Es noticia
¿Por qué una copa griega del siglo IV a.C llegó trozo a trozo al MET de Nueva York?
  1. Cultura
Tráfico de antigüedades

¿Por qué una copa griega del siglo IV a.C llegó trozo a trozo al MET de Nueva York?

Los fragmentos de una cílica griega de más de 2.500 años de antigüedad llegaron poco a poco al museo hasta que fue reconstruida y expuesta, pero todo era parte de un plan ilícito

Foto: La historia de una antigua copa griega que fue saqueada y reconstruida a pedazos en un museo de Nueva York (Museo Metropolitano de Arte)
La historia de una antigua copa griega que fue saqueada y reconstruida a pedazos en un museo de Nueva York (Museo Metropolitano de Arte)

El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, comúnmente conocido como el 'Met', ha sido acusado en diversas ocasiones de exhibir piezas robadas y obtenidas de manera ilegal. Uno de los casos más sonados es el de la reconstrucción de una antigua copa griega, cuya llegada al museo por piezas y su posterior recreación siempre suscitó muchas dudas, así como el enfado de las autoridades italianas, que reclamaban su devolución hasta que finalmente la recuperaron el año pasado.

La copa en cuestión es una cílica de 13 pulgadas de diámetro, una pieza de la cerámica griega clásica también conocida como kílix, kylix o quílice, que tiene una forma similar a la de un cáliz y se usaba para beber vino. Se cree que tiene más de 2.500 años de antigüedad, y que fue creada alrededor del año 490 a. C. Su relación con el museo neoyorquino empezó en 1978, pero entonces solo llegaron unos pequeños fragmentos de la cílica, como adquisición a un comerciante suizo. Al año siguiente, adquirieron más pedazos de una galería de Los Ángeles, constatando que pertenecían a la misma pieza.

Foto: El sarcófago de la momia de Nedjemankh. (Met Museum)

Aunque en aquel primer momento solo tenían unos diminutos trozos rotos, los expertos del museo ya determinaron que se trataba de parte de una cílica griega antigua, tal como relata The New York Times. Curiosamente, durante los 16 años posteriores al primer hallazgo, todos los demás trozos de la misma cílica fueron llegando de manera gradual al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York desde distintos orígenes: a veces como compras, y a veces como obsequios. A menudo iban junto a los pedazos de otros objetos antiguos, y se iban separando cuando supuestamente detectaban que eran parte de la cílica de la que ya tenían fragmentos.

Además, los expertos del museo dijeron haber llegado a la conclusión de que los autores de la pieza eran dos referentes de la cerámica de la Antigua Grecia: el alfarero ático Hierón, y el ceramógrafo ateniense Macrón. Esto hizo que su valor se incrementase más, y actualmente está estimado en más de 1 millón de dólares. Finalmente, pudieron completar el puzle en 1994, cuando llegó el último pedazo y reconstruyeron la cílica, que pasó a formar parte de la exposición del museo cinco años después. Pero muchos no se creyeron esta historia tan bonita y milagrosa, y siempre hubo dudas de que todo podía formar parte de un plan ilícito.

Ha sido devuelta a Italia

El pasado mes de septiembre, la oficina del fiscal de distrito de Manhattan confiscó la cílica para devolverla a Italia, tras confirmar que había sido saqueada en su día desde ese país, que reclamaba la devolución de esta y otras antigüedades a Estados Unidos. Pese a la confusión que generó el hecho de que diferentes coleccionistas y comerciantes hubiesen facilitado en su día por separado los diversos fragmentos al museo, al final todas las piezas de la historia acabaron encajando, igual que las de la copa.

placeholder La cílica que fue dividida en fragmentos y reconstruida (Museo Metropolitano de Arte)
La cílica que fue dividida en fragmentos y reconstruida (Museo Metropolitano de Arte)

Parece ser que la cílica habría llegado a Italia hace muchos siglos, a través del comercio con los etruscos. Según los investigadores de este caso, la copa fue saqueada de una tumba etrusca en Italia poco antes de que los primeros fragmentos empezasen a llegar de manera misteriosa al museo de Nueva York.

La conclusión fue que los pedazos fueron dispersados y enviados al museo de forma escalonada para evitar sospechas de tráfico de antigüedades, que es lo que realmente ocurrió según todos los indicios. Una de las pruebas consiste en las viejas fotos que encontraron en las oficinas del traficante italiano Giacomo Medici, en las que aparecían los fragmentos de la cílica antes de su llegada al museo. Además, descubrieron que tres de los mercaderes de arte y coleccionistas que habían facilitado sus respectivos trozos al museo habían estado también compinchados en la venta de otras antigüedades robadas.

Todo indica que la valiosa copa griega fue saqueada de una tumba etrusca en Italia

Por si fuera poco, la figura del propio Dietrich von Bothmer, conservador e historiador de arte que trabajaba para el Met durante aquellos años, quedó en entredicho: algunos de los fragmentos provenían sospechosamente de su colección privada, y este es solo uno de los muchos casos en los que se cree que fue cómplice de la adquisición ilícita de antigüedades robadas que llegaron al museo cuando él era uno de sus miembros más ilustres.

Los expertos creen que esta práctica de dividir antigüedades en pedacitos se ha dado muchas veces de manera ilegal, con el objetivo de que el traspaso de estos valiosos objetos no llame tanto la atención y puedan llegar al destino que desean museos y traficantes sin rendir cuentas a sus legítimos dueños (que en este caso sería el Estado italiano), y según sus propias condiciones al margen de la ley. Sin embargo, resoluciones como la que afecta a esta cílica griega ponen de manifiesto que cada vez lo tienen más complicado para salirse con la suya.

El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, comúnmente conocido como el 'Met', ha sido acusado en diversas ocasiones de exhibir piezas robadas y obtenidas de manera ilegal. Uno de los casos más sonados es el de la reconstrucción de una antigua copa griega, cuya llegada al museo por piezas y su posterior recreación siempre suscitó muchas dudas, así como el enfado de las autoridades italianas, que reclamaban su devolución hasta que finalmente la recuperaron el año pasado.

Historia
El redactor recomienda