Podemos o el chihuahua que te muerde los tobillos

Podemos (¡WA WA, RRRRR!) se queja de que los sacan poco en la tele. Se queja con razón. Yo tampoco me lo explico. La tele es un medio de comunicación que se pirra por el exabrupto y el ladrido ridículo, y durante esta campaña, desde Podemos, han tocado techo en todas estas artes. ¿Cómo ha podido resistirse la maquinaria del morbo a emitir segundo a segundo y en directo este pornoestertor político? ¿Cómo hicieron para silenciar los ladriditos de chihuahua diabólico?

(¡ROAR, GRRRR, WAWA!)

Voy a enmendar en lo que pueda esta falta de atención mediática. La jornada de reflexión es esto, para mí: pensar en la muerte, como Hamlet, con una calavera en la mano, bajo el eco de los ladridos del perrito enrabietado. He aquí mi recopilatorio de los mejores gruñidos de la campaña de Podemos para las autonómicas de mañana. Que tomen nota las hemerotecas. (¡WRARR! ¡WA WA! ¡RRRRR!)

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Desde el arranque se vio que iban a la desesperada: el 5% es la frontera entre la vida y la muerte en infinidad de ayuntamientos y comunidades autónomas, y los pactos precarios con que se habían presentado en la mayor parte del territorio saltaron por los aires antes de desatarse el influjo de Yolanda Díaz. Había que hacer, entonces, una campaña muy agresiva, operística, chihuahuática, y lo de enviarse sobres con balas y amenazas fascistas ya lo quemaron sin éxito en las autonómicas de Madrid. (¡ROAR! GRRRRR)

¿Qué estrategia siguieron? Primero, la de todos: proponer regalos, paquetes y chochonas en modo señor del micrófono en la tómbola. ¡Epa, epa, epa, Mercadona público, Tinder antibabosos, Glovo público! Intuyo que quedó en la recámara Satisfyer público, que podría apartar del voto morado a las mujeres sin vulva. Supongo también que tanta empresa pública podía ser el inicio de la construcción de nichos donde colocar a los receptores de sueldo público tras la debacle. Era poco. También Sánchez y Feijóo sacan regalitos en campaña. Había que hacer más.

(¡WAWA! ÑRRRRRR, GRRRRR, GUAU WAWA!)

Había que echar más rabia, más agresividad, de modo que la Factoría Podemos hizo lo que siempre ha hecho mejor, desde los tiempos en que montaron el "tramabus" con las caras los enemigos del Pueblo o cuando, en 2019, Irene Montero y medio partido vituperó por Twitter a una malvada propietaria de pisos, y resultó que el foco de sus ataques ni siquiera era esta propietaria, sino una pobre señora que compartía nombre y primer apellido, como destapé aquí. Es decir: señalar.

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Señalar: poner nombres, apellidos y caras a los símbolos, por ejemplo, a los responsables de la pobreza de las gentes. Personajes públicos a los que se ataca desde cargos de responsabilidad, con absoluto desparpajo, siempre que no se hayan significado como amigos del partido. A Yolanda Díaz, Mónica García, Rita Maestre y demás mujeres empoderadas sin permiso de Pablo Iglesias las ridiculizaban desde Canal Red, pero ellas son rivales políticos. Había que atacar también a ciudadanos ajenos a los partidos y hacerlo, claro, desde el partido, de manera orgánica.

(¡RRRRRRRRRR!)

En una jugada maestra de anticipación, Montero se fue a Valencia a apoyar a su candidata a la alcaldía, una tal Pilar Lima de la que nadie fuera de los ambientes chihuahuas de Valencia había oído hablar, y a la que la ministra vendió por sus méritos: roja, bollera y sorda. El choteo que provocó esta forma de presentar el curriculum fue lo bastante descomunal como para acabar en El Hormiguero, y ahí se vio que Podemos había obrado con mefistofélico tacticismo: fabricaron una oportunidad de victimizarse atacando. ¡Vaya que sí!

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Pablo Motos y Miguel Lago se rieron en antena de lo que todo el mundo: de ofrecer semejantes ítems como razones para votar a alguien. Sin embargo, Podemos convirtió esas risas en un supuesto delito de odio. Motos y Lago se reían, pues, de las lesbianas y de las sordas. ¡Eso es rentabilizar la audiencia del enemigo! Jugada magistral de manipulación con la que lograron llevar a una desconocida, candidata de una opción de izquierdas aplastada en intención de voto por Compromís, a lo más alto. De modo que se pasaron varios días con el raca-raca.

(WA, WA, RRRRR)

La candidata, Pilar Lima, demostró que, no por sorda, sino por candidata, era incapaz de interpretar un mensaje, y se la vio muy feliz en vídeos de TikTok respondiendo a la supuesta humillación por razón de orientación sexual y discapacidad auditiva. Terminó la campaña repitiendo que es la primera candidata sorda que se presenta, y que era la segunda bollera, pero que Rita Barberá había sido la bollera mala. Bolleras malas, pero el de los prejuicios es Pablo Motos.

Lo del Hormiguero incluso lo llevaron a la fiscalía. ¡Flipa! Y esto lo hacían al mismo tiempo que los Abogados Cristianos lograban que un juzgado acepte el pleito contra unos cómicos de TV3 por caricaturizar a la Virgen del Rocío. Así que, mientras Podemos sacaba pecho por perseguir a dos cómicos de televisión por unos chistes, Podemos sacaba pecho por la libertad de expresión y defendía el trabajo libérrimo de los cómicos de la tele catalana. ¡Y otro perrito piloto!

Pero no fue la única incongruencia vertiginosa de su campaña. El partido se puso en modo Black Lives Matter por los insultos racistas a Vinícius en Mestalla. Esto fue más o menos al día siguiente de que Pam le espetase al conocido como "negro de Vox", Bertrand N'Dongo, ese que va con un micrófono, que parecida cosa es ser negro y obesa, es decir, ¡que ser negro es una enfermedad! P'alante. (WAWAWAWA).

Campaña de un partido contra el familiar de la presidenta actual porque, recordemos, ¡violencia política es cuando me lo hacen a mí!

En paralelo, lonas cubrían edificios de Madrid con el rostro de Tomás Díaz Ayuso, hermano de Satán y, según la justicia, no culpable. ¡A mí los arietes! Pusieron su cara y su nombre en camisetas, en las antedichas lonas, y Alejandra Jacinto, la misma que acosó con sororidad de la buena a Begoña Villacís con una panza de nueve meses, ahora convertía al hermano de Ayuso en su yacimiento. La campaña de Podemos en Madrid era la campaña de un partido contra el familiar de la presidenta actual porque, recordemos, ¡violencia política es cuando me lo hacen a mí!

Yo a estas alturas de la campaña estaba ya, sinceramente, borracho de alegría. Una vez, en casa de mi tía Maruja, su chihuahua me vio acercarme a la nevera a por unas natillas y me formó en el tobillo tremendo torbellino de minúsculas dentelladas. Lo que me reía con el perrete encanado, sin hacerme un rasguño. Pues eso es lo que se rio Pablo Motos con su parte de mordiscos, según me contó en un SMS. De cualquier forma, todo se borró con el broche.

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Menudo broche: unos montajes hechos con Inteligencia Artificial (posiblemente la única inteligencia operante a esas alturas en el equipo de campaña de Podemos) donde se veía a algunos de los miembros del partido convertidos en superhéroes de Marvel. ¡Superhéroes de Marvel! ¿Les caerá antes la denuncia por difamación de Tomás Díaz Ayuso o la de Disney por utilizar sus productos sin pagar? Recordemos: hace unos meses usaron sin consentimiento las fotos de unas señoras cojas o masectomizadas para una campaña de "cuerpes diverses".

En fin, con eso me quedo. Con esto y con la propuesta de ley para que los comunicadores de televisión hagan pública su declaración de bienes, y el disgusto que se llevó Ana Pardo de Vera al conocer la propuesta, por lo que sea. ¡Qué forma de hacer el chihuahua! Echenique como Hulk y Montero como Wonder Woman, ¡cosas así! Héroes con poderes sobrenaturales un instante antes de que las urnas, como Thanos, chasqueen los dedos.

Ah, joder, ¡cuánto los voy a echar de menos!