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Los casados eran cien veces más infanticidas que las madres solteras en la Edad Moderna
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Los casados eran cien veces más infanticidas que las madres solteras en la Edad Moderna

El dato sale del reciente estudio 'Death Control in the West 1500–1800: Sex Ratios at Baptism in Italy, France and England', del historiador militar Gregory Hanlon

Foto: Entierro de bebés en China.
Entierro de bebés en China.

En el Mundo Moderno, estaba muy extendida la práctica de deshacerse mediante infanticidio o abandono de los hijos por motivos económicos, porque fuesen engendrados extramaritalmente, por enfermedades o deformidades —que se creían un castigo por los pecados y deshonraban a la familia—. Aunque la creencia popular ponía el foco en las mujeres solteras o con relaciones extramaritales como las principales practicantes, las madres casadas podrían ser cien veces más infanticidas.

“Los historiadores de Occidente se han basado casi exclusivamente en los registros de juicios penales en los que las madres solteras o las mujeres casadas que tenían descendencia no engendrada por sus maridos ocultaron sus embarazos y mataron a sus recién nacidos solas o con cómplices femeninas. Las madres infanticidas casadas pueden haber sido cien veces más numerosas”, explica Gregory Hanlon —historiador militar y del comportamiento— en su estudio Death Control in the West 1500–1800: Sex Ratios at Baptism in Italy, France and England. Este análisis, que explora cómo las familias adoptaron un sistema de infanticidio selectivo para administrar los recursos y salvaguardar el estatus social, revela datos escandalosos sobre el porcentaje elevado que pudo alcanzar esta práctica.

Foto: Guslagie Malanda sostiene sobre su mirada y su voz gran parte del peso de la película. (Surtsey)

Las madres casadas tenían pocos motivos para ocultar dichas prácticas a sus sacerdotes, parteras o amigas, ya que el aborto posparto era un ejercicio común. En zonas como la Toscana rural, Italia, el infanticidio estaba tan extendido que las víctimas podrían haber constituido hasta un tercio del número total de nacidos vivos.

En el norte de Italia, la clase trabajadora prefería las niñas. Esto se debía a poder casar a sus hijas y a largo plazo conseguir un ascensor social

"Los tribunales actuaban contra las madres solteras casi exclusivamente, pero solo si mataban deliberadamente al recién nacido. El simple abandono no era un delito comparable". Las funciones del Estado y el sistema judicial estaban muy condicionados por la estructura de las clases sociales, dejando impune a la mayoría de los progenitores infanticidas unidos en matrimonio.

Aboliendo la idea de que las mujeres solteras o con relaciones extramaritales eran quienes acudían a estos métodos, se muestran patrones de infanticidio similares en toda Italia, tanto para católicos como para calvinistas y anglicanos. Y aunque en cuanto a números fuese similar, lo cierto es que presentaban distintas preferencias: en la Toscana rural, los padres parecían dispuestos a sacrificar a un niño si eran gemelos, optando por quedarse con uno solo; mientras que en la ciudad de Parma, en el norte de Italia, los padres de clase trabajadora preferían las niñas a los niños. Esa tendencia de las clases bajas por mantener a las niñas se debía a poder casar a sus hijas y a largo plazo conseguir un ascensor social.

placeholder 'Saturno devorando a su hijo', de Rubens.
'Saturno devorando a su hijo', de Rubens.

El número de infanticidios está directamente relacionado con los periodos de crisis o hambrunas. En pequeños pueblos con una tasa de bautizo de dos niños por una niña, cuando se atravesaba alguna epidemia o casos de hambruna, se registraba un descenso en el bautismo de niños.

El infanticidio hoy en España

Sin embargo, viendo el infanticidio con una perspectiva histórica, lo cierto es que, aunque ya no es una práctica extendida y, mucho menos, normalizada, en España, entre 2000 y 2010 se dataron 58 casos, es decir, cinco infanticidios por año. De igual forma, en 2021 se contabilizaron 17 infanticidios en total.

Actualmente, de hecho, se catalogan entre filicidio, neonaticidio e infanticidio: el primero es el homicidio o intento del mismo de los progenitores hacia su hijo; el segundo solo se considera si el bebé tiene menos de 24 horas de vida, y el último solo si el niño es menor de un año. Un estudio en 2015 basado en una muestra de 58 infanticidios demostró que el 64% de esos homicidios habían sido filicidios, el 17% neonaticidios y 19% infanticidios. Lo que demuestra que no es una realidad muy alejada de la que se reflejaba en la Edad Moderna.

En el Mundo Moderno, estaba muy extendida la práctica de deshacerse mediante infanticidio o abandono de los hijos por motivos económicos, porque fuesen engendrados extramaritalmente, por enfermedades o deformidades —que se creían un castigo por los pecados y deshonraban a la familia—. Aunque la creencia popular ponía el foco en las mujeres solteras o con relaciones extramaritales como las principales practicantes, las madres casadas podrían ser cien veces más infanticidas.

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