Más pádel y menos tele: así ha cambiado el ocio de los españoles en los últimos 15 años

Si alguien te pregunta: "¿Qué haces esta semana?", seguro que lo primero que te viene a la cabeza es el trabajo o algún tipo de compromiso. Pero también puede que pienses en el entrenamiento de fútbol con el equipo de tu barrio, el partido de pádel con uno de tus amigos o esa cita en el cine para ver cualquier estreno. Y para el fin de semana, quizá haya algún concierto, una visita a un museo o alguna escapada. Sin embargo, ¿han disfrutado los españoles siempre del ocio como lo hacen ahora?

Para Néstor García, profesor en la Facultad de Turismo de la Universidad Complutense de Madrid, la respuesta es no: "La reducción de las jornadas laborales [...], unido a un mayor desarrollo tecnológico en el hogar y el trabajo, a la inserción laboral tardía, a las jubilaciones anticipadas y a una mayor esperanza de vida, dan lugar a mayores posibilidades de disfrutar del ocio y el tiempo libre".

TE PUEDE INTERESAR

Esa gente que no quiere tener más tiempo libre porque no sabe qué hacer con él

Héctor García Barnés

En este punto concuerda Idurre Lazcano, directora del Instituto de Estudio de Ocio de la Universidad de Deusto y señala el periodo de transición como aquel en que los españoles comenzaron a disfrutar plenamente del ocio, tal y como lo conocemos hoy día. Según la académica, la llegada de la democracia hizo que se impusiera el ocio como método "para que las personas fuesen felices, para que aprendiesen y para que pudiesen desarrollarse".

El experto se refiere a la sociedad actual como "la del ocio", por el peso que este tiene en la actualidad: "Por una parte, tenemos en cuenta su importancia en términos económicos, empresariales, laborales… Y, por supuesto, en la vida personal de cada uno de nosotros". Lazcano también apela al peso económico que posee el ocio actual y sostiene que "la gran parte de las ocasiones, el ocio está estrechamente vinculado a las posibilidades económicas de las personas", aunque depende del nivel educativo del que lo practica.

El análisis de los datos de la Encuesta de Hábitos Deportivos y la de Hábitos y Prácticas Culturales apoya esta hipótesis. A pesar de que las últimas publicaciones muestran cifras alteradas por las restricciones durante la pandemia, son cada vez más los españoles que optan por ir al gimnasio, visitar una galería de arte o los que se decantan por la fotografía como hobby.

TE PUEDE INTERESAR

Los españoles que teletrabajan ganan 63 minutos al día (y gastan parte en trabajar más)

Héctor García Barnés Gráficos: Ana Ruiz

En el período entre 2006 y 2019 (primer año del que se tienen datos y último año "normal" de la serie), las visitas a museos y monumentos fueron las que presentaron las mejores evoluciones. En 2006, un 40% de la población visitó algún museo o fue a ver un monumento, mientras que en 2019 la cifra era del 50,8%. También tuvieron un incremento más que positivo todas las actividades relacionadas con la lectura, como la asistencia a bibliotecas, que aumentó en 7,6 puntos en esos 13 años.

Si se tiene en cuenta el periodo 2021-2022 de la encuesta, en el que quedarse en casa llegó a ser una obligación, son las actividades que se realizan dentro del hogar las que cobran mayor importancia. Así, el porcentaje de españoles que admitía haber leído libros en el último año, por obligación o placer, aumentó en cuatro puntos desde 2006 y se situó en el 61,7%.

Con todo, lo que más ha cambiado en estos años es la forma de consumir productos audiovisuales: mientras el porcentaje de personas que escucha música desciende, el que lo hace online crece. Lo mismo ocurre con aquellos que leen publicaciones de prensa online y escuchan la radio o ven la televisión en internet. Este último dato es el más destacado ya que, si bien en 2006 el 98,2% de los españoles encendía su televisor semanalmente, ahora la cifra se sitúa en el 85%.

En el terreno deportivo, los españoles son cada vez más conscientes de la importancia del ejercicio físico en sus rutinas diarias. Si en 2015 (primer año del que se tienen cifras), el porcentaje de personas que hacía ejercicio físico al menos una vez a la semana era del 46,2%, ahora se sitúa en el 52,5%. La pandemia también hizo decrecer estas cifras y solo el pádel se practicaba en 2022 más que en 2015.

Indie Padel Club, ubicado en el distrito madrileño de la Villa de Vallecas abrió sus puertas en 2021, en un momento todavía marcado por la incertidumbre del Covid, con un total de 10 pistas. En poco más de dos años de andadura, han subido a 14 y están en proceso de construir otra más. Desde el centro aseguran que la clave del éxito no es otra que el compartir el campo con otras tres personas: "La mayoría de la gente empieza invitada por un amigo. Le acaba gustando y deciden continuar". Si no tienes con quién jugar, siempre se puede recurrir a Playtomic, el "tinder del pádel" en que puedes montar tu propia partida, aunque no tengas pareja recurrente.

Si bien el pádel parece ser una actividad más extendida entre los públicos de todos los tipos, existen otras con públicos más reducidos, como la ópera o la zarzuela. Menos de un 5% de la población española aseguró haber asistido a un espectáculo de esta índole. Sin embargo, organizaciones como el Teatro Real no descansan en la realización de acciones para hacer que el público asista a la ópera y parece que les está funcionando.

Ignacio García-Belenguer, director del Teatro Real, aclara que "hace aproximadamente seis años, la edad media de nuestros compradores era de 58 años, mientras ahora se sitúa en 49". La estrategia que han seguido es la de convertir la ópera en "un espectáculo de calidad" accesible para todos los públicos a través de las plataformas. Para aquellos que optan por disfrutar en directo, los índices de ocupación se sitúan, de media, en torno al 90%.

El ocio, ¿una cuestión de género?

De forma generalizada, los hombres practican deporte con mayor regularidad que las mujeres. Un 27% de ellos lo hace de forma diaria, frente al 20,7% de ellas, según datos de 2022. Además, las diferencias se acentúan cuando hablamos de aquellos deportes "de toda la vida", como el fútbol 7 y 11, donde solo un 2% de las chicas los practica, frente al 15% de los chicos. Ellas se encuentran a la cabeza en prácticas como la gimnasia, realizada por un 31,8% de las mujeres y por un 19,3% de los hombres.

TE PUEDE INTERESAR

Mientras España celebra el Mundial, los barrios donde se curtió Jenni Hermoso aún buscan jugadoras

Guillermo Cid Datos: Ana Somavilla L. García Peña

En el ámbito cultural, son más los parecidos que las divergencias. Si bien los chicos visitan más museos, monumentos y galerías de arte que las chicas y dedican más tiempo al cine y los conciertos, las diferencias apenas son perceptibles. No obstante, ellas son las que más leen (un 65,1% frente al 58,1% de los hombres) y las que más afición sienten por el teatro y las artes dramáticas (un 11,3% de ellas admitía haber ido en el último año, mientras la cifra de ellos era 1,6 puntos más baja).

Hay otras actividades, como la escritura, la pintura o la danza, con las que los hombres no parecen sentirse particularmente vinculados. En el caso de la primera, las distancias no son tan largas si se comparan con las cifras de mujeres que escriben. Sin embargo, mientras un 13% de las mujeres escogía la pintura como pasatiempo, solo un 7,1% de los hombres se decantaba por ella. Con la danza ocurría lo mismo, si en 2022 casi un 4% de las mujeres bailaba, el porcentaje de hombres apenas superaba el 1%.

Cada vez es más frecuente encontrar cursos con participación más heterogénea

Idurre Lazcano señala que "esta tendencia está cambiando". En el ámbito deportivo porque "es evidente que todas las personas necesitamos practicar actividades físicas para mantener buenos niveles de calidad de vida". En el cultural, sí que apunta que "las mujeres han estado más relacionadas con estas prácticas", aunque "cada vez es más frecuente encontrar cursos con participación más heterogénea, sobre todo teniendo en cuenta que hace 30 años, cuando un municipio ofrecía un taller de macramé, el 100% de asistentes eran mujeres".

Ir de bares, el verdadero hobby de los españoles

El gasto realizado en ocio por los españoles es otro aspecto a tener en cuenta para entender la evolución e importancia de este en la sociedad actual. En 2021, los hogares realizaron un desembolso en ocio, entretenimiento y viajes de 44.000 millones de euros, 11.000 menos que en 2019. Sin embargo, la cifra queda opacada por el gasto realizado en comidas en bares y restaurantes que, a pesar de la situación sanitaria, subió hasta los 77.000 millones. Esto supone un 11,3% del gasto total de los españoles, frente al 6,6% realizado en ocio y cultura. A pesar de las condiciones adversas, más duras para el sector cultural que para la hostelería, el porcentaje de gasto es similar al de otros años.

La directora del Instituto de Estudio de Ocio justifica estas cifras por dos motivos concretos: el clima de España, que da mayor peso "a todas las actividades que tengan que ver con la calle o que se realicen al aire libre porque se puede, a diferencia de lo que ocurre en otros países de Europa" y la vinculación del entretenimiento con el consumo. Según la académica, la población tiende a pensar que, "cuanto mayor coste tiene la actividad, mejor va a ser", lo que se traduce en viajar más, frente a participar en las actividades culturales de la zona.

La cifra se encuentra un poco por debajo de la media de la Unión Europea, donde los hogares invierten un 7,9% del total de sus ingresos a actividades lúdicas, mientras gastan un 6,6% en comer y beber fuera de casa. Por lo general, los países de la zona mediterránea siguen una tendencia parecida a la española, así como algunos países del este de Europa, como Croacia o Montenegro, donde el gasto en la hostelería fue 8,6 puntos superior al realizado en cultura. En el centro y norte del continente, la situación se invierte y son las artes las que ocupan el podio.

Con tendencias al alza, exceptuando los últimos dos años y miles de actividades posibles para disfrutar del ocio y el tiempo libre, los españoles tienen claro que, después de haber ido a yoga, de haber salido del cine, de haber visitado la última exposición de cualquier museo o de haber dado un paseo por el parque siempre queda tiempo para tomarse algo en el bar antes de volver a casa.