Sofia Coppola realza la figura de Priscilla: "El estilo de vida de Elvis se me hizo cuesta arriba"

Sentada en primera fila, no figuraba en el plan que Priscilla Presley tomara la palabra, pero al hacerlo se produjo uno de los grandes momentos del día. "Es muy difícil ver una película sobre ti, sobre tu vida, sobre tu amor", afirmó con voz entrecortada, sobre Priscilla, la cinta escrita y dirigida por Sofia Coppola y que se ha presentado hoy en la Mostra de Venecia. "Sofia hizo un trabajo extraordinario, hizo sus deberes, hablamos un par de veces y me propuse darle todo", comentaba en el encuentro con la prensa internacional la también productora de esta producción que desde su primera proyección figura como fuerte candidata a llevarse uno de los grandes premios del festival.

Protagonizada por Cailee Spaeny y Jacob Elordi, la cinta está basada en el libro de Priscilla Presley, Elvis & Me, cuya reedición fue publicada recientemente, y en otros detalles revelados directamente a Coppola que no figuran en esas memorias. Se trata de una película que pone el foco en Priscilla, así como en su relación con el Rey del Rock and Roll, pero no es un biopic más.

Sofia Coppola hace un corte quirúrgico, explorando profundamente a este personaje desde los 14 años, cuando conoció a Elvis en una base militar en Alemania, hasta 1972, cuando ella decide irse de Graceland con su hija Lisa-Marie. Y aunque tenga todos los elementos de una historia romántica (chico conoce a chica, y superan obstáculos para estar juntos) y hasta de un cuento de hadas (chica se enamora de príncipe azul), una especie de terror permea la película, como si se tratase de un sonido imperceptible, pero presente. Hay escenas que dejan mal cuerpo aunque no corra la sangre ni haya una violencia explícita.

Una mujer en una cajita

Priscilla es una joven mujer aislada, metida en una cajita de música: ella es la bailarina mientras se escucha Love me tender (una de las pocas canciones de Presley que se pudo usar) en ese sonido característico de los cofres. De la base en Wiesbaden pasa a la suntuosa mansión de Elvis, pero el aislamiento perdura. No se relaciona con nadie fuera del entorno del cantante, no tiene amigas para hacer más llevadera una soledad marcada por las largas ausencias de su novio, que además la inicia desde muy temprano en el consumo de pastillas. Esa especie de terror contrasta con el predominio de colores pasteles, una gama que se interrumpe en la habitación de Elvis, que es algo parecido a un motel de horas, pero de lujo.

Sofía Coppola, que confesó su nerviosismo antes de proyectarle la película a su objeto de estudio, demuestra sus grandes habilidades como directora. Desde la ficción derriba algunos mitos, pero sobre todo cuenta la evolución de una chica ingenua e ilusionada a una mujer que encuentra su propia identidad.

La propia Priscilla Presley – fuera de guion- usó el poder del micrófono. Recordó lo difícil que fue para sus padres aceptar su relación con Elvis. "Èl me abrió su corazón, me habló de sus miedos, de sus anhelos, del dolor de la pérdida de su madre, algo que nunca superó. Yo lo escuché, lo consolé, ese fue el inicio de nuestra conexión a pesar de que yo tenía 14 años". Habló con calma, como si estuviéramos sentados en una sobremesa tomando el café aunque la situación era muy diferente. Los ojos y los oídos del mundo estaban atentos a lo que tenía que decir. De un puñetazo verbal derribó una creencia: "No fue por sexo", y que nunca tuvieron relaciones sexuales cuando ella era menor de edad. Esta revelación confirma lo que vimos en Priscilla.

Ese final de la ficción, con la voz de Dolly Parton entonando la versión original de I’ll always love you, que tanto le emocionó a Priscilla Presley, quien en enero pasado perdió a su hija Lisa Marie, es cuando decide marcharse. "Me fui no porque no lo amaba", afirmaba, "su estilo de vida se me hizo cuesta arriba y creo que cualquier mujer puede entenderlo". Emprender otro camino dice que no significó una ruptura definitiva, "seguíamos siendo muy unidos, así que esto quiero dejarlo claro".