Este es el mejor disco de música latina que vas a escuchar en este 2024 (y no es reguetón)

Javier Calequi es un madrileño que nació en Buenos Aires y que acaba de firmar el que es uno de los mejores discos de música latina de 2024. Así, sin paños calientes. Y no tiene ni media nota de reguetón. Su título, Mezcla rica. El mejunje: 12 canciones que recorren América Latina de arriba abajo con sonidos diversos, desde los más tradicionales a los más actuales y urbanos. Un disco, además, para escuchárselo entero, lo cual no es tan habitual en estos tiempos de listas y canciones sueltas. Y todo esto no lo decimos solo aquí. Tiene varias nominaciones a los premios de la Academia de la Música y una gira que empieza este jueves en Madrid, le seguirá Barcelona y saltará al otro lado del charco. Le auguran muy buenas nuevas a este proyecto.

“Lo que más me gusta que dice la gente es que lo escucha entero”, resume Calequi en un café de Madrid durante esta charla con El Confidencial. Es lo primero que rompe con la monotonía de listas que ya nos hacen los algoritmos para la hora de la cocina, de la ducha, el desayuno o cualquier cosa. Lo segundo es que el disco es todo un viaje por un continente, que es de todo menos monótono (aunque el reguetón o la política nos haya hecho pensar que sí). Va atravesando ciudades y lo mismo te encuentras entonando una balada que bailando un merengue.

Precisamente, el álbum nació de un viaje. Calequi no es ningún recién llegado, sino que es músico desde los 17 años y ha trabajado para los mejores. Ha compuesto canciones para artistas como Norah Jones y durante los últimos ocho años ha sido mano derecha de Jorge Drexler, siendo su director musical en su última gira, que fue el origen de este Mezcla rica.

“Cuando me pasan la gira de Jorge me doy cuenta de que voy a visitar lugares muy potentes, algunos porque ya los conocía. Y era una buena oportunidad para empezar a escribir algo nuevo, basado en las cosas que me voy a llevar y dejar en cada lugar, desde emociones a cuestiones físicas… Se trataba de plasmar el cuaderno de bitácora en música”, explica el músico.

Así fue como empezó a componer, pensando también en otros músicos que podrían acompañarle. El álbum está plagado de colaboraciones, desde la de Xoel López a Lido Pimenta, Kevin Johansen, Joao Calvacanti, Francisco el Hombre, Miryam Latrece, Lorena Blume, el propio Drexler y, por supuesto, las panteras, Laura Revuelta y Luisa Corral, con quienes Calequi lleva tocando los últimos años y llenando garitos de Madrid. Eso sí, una de las más estelares es la del escritor argentino Pedro Mairal (La uruguaya), que es autor de tres canciones, Una ciudad de cristal (sobre Montevideo), La noche del Paraguay e Y yo pensaba olvidarte (Buenos Aires). “Es un amigo y, cuando lo conocí, le dije que había leído sus novelas y me encantaban todas. Y quiso aportar también al disco”, comenta Calequi.

Todas las canciones se escribieron para el disco menos Doesn’t make you happy that I’d love you? (¿No te hace feliz que te ame?), una balada que cantan varias voces, incluidas las de Johansen y Gaby Moreno y que es una oda a Nueva York, otra ciudad que también es bastante latina. “La hice para Norah Jones cuando tenía 17 años. La estuvo a punto de grabar y no lo hizo, y me la quedé un montón de tiempo. Ahora tengo un hermano viviendo allá y me di cuenta de que la frase de la canción le quedaba perfecta porque es un lugar que te quiere y a la vez te odia. Te expulsa. Entonces es una pregunta: ¿no te hace feliz que yo te quiera tanto? Y a la ciudad le eres completamente indiferente y te trata muy mal. Cada vez que voy me cambia para mal”, sostiene Calequi un poco entre risas.

“Ser latino mola”

Al final, no obstante, lo que queda con este disco es una fotografía de un continente que tiene una riqueza musical apabullante y que va mucho más allá de lo que marcan los algoritmos y redes sociales. “Por primera vez mola ser latino. Hay una riqueza musical que incluso las nuevas generaciones han adoptado y las han llevado a una modernidad que explota por todos los lados. El pulso del continente es riquísimo. Y no es una casualidad que la latinidad esté ahora brotando por todos los lados. Ahora Bad Bunny o Residente se escuchan en todas partes… El continente está molando más que nunca”, manifiesta el músico.

Y para conseguir esta fotografía no ha tenido que acudir al reguetón. Ni en ritmo ni en letras. Aquí, como bien dice, nadie marca abdominales ni culos. “No tengo nada con el reguetón, es un ritmo más. Y creo que se puede crear una buena canción de reguetón. Pero me quise escapar de eso porque a nivel generacional tampoco me queda bien. Además, me parece que el continente es mucho más que eso y es también eso. Es parte de la cultura latina como otras tantas culturas que tiene el continente. Es como España, que tiene muchos ritmos y diferencias culturales que enriquecen”, señala, aunque se queda algo pensativo porque y, justo después, dice: “Con 20 años tampoco me hubiese seducido el reguetón. Y creo que también hay gente que escribe mejor que otra. Residente no es lo mismo que Maluma. Eso lo tengo muy claro”.

"Creo que se puede crear una buena canción de reguetón. Pero el continente es mucho más que eso. Es parte de la cultura latina"

Además, como buen conocedor de la industria musical, pone diferencias entre “lo que se escucha a nivel major (las grandes discográficas) y lo que suena en un bar de Medellín”. Precisamente, si hay algo que no comparte es cómo están funcionando ahora los grandes productores de las superdiscográficas, que buscan ritmos, letras y artistas muy parecidos unos de otros. “Es que no quieren que se cambie ni una coma. Ahí hay una intencionalidad a nivel de producción y marketing que no me gusta y no me siento identificado para nada. No contribuye a nivel cultural”, manifiesta. Pero también insiste en que eso es solo lo que las grandes quieren que escuches: “Lo que tú ves es la superficie, pero debajo hay muchas cosas y, si rascas, hay mucha música”.

De hecho, esta homogeneidad y este marketing, unido al furor por la música en directo, también están detrás de los llenazos de grandes estadios y salas de conciertos. Porque otra cosa ocurre con los grupos que están en los sellos medianos y pequeños, “a esa liga a la que yo pertenezco”, admite Calequi. “Los costes ahora son muy altos para los majors y los sellos medianos y chicos, el problema es que los medianos y chicos no tienen los recursos de las majors. Ahí tenemos el problema”, indica. Por supuesto, le encanta que la gente acuda a las salas, “algo universal porque lo estoy viendo en todas partes”, pero a la vez es un arma de doble filo y puede llegar a ser un desastre. “La oferta es descomunal y eso también hace que [si no eres de los supergrandes] llevar gente a los conciertos sea difícil. Si quieres hacer un concierto en el teatro Lara y tu disco acaba de salir, te vas a llevar un buen portazo, aunque el disco sea increíble”, comenta. Una vez más, muchas veces con los llenos del Bernabéu o Wizink nos quedamos en la superficie.

"Si quieres hacer un concierto en el teatro Lara y tu disco acaba de salir, te vas a llevar un buen portazo, aunque el disco sea increíble"

Como ha ocurrido casi siempre, al final para un grupo como Calequi y las panteras lo más importante es “crearte un público fiel, paso a paso, como las hormigas”. Alguien que te ponga en su lista de reproducción, no la que te ofrece el algoritmo. “Es que eso influye mucho en cómo se escucha la música. La gente se pone esas listas hechas y ni siquiera escucha las canciones… porque no prestan atención. Esas canciones solo funcionan a nivel números (suman escuchas), pero a nivel atención… Por eso lo más lindo a nivel lista es que una persona te ponga en la suya para ir a caminar”, sentencia.

Ahí a buen seguro lo van a escuchar. Como también si acuden hoy al teatro Barceló de Madrid. Es un disco que no va a dejar de sonar.