".

Franquismo sin nombrar a Franco

La clave se encuentra en evocar el concepto de "franquismo sociológico", que se ha utilizado desde los años noventa para referirse a la pervivencia de ciertos rasgos ideológicos, políticos y de costumbres de la época franquista tras el final de la dictadura, sin tener que recurrir al término "franquismo", ya caduco.

"Ahora mismo no tendría sentido aludir al franquismo porque es un término obsoleto que a los jóvenes no les resuena, así que aludes a lo mismo con un concepto renovado", recuerda Del Campo. "Parece que es nuevo, pero estás hablando de lo de siempre". El antropólogo recuerda que, aunque parezca que la rivalidad entre Real Madrid y F.C. Barcelona y las acusaciones de favoritismo hacia el primero parezcan remontarse al franquismo, es una dinámica que se ha repetido desde los años diez del siglo pasado.

"Franquismo sociológico" es un término generalmente relacionado con uno de los grandes pensadores de la esfera barcelonista, el escritor Manuel Vázquez Montalbán. El novelista contribuyó a apuntalar gran parte de la imagen moderna del F.C. Barcelona, "més que un club", gracias a artículos como "Barça! Barça! Barça!", publicado en 1969. El término, no obstante, probablemente fuese acuñado por el recientemente fallecido sociólogo Amando de Miguel o, incluso, por el presidente del CIS José Félix Tezanos, como sugiere Iturriaga.

Para Quiroga, "madridismo sociológico" es una actualización en el siglo XXI del viejo concepto de "equipo del régimen", que la cúpula barcelonista ya había utilizado en los vídeos publicados en abril de este año. Una expresión del "populismo conservador" que hoy funciona bien, negando la realidad y victimizándose.

De lo que se deduce de las palabras de Laporta, "franquismo sociológico" y "madridismo sociológico" no pueden ser términos equivalentes. Más bien, el "madridismo sociológico" equivaldría a un "madridismo político-empresarial" que se reflejaría en las relaciones entre élites que se establecen en el palco del Santiago Bernabéu y que también incluiría la presencia de madridistas en medios de comunicación, organismos públicos y políticos, como recogía un vídeo de El Golazo de Gol que citaba a Rajoy, Aznar, Isabel Díaz Ayuso, al Rey Juan Carlos, el Ibex 35 o los poderes mediáticos como Nacho Peña, Siro López, Tomás Roncero, Eduardo Inda, Javier Tebas o Rafael Nadal como ejemplos de ese madridismo sociológico. En definitiva, casi cualquiera.

El madridismo sociológico existe en la misma medida que el barcelonismo sociológico

"Es holístico, porque implica que está por todas partes", añade Del Campo. "En los medios, en la política, en los árbitros, etc., porque es lo suficientemente impreciso y parece que tiene el respaldo de lo científico, de lo que está demostrado. No es 'madridismo imperante' o 'madridismo hegemónico'". Lo importante es adelantarse el enemigo, concluye. El timing y la expresión han permitido desviar la atención del asunto Negreira en un momento clave.

La ironía es que el madridismo sociológico existe en la medida en que también existe un barcelonismo sociológico, que para Quiroga permea en la sociedad catalana mucho más que el madridismo en la madrileña, ya que el F.C. Barcelona tiene menos competencia en Cataluña que el Real Madrid en la capital. "Tengo la sensación de que el Barcelona es mucho más hegemónico en Barcelona y Cataluña que el Real Madrid en Madrid", valora el historiador.

Cuando el Barcelona ganó el relato

En su intervención, Laporta hizo referencia a su primera presidencia, entre 2003 y 2010. El "mejor Barcelona de la historia" que ganó dos Champions League y el sextete de la primera temporada de Guardiola. Una época en la que no solo se alzaron por encima del Real Madrid, sino que también fueron "queridos y admirados", en palabras del presidente. La época en la que el Barcelona tenía el control de un relato que hoy ha perdido.

placeholder Laporta y Xavi. (EFE/Quique García)
Laporta y Xavi. (EFE/Quique García)

"Hubo una serie de años en los que el Barcelona fue más hábil", valora Del Campo. "A Florentino no se le escapa una, pero fue torpe porque se confió con lo de que son el Real Madrid, el Bernabéu y Di Stéfano, y no supieron jugar sus bazas". Los años dorados que Laporta intenta evocar en su intervención sobre el madridismo sociológico. "La batalla del relato la han ganado, les ha ido de maravilla", coincide Vogel.

"Nunca he visto tanta animadversión hacia el Real Madrid o el Barcelona como ahora", concluye Del Campo, veterano seguidor del Betis, y que está preparando una historia sobre el club sevillano. Él mismo ha comprobado en las gradas del Benito Villamarín cómo ese supuesto madridismo sociológico que permeaba a toda la sociedad en décadas anteriores se ha extinguido en favor de "una auténtica inquina producida por el hastío que generan Real Madrid y Barcelona".

La gran pregunta es hasta cuándo calará el término, si seguirá utilizándose en redes o pasará de moda. El antropólogo no las tiene todas consigo, a pesar de reconocer su brillantez. "Será fugaz, como todo lo que viraliza en nuestra sociedad, pero al menos le permitirá meter presión a los árbitros y a los medios de comunicación durante unas semanas", concluye. "Durará menos que el negro de Whatsapp".

Durante la última semana, todo ha sido madridismo sociológico. ¿Críticas a Neymar por sus bicicletas y defensa de Vinícius Jr.? Madridismo sociológico. ¿Las portadas de Marca y As? Madridismo sociológico. ¿Los audios de Florentino? Madridismo sociológico. ¿Gil Manzano arbitrando el Clásico? Madridismo sociológico. ¿El supuesto penalti no pitado en el partido contra el Sevilla? Madridismo sociológico.

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