Nadie quiere a Coppola: por qué el director no ha conseguido distribuidora (y qué buscan estas)

Parece una broma de mal gusto que la mente detrás de El Padrino y Apocalypse Now tenga que luchar por hacerse un hueco en el mercado cinematográfico y, sin embargo, así es. Megalópolis, la nueva película de Francis Ford Coppola, tuvo que ser autofinanciada por el propio director, que vendió sus bodegas en Sonoma (California) para poder correr con todos los gastos (ha costado 120 millones de dólares), y ahora nadie quiere distribuirla. Se hacían eco de ello varios medios este martes pasado: no consigue convencer tras haberse proyectado el pasado 28 de marzo.

La película (de más de dos horas de duración y ambientada en una ciudad futurista destruida por una catástrofe natural y centrada en el conflicto entre el arquitecto que quiere reconstruirla —Adam Driver— y su alcalde —Giancarlo Espósito—) cuenta con un reparto interesante cuando menos (además de los dos mencionados, Nathalie Emmanuel, Jon Voight, Laurence Fishburne, Aubrey Plaza y Shia LaBeouf...) y ha despertado opiniones de todo tipo. Algunos la tachan de desastre indie, otros más benévolos de "demasiado experimental", e incluso alguna voz ha señalado que “la película es como Einstein y la relatividad en 1905, Picasso y Guernica en 1937… Coppola marca una nueva fecha en la historia del cine”. ¿Genialidad incomprendida o locura sin posibilidad de venderse? ¿Ambas? ¿Importa realmente en un director tan consagrado?

Lo que está claro es que Coppola ha tenido tiempo para pensar la historia, que ideó mientras filmaba Apocalypse Now en 1979, según ha contado comenzó a escribir en 1983, pero no comenzó a rodar hasta 2022 (atravesando por el camino todos los problemas surgidos de las huelgas en Estados Unidos). Teniendo en cuenta que Apocalypse Now ya fue una odisea a la hora de conseguir financiación o incluso rodarse, convirtiéndose en una de las películas más imposibles de la historia (la jungla de Filipinas fue un auténtico desafío, el elenco tuvo problemas de salud y el guion se reescribió en multitud de ocasiones, hasta el punto de que el director estuvo al punto de la bancarrota), quizá a Coppola no le preocupe mucho no haber convencido por ahora a algunos grandes de Hollywood como Sony, Netflix, Warner Bros o Universal.

La idea para esta película surgió mientras filmaba 'Apocalypse Now', uno de los rodajes más difíciles de la historia que, sin embargo, ganó en Cannes

Señalaban varios medios extranjeros que algunos de los principales problemas de la película son que su trama no tiene potencial para venderse porque no se distingue con claridad "quién es el bueno y quién es el malo", la dificultad de la campaña promocional o los costes derivados de la proyección en IMAX. Curioso es todo esto, además, cuando los mismos medios han asegurado que Megalópolis "podría ser la obra maestra de Coppola", aunque en ningún modo la última pues ya está trabajando en otro nuevo filme. Con Cannes en el horizonte como un rayo de sol optimista (ya se ha sabido que formará parte de la sección oficial), la película se encuentra en un momento extraño en el que sin financiación o distribución Adam Driver dice también que "podría revolucionar la ciencia ficción".

Tampoco es un caso aislado, si tenemos en cuenta que este mismo año ha trascendido que otros directores de la talla de John Waters o David Lynch también están teniendo problemas para conseguir financiación para sus proyectos.

Atiende a El Confidencial el director de cine y productor Gerardo Herrero, que coprodujo Tetro en 2009 con el director estadounidense. "Cuando estaba filmando Tetro sucedió algo parecido", indica. "Él era productor pero estaba buscando coproducción, y ya por entonces tuvo dificultades. Después fue a Cannes y consiguió distribuidores pequeños de cine europeo o asiático. También era una situación distinta porque Tetro era una película muy pequeña, en blanco y negro, con un recorrido de película independiente y rodada entre Buenos Aires y Ciudad de la Luz en Alicante, evidentemente tuvo una distribución de película europea".

"Esto ya le ha sucedido en el pasado. Estoy seguro de que conseguirá financiación. Sería muy extraño que una película de Coppola no se acabara viendo"

"La mayoría de las películas de esos presupuestos parten de tener distribución garantizada. Francis habrá tenido una gran facilidad para obtener financiación y más que no conseguir distribuidor supongo que no ha encontrado todavía a alguien que quiera pagar lo que necesita para recuperar su inversión", señala el director. "El cine ha cambiado mucho con la aparición de las plataformas, a nivel de exhibición, negocio y distribución". De cualquier manera, Herrero tiene confianza al respecto: "Estoy casi seguro de que finalmente se acabará distribuyendo aunque sea rara (valga la paradoja). Sería muy extraño que una película de Coppola no se acabara viendo".

Pero los caminos del cine son inescrutables, y otras situaciones del pasado podrían hacernos reflexionar sobre este caso concreto. Aunque Tony Kaye debutó su carrera de dirección con una película tan potente como American History X, tuvo contratiempos desde el principio por el montaje y estuvo a punto de destruir su carrera en Hollywood, que acababa de comenzar. Hasta un director tan consagrado como Orson Welles tuvo problemas tras dirigir Ciudadano Kane, que William Randolph Hearst se tomó como una afrenta personal e intentó destruir por todos los medios, provocando que en el futuro Welles no tuviera tanta libertad creativa a la hora de afrontar sus proyectos. Incluso Tod Browning, que dirigió la maravillosa Freaks (en español La parada de los monstruos) tuvo serios problemas con las distribuidoras, que no querían arriesgar su dinero en una película tan inquietante y rara. Tras eso, tuvo muchas dificultades para seguir haciendo películas, pese a que La parada de los monstruos está considerada hoy en día obra de culto.

Para entender bien la distribución hay que comprender que estas son las encargadas de poner su red comercial a disposición del productor (que habitualmente no tiene los medios suficientes para la comercialización directa), quien a su vez les garantiza unas determinadas condiciones de exclusividad y derechos de explotación sobre la película (reproducción, promoción, distribución). Los distribuidores, a su vez, ceden la película a terceros (exhibidores, plataformas en streaming) y utilizan diferentes medios para comercializar sus películas, con la lógica idea de recuperar o mejorar su inversión y no sufrir pérdidas catastróficas. Como explica Herrero, el mercado ha cambiado mucho y las salas de cine en algunas ocasiones están vacías, por lo que muchas distribuidoras y productoras están apostando por nuevos escenarios, como hacer estrenos simultáneos en salas de cine y plataformas.

Y, por supuesto, los festivales de cine como Cannes, Venecia o San Sebastián también son los lugares idóneos para realizar las gestiones necesarias que sirvan para comercializar o distribuir películas. Muchos de los fichajes de cara a los Oscar u otros premios importantes se consiguen en estos festivales. De ahí que el hecho de que Megalópolis vaya a Cannes es, sin duda, una buena noticia para Coppola.

Herrero es optimista, asegura que Megalópolis es una vieja aspiración que funcionará y que, de cualquier manera, Coppola ha sabido salir de los infiernos en otras ocasiones: "Le pasó con Apocalypse Now que es una de las mejores películas de la historia y ganó el festival de Cannes, y ya contaba Elen Coppola en su libro y documental la odisea que fue hacerla. Normalmente A24 —que ha surgido en Estados Unidos como la gran defensora del cine independiente y suele salirse de la estela de las multinacionales— trabaja con estas cosas, pero insisto en que me extrañaría mucho que tenga dificultades o que no se viera internacionalmente, aunque el visionado sea más pequeño. El asunto del IMAX no lo veo de suficiente peso como para marcar la diferencia, Oppenheimer también se ha distribuido en IMAX y en cines normales y plataformas. A no ser que haya filmado de una manera que no pudiera hacer copias en 35, estilo vintage, pero no creo que sea el caso. Francis es una persona brillante y tiene un punto de loco y megalómano, pero no creo que tanto".

Para alguien que superó la jungla de Filipinas con un Martin Sheen que sufrió un infarto y se cargó un espejo de un puñetazo, un Marlon Brando obeso que se negaba a aprenderse el guion o un Dennis Hopper completamente drogado, esto quizá sea un camino de rosas. Cannes tiene, por ahora, la última palabra.