Mbappé, el supervillano que planea destruir el fútbol tal y como lo conocemos

No va a pasar muchas veces en la historia que un futbolista marque tres goles (y además convierta su lanzamiento en la tanda de penaltis) y pierda una final. No es normal. Como tampoco es común lo que hizo Kylian Mbappé sobre el césped de Qatar en el partido más trascendental del año. El jugador del PSG igualó los goles de Pelé en la Copa del Mundo... en su segundo Mundial. Con 23 años. Nadie marcaba un hat-trick en una final de Copa del Mundo desde Geoff Hurst en 1966. Fue el preludio perfecto para un jugador que ha roto el fútbol y que amenaza con convertirse en el mejor villano de este deporte... desde José Mourinho. El fútbol crea relatos y destruye narrativas y en él, Mbappé está dispuesto a ocupar un papel protagonista en los próximos años... como el malvado de la película.

El delantero francés tuvo un partido errático, discreto y marcado por la ausencia de jugadas destacables hasta el minuto 79, donde estuvo a punto de arrebatarle el único trofeo que le estaba al mejor jugador de la historia de este deporte con una crudeza brutal. Una máquina cínica y sin sentimientos que activó su mecanismo destructivo en el tramo final del partido para dejar a Messi sin su mayor sueño. Fue el mejor jugador de la prórroga, donde sirvió un gol en bandeja, sembró el pánico en la zaga albiceleste y no marcó de milagro tras dejar desparramados a tres defensas. El antagonista ideal.

El Mundial de Qatar de Kylian Mbappé fue mucho menos impactante que su puesta en escena de 2018, donde trituró a todos los rivales con velocidad supersónica, determinación inusual y potencial infernal. Y, sin embargo... acabó como máximo goleador de la cita qatarí con ocho tantos y entra en todos los XI ideales del torneo. No necesita entrar en contacto con la pelota de forma continua ni enlazar jugadas peligrosas para volar los partidos por los aires. En el encuentro más decisivo, Mbappé fue el líder de Francia por encima de Antoine Griezmann, cuando este había firmado un Mundial superior. No es fácil estar a la altura de las expectativas cuando el mundo espera siempre lo más impresionante.

"Un minuto de silencio por Mbappé"

Mbappé fue un futbolista acribillado por las críticas en los cuartos de final, así como durante toda la temporada. Una buena parte de la prensa europea y de las redes sociales cargaron contra él. ¿La razón? Se vendió la explosión de alegría del astro parisino cuando Harry Kane falló el penalti que podía haber significado el 2-2 de Inglaterra como una burla al delantero inglés. Durante la competición, el astro galo se negó a hablar con los medios de comunicación, tapó la marca publicitaria de cervezas que patrocinaba el Mundial y el premio de MVP del encuentro que entrega la FIFA. También dedicó palabras de cariño a Achraf Hakimi cuando el lateral marroquí anotó el gol definitivo que envió a España fuera del Mundial. El defensa hizo la celebración del Pingüino, personaje siniestro y uno de los mayores supervillanos del Universo de DC, en homenaje a Mbappé.

En este sentido, a mediados de año, Mbappé cargó contra el fútbol sudamericano en una entrevista concedida a TNT Sports de Brasil al ser preguntado por el posible campeón en el Mundial de Qatar. "Francia desde ya. Creo que Brasil también, es un buen equipo. Hay varios equipos europeos también. Porque la ventaja que tenemos aquí es que siempre jugamos partidos de mucho nivel, tenemos la Liga de las Naciones, por ejemplo. Cuando llegamos a la Copa del Mundo estamos listos, y Argentina y Brasil no tienen eso. En Sudamérica, el fútbol no está tan avanzado como en Europa. Y es por eso que cuando miras las últimas Copas del Mundo, siempre son los europeos los que ganan". Por eso, cuando la Albiceleste se alzó triunfadora, Mbappé fue uno de los mayores objetivos de las burlas en la celebración. El combinado sudamericano, en plena conga, cantó a pleno pulmón: "Un minuto de silencio, para Mbappé, que está muerto".

No se perdona su rechazo al Madrid

En este 2022, Kylian Mbappé rechazo al club más ganador del universo en un culebrón con decenas de giros de guion y que acabó con el futbolista parisino fundido en oro en la capital de Francia. Mbappé utilizó al Real Madrid para incrementar la oferta del PSG, brazo ejecutor de Qatar, con un salario disparatado que lo convirtió en el jugador mejor pagado del mundo (131 millones de euros, según la revista Forbes). Es decir, el francés usó al club del que decía ser seguidor desde pequeño para obtener un contrato mejor, puso de rodillas al club blanco al lograr tener el 100% de los derechos de imagen (línea roja para Florentino Pérez que se saltó) y traicionó al madridismo. Luego celebró la renovación con un hat-trick ante el Metz mientras el público gritaba "puta Madrid, puta Madrid" y él reía feliz.

Hasta el presidente de Francia, Emmanuel Macron, intervino para sellar la renovación, consciente de la importancia económica y geopolítica de Qatar en el país galo. Ahora Mbappé tiene las llaves de un proyecto megalómano, rico y desproporcionado que ha aglutinado talento a base de talonario y que pretende construir su historia en la Champions League a base de reunir a los mejores jugadores del mundo. Incluso se queja si la política de fichajes no sigue algunos de sus designios, como la incorporación de un '9', según L'Équipe. Los tentáculos de Qatar se extienden por Europa y sus instituciones. El PSG solo es el símbolo del régimen del Golfo, que compra Mundiales a su antojo.

Una gran parte del periodismo deportivo y del madridismo ve a la estrella francesa como un mercenario sin corazón que se ha quedado con todos. Se pasó de una campaña de blanqueamiento del jugador tras el primer "NO" al Real Madrid a un ataque frontal. Resulta más comprensible entender que, por ejemplo, Francesco Totti decidiese quedarse en la Roma porque era el club de su vida, pero al Real Madrid no se le rechaza. No por el PSG. Parece ser que no es posible, porque es la institución deportiva más grande del mundo. Pues Mbappé lo ha hecho por dinero y por ser el rey del PSG. Y eso sigue sentando mal, como es lógico.

Mbappé es la piedra angular del club-estado de Qatar. El equipo más importante de una competición donde el control económico está suspendido. También la estrella de Francia. A sus 23 años ya es el mejor jugador del mundo en estos momentos. El que ocupa la sexta posición entre los máximos goleadores en la historia de Francia con 36 goles en 66 partidos. Algo similar sucede en la Champions League, donde ha marcado 40 tantos en 59 partidos y es el 19º goleador histórico de la competición más pomposa del viejo continente. Un villano que ha llegado para pulverizar récords, decidir partidos y ganar títulos sin jugar en el Real Madrid. Va a disfrutar siendo el malo de la película y como prometió tras perder la final de la Copa del Mundo... "volveré".