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Esteban Mira: “América la conquistaron los indígenas y la independizaron los españoles”
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Esteban Mira: “América la conquistaron los indígenas y la independizaron los españoles”

Hay una historia de la Conquista que se desconoce absolutamente, la de los grandes olvidados, como explica el historiador Esteban Mira Caballos, que ha publicado 'El descubrimiento de Europa. Indígenas y mestizos en el viejo mundo'

Foto: El sitio de Tenochtitlan por Hernán Cortés durante la Conquista de México. (Wikimedia)
El sitio de Tenochtitlan por Hernán Cortés durante la Conquista de México. (Wikimedia)

Martín Cortés, mestizo, hijo del capitán Hernán Cortés —conquistador del imperio Mexica— y de Marina, la india Malinalli o Malinche, nació en Coayacán a finales de 1523 o principios de 1524. Tenía cinco años cuando zarpó desde Veracruz con su padre destino a España. Iban también sus hermanos Luis y Catalina, y todos fueron legitimados a su llegada por el papa Clemente VIII por la misma petición de Hernán Cortés. Martín se embarcaría con su padre y el mismo emperador Carlos I en las campañas de Argel hacia 1541. Volvería al Nuevo Mundo dos años más tarde con su esposa Bernardina de Porras y su hija, pero fue un viaje de ida y vuelta porque sus raíces estaban en España.

Lo mismo le ocurriría a Francisca Pizarro, hija del conquistador de los incas y de una india de alto linaje, Contarhucho, señora de Huaylas. Se la había entregado al extremeño el mismo Atahualpa. Francisca Pizarro Yupanqui heredó el marquesado de su padre. Mujer y mestiza, hija de una indígena, no fue óbice para que por descendencia —al morir sus hermanos— tuviera el título nobiliario de su padre a su disposición tras su asesinato. Había sido educada como si de una princesa se tratara, como una auténtica aristócrata española. Después de casarse con su tío Hernando Pizarro y quedarse viuda en 1578, Francisca era una de las mujeres más acaudaladas de toda España. ¿Retornar a sus orígenes? No hacía falta, porque sus raíces eran sobre todo españolas. ¿A dónde iba a retornar?

Hay una historia de la Conquista que se desconoce absolutamente, la de los grandes olvidados, como explica a El Confidencial el historiador Esteban Mira Caballos, que acaba de publicar El descubrimiento de Europa. Indígenas y mestizos en el viejo mundo (Crítica).

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Portada de 'El descubrimiento de Europa: Indígenas y mestizos en el viejo mundo', del historiador Esteban Mira Caballos.

Un viaje a un lado y otro del océano constante en el que brillan historias sobre la realidad de un periodo y una empresa enorme en magnitud y duración, que no fue en una sola dirección, y que han sido absurdamente apartadas del relato, tanto por los españoles como por los americanos. En el Nuevo Mundo, las élites de la oligarquía indígena se sumaron a la corona española, formaron parte de su administración lealmente habiéndose reconocido sus derechos, mientras que en el Viejo Mundo, los mestizos —no los criollos— y también los indígenas, llegaron a Sevilla desde el mismo comienzo y se integraron aquí, primero con una mezcla de fascinación exótica, después con naturalidad.

“España descubrió América el 2 de octubre de 1492, que ellos descubrieron España en 1493”, según cuenta Esteban Mira que da muy buena cuenta a El Confidencial sobre ambos aspectos: las barbaridades y mentiras que ha intentado difundir la corriente indigenista durante un siglo y medio sobre la conquista y el absoluto desprecio por la gran influencia que supuso para España la integración de los hijos del Nuevo Mundo, ya fueran indígenas o mestizos. ¿Hubo esclavos? Claro que los hubo, aunque en una medida ridícula, ya que las progresivas órdenes reales de 1500 —solo ocho años después de llegar—, 1530 y definitivamente en 1541 prohibieron la esclavitud de los que fueron considerados vasallos de Castilla y, como tal, libres.

placeholder Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. (EFE)
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. (EFE)

Tampoco hubo genocidio como denuncia ahora el presidente mexicano, López Obrador: es normal que el rey Felipe VI no contestara su carta pidiendo que España pidiera perdón, porque el verdadero genocidio lo hicieron los nuevos estados independizados en el siglo XIX, como el propio estado mexicano con los Yupanquis en el Yucatán.

Todo configura una realidad muy distinta sobre las acusaciones hacia España desde algunos sectores del otro lado del océano que no son los académicos, una realidad que se resume en una frase del historiador mexicano José Vasconcellos que repite Esteban: “América la conquistaron los indígenas y la independizaron los españoles”. Y un último aviso: “Para entenderse y comprender cómo fue el descubrimiento, no se puede ir tampoco en el mundo académico y decir que los españoles fueron allí a liberar a nadie, que fue una empresa conjunta”. Esteban lleva trabajando más de 10 años en este libro. Merece la pena.

PREGUNTA. En tu libro, lo primero que queda claro es que el único que perdió su reino fue Moctezuma, el resto lo mantuvieron, la oligarquía, los curacas… No solo eso, sino que también se integraron en España. ¿Cómo de maniquea ha sido la visión de la Conquista teniendo en cuenta estos detalles?

RESPUESTA. Exagerada. Hay que empezar a descartar esa idea generalizada de que España conquistó, destruyó y colonizó el continente americano. Al final, fue todo una conquista, una colonización y una administración pactada entre los indígenas y los llamados conquistadores, donde la estructura indígena se mantiene. Como dice Alonso de Zorita, el único que perdió su reino fue Moctezuma, todos los demás, curacas, caciques, taínos, náuhatl-pipil…, mantienen sus prerrogativas y sus reinos. Como yo siempre digo, España descubrió América el 12 de octubre de 1492, y ellos descubrieron España en 1493. Lo que me ha sorprendido a mí mismo en todo este proceso es el flujo tan brutal que hay no solamente de Europa a América, sino de América a Europa, y de manera simultánea, en el mismo momento. En Sevilla, en la década de 1520, están llegando plantas americanas para curar la sífilis; es decir, que está habiendo ya un intercambio desde muy pronto. Ahí están también los cristos de caña de maíz, que están en la Hermandad de El Baratillo de Sevilla, y está la antigua Hermandad de la Vera Cruz… Están llegando Cristos desde América hacia Europa desde el primer tercio del siglo XVI.

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Esteban Mira Caballos.

P. ¿Cómo de importante fue esa oligarquía mestiza aquí en España? Porque Moctezuma pierde su reino, pero sus hijos son nobles aquí, hablamos de indios y después también de mestizos que se crían en España. Hay un flujo muy importante…

R. Se integran en el Viejo Mundo. Están los Cano Moctezuma, los Toledo Moctezuma, los Andrade Moctezuma… Están en España, pero, además, por miles; solamente en Granada se cuentan por cientos. Muchísimos que se quedaron aquí como María Moctezuma, una de las hijas de Moctezuma, a la que se llevaron a Chipiona y estuvo en Telori viviendo con su marido y tuvo descendencia. Después también muchísimos descendientes de los Incas que llegaron a la península y se quedaron aquí, y muchos esclavos que fueron liberados y también se integraron en España. De hecho, cuando los liberan lo primero que se piensa es: “¿Los mandamos a América?”,
pero lo cierto es que la realidad que conocían era la española, habían llegado siendo muy pequeños, cuando no habían nacido aquí. ¿Los liberas y se vuelven a sus orígenes? Si sus orígenes eran España.

P. Está el tema peliagudo de los esclavos porque, en realidad, desde muy pronto se prohibió la esclavitud de los indios de América. Aún así, tú explicas en tu libro que sí hubo algunos y las razones concretas… ¿No hubo esclavismo, pero sí esclavos?

R. Cuando se llega allí, al igual que había pasado durante varios siglos en la Edad Media, al igual que los portugueses y los propios españoles en la islas Canarias con los guanches, se entiende que los paganos que hay en el continente americano son susceptibles de ser esclavos. Hace poco, sacaron una noticia sobre de la esclavitud en América, pero omitieron que España prohibió parcialmente la esclavitud tan solo ocho años después de llegar en 1500, con las excepciones de los caribes y de los capturados en guerra justa; se volvió a prohibir en 1530, y de manera definitiva en 1542 se acaba con la esclavitud del indígena. Solo 50 años después. Eso es un mérito sin precedentes porque hay que tener en cuenta que en Norteamérica los ingleses ni siquiera llegan a suprimir la esclavitud, ya que serían los propios estadounidenses después de la Guerra de Secesión los que lo hagan.

Si hubo genocidio no fue durante la colonia española, fue después, con la independencia, cuando llegaron las nuevas naciones liberales para las cuales el indígena era un estorbo

España se adelanta 300 o 350 años a la prohibición de la esclavitud en otros países. También hay dramas y hay luces y sombras. Es cierto que existe cierta la esclavitud a pesar de todo y también que desde un primer momento hay muchísima legislación para tratar de vedar esa esclavitud, cosa que era muy difícil en España. La Corona quería hacerlo, pero existían problemas, sencillamente porque había muchas rebeliones indígenas y, cuando las había, los españoles solo iban a reprimirlas a cambio de botín: no se embarcaba nadie si no se podían hacer esclavos con el concepto de guerra justa —aquellos capturados tras haber atacado a la Administración—. En Sevilla hay algunos indígenas que vienen como esclavos. La Corona se enfrenta a una contradicción, por un lado, desea suprimir la esclavitud del indio desde el inicio —porque son vasallos de la Corona de Castilla—, y, por otro, teme que se le vayan de las manos las rebeliones indígenas si no acepta que se puedan hacer esclavos capturados en buena guerra. Hay por tanto una pequeña forma de conseguir esclavos, pero no tráfico como tal, sobre todo a partir de 1541.

P. Una de las grandes cuestiones del libro es la del mestizaje y la conformación de la administración y las oligarquías a partir de los propios indígenas. ¿Qué sentido tienen las acusaciones como las de López Obrador en México?

R. Una cosa es la historia y otra cosa es que el discurso que nos quieran vender. Hay una realidad, y es que España les reconoció como vasallos de la Corona de Castilla, les reconoció sus propias tierras a los curacas, que junto a los caciques mantuvieron sus tierras. Les permitió escriturar tierras que no tenían escrituradas y les dio privilegios hasta el punto de que la independencia la hacen los criollos —los mestizos descendientes de españoles que se quedan en América—. Y esa independencia la hacen contra la voluntad de buena parte de los indígenas, que no estaban por la labor. Y, por supuesto, si hubo genocidio, no fue durante la colonia española, fue después, con la independencia, cuando llegaron las nuevas naciones liberales para los cuales el indígena era un estorbo en su desarrollo. Ahí sí que los exterminaron de manera masiva. De hecho, López Obrador al igual que critica a España, ha tenido que pedir perdón por las matanzas de Yaquis en el Yucatán, que perpetró en el siglo XIX el Estado mexicano. Hay casos probadísimos en México, en Argentina y en Chile, donde fueron erradicados los indígenas por los criollos y después de la independencia, no por la administración de la corona española durante los siglos anteriores. Por las circunstancias que sean, ahora estamos con el discurso indigenista, que se dirige siempre contra España y que obvia que el gran genocidio se produjo durante los estados nacionales del XIX, no antes. Es así.

placeholder Manifestantes derribando en 2021 en la ciudad colombiana de Cali la estatua del conquistador español Sebastián de Belalcázar. (EFE)
Manifestantes derribando en 2021 en la ciudad colombiana de Cali la estatua del conquistador español Sebastián de Belalcázar. (EFE)

P. Bueno, tú explicas que ya antes la conquista es, de hecho, una empresa conjunta realmente… ¿Los nobles indígenas se integran en la Corona de España?

R. En general, hay una aceptación del statu quo, sobre todo a través del mestizaje y después a través de las élites, que claudican. Es una de las singularidades del Imperio español. Siempre explico que la conquista no la pudo hacer España, no podía conquistar eso, tenemos la idea de que somos los que conquistamos, pero el 90% de los conquistadores fueron indígenas. ¿Cómo iba a conquistar Francisco Pizarro con 118 hombres el Tahuantinsuyo, que son, además, dos millones de kilómetros cuadrados de extensión? ¿Cómo iba a conquistar la Confederación Mexica Hernán Cortés con 508 hombres? Evidentemente, se hizo porque América era muy diversa y se iba siempre pactando, pero no solamente Hernán Cortés o Pizarro, ya lo hizo Cristóbal Colón. Hay una frase famosa de José Vasconcellos, el célebre historiador mexicano, que aquí la hizo suya Carlos Pereira y que dice que América la conquistaron los indígenas y la independizaron los españoles, y tiene mucho de verdad.

P. ¿Qué influencia tuvieron los indígenas y los mestizos en el Viejo Mundo y cómo fueron aceptados en la sociedad española?

R. La cuestión de los mestizos es apasionante y está muy poco estudiada, tanto por la cantidad de ellos que llegaron a España como por la creación de una oligarquía potente y reconocida. Fueron enviados a España por los propios colonos españoles para que se educaran con sus familias y hubo cientos de ellos que se integraron, encabezados por Francisca Pizarro Yupanqui, la gran rica mestiza que vivió en Madrid muchos años en torno de la Corte y que tuvo un poder económico y social muy importante. Pero había mestizos ricos en Albuquerque, en Talavera la Real, en Montijo... Los enviaron sus padres con dinero y formaron parte de una verdadera oligarquía mestiza. De hecho, no hubo discriminación. En realidad, es igual que ahora que tenemos dos conceptos: el de inmigrante, porque llega una patera, y el de extranjero, que llega en un jet. Si un africano que es un futbolista viene a España es aceptado. En esos siglos pasaba lo mismo. ¿Discriminación con el mestizo? No. Si era rico, se integraba sin ningún tipo de problema y era una persona superreconocida, importante caballero era don dinero, como decía Quevedo. Como siempre, los indios esclavos fueron discriminados, como esclavos que eran. De hecho, en los juicios, dan testimonios de que eran personas de segunda, pero por esclavos, no por mestizos. Ahí está el inca Garcilaso de la Vega, que pudo vivir en España holgadamente, en Montilla, y dedicarse a la literatura y escribir grandes obras. Sin complejo ninguno, orgulloso de su mestizaje. En América, tenían sus problemas, y en España, no, como explicaba él mismo.

No fuimos unos genocidas, pero tampoco fuimos los salvadores del mundo precolombino de la esclavitud y barbarie de sus gentes

P. ¿Crees que hay una leyenda antiespañola en América en el mundo académico? Me refiero a que está claro que a nivel de la calle y de discursos políticos se ha recrudecido en los últimos años, pero ¿en las universidades es así?

R. Lo tengo muy claro. Una cosa es a nivel popular —por la circunstancia que sea, por cuestiones educativas, etc.—, donde sí ha crecido la animadversión, incluso en países donde nunca la había habido como Santo Domingo, donde se han planteado también tirar la estatua de Colón que está delante de la Catedral Primada. Pero hay que decir que en el mundo académico no es así y no se sigue nada de la leyenda negra. No tenemos problema ninguno entre España y América. Yo estoy harto de ir a congresos y de estar en contacto con investigadores peruanos, investigadores mexicanos, dominicanos, panameños, y no suele haber gran diferencia. No, a nivel académico no, pero a nivel popular hay mucha habladuría, está un poco el politiqueo, aunque después yo que me paseo por América —durante muchos años— y siempre he tenido buen trato con todo el mundo, siempre soy recibido con simpatía. Lo que tampoco se puede hacer, como se hace ahora y es un poco la tendencia en el mundo académico y de divulgación histórica en España, es decir que fuimos allí a salvarlos de no sé qué… Si queremos tener una opinión buena allí, hay que ir con un talante de entendimiento y tratando de buscar un punto medio, de buscar la verdad. No fuimos unos genocidas, pero tampoco fuimos los salvadores del mundo precolombino de la esclavitud y barbarie de sus gentes.

Martín Cortés, mestizo, hijo del capitán Hernán Cortés —conquistador del imperio Mexica— y de Marina, la india Malinalli o Malinche, nació en Coayacán a finales de 1523 o principios de 1524. Tenía cinco años cuando zarpó desde Veracruz con su padre destino a España. Iban también sus hermanos Luis y Catalina, y todos fueron legitimados a su llegada por el papa Clemente VIII por la misma petición de Hernán Cortés. Martín se embarcaría con su padre y el mismo emperador Carlos I en las campañas de Argel hacia 1541. Volvería al Nuevo Mundo dos años más tarde con su esposa Bernardina de Porras y su hija, pero fue un viaje de ida y vuelta porque sus raíces estaban en España.

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