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¿Qué fue de Asa Larsson? La 'bestseller' sueca que le disputó el trono a su compatriota Stieg
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¿Qué fue de Asa Larsson? La 'bestseller' sueca que le disputó el trono a su compatriota Stieg

Trece años después de su última novela, la exitosa autora publica 'Los pecados de nuestros padres', en la que, con la crudeza y violencia de siempre, aborda la corrupción inmobiliaria

Foto: Asa Larsson, en su última visita a España en 2013. (EFE/Andreu Dalmau)
Asa Larsson, en su última visita a España en 2013. (EFE/Andreu Dalmau)

Trece años ha tardado la sueca Asa Larsson (1966) en volver a las librerías españolas. Hace más de una década se convirtió en uno de los grandes fenómenos de la novela negra nórdica y arrasaba en nuestro país con historias como 'Aurora boreal', 'Sangre derramada', 'La senda oscura', 'Cuando pase tu ira' y 'Sacrificio a Molek'. Después, desapareció. Sin más. Un descanso que, a falta de más datos, le ha servido para escribir con calma 'Los pecados de nuestros padres' (Seix Barral), novela con la que concluye la serie de la fiscal Rebecka Martinsson, un personaje soberbio, de los que se quedan. En total, casi 600 páginas que se van leyendo como el agua (o la nieve) y que, sin duda, van a marcar este otoño literario.

placeholder 'Los pecados de nuestros padres', de Asa Larsson. (Cedida)
'Los pecados de nuestros padres', de Asa Larsson. (Cedida)

Los años transcurridos son muchos y se notan. En la protagonista —más amargada, pero a la vez más consciente de sus errores— y en la propia trama, que, a partir de un par de crímenes, esta vez aborda la especulación inmobiliaria, esa tan sacralizada institución que es la familia (en un entorno como el sueco, que poco tiene que ver con el de los países mediterráneos) y las decisiones tomadas décadas atrás, puesto que hay dos escenarios temporales, el actual y el de 1962.

A partir de un par de crímenes, esta vez aborda la especulación inmobiliaria y esa tan sacralizada institución que es la familia

Es curioso cómo aparecen elementos que no existían hace no tantos años como las redes sociales. "¿Sabes que se abrió un hilo con el título 'Los que vivimos en Kiruna y nos atrevemos a opinar'?", dice uno de los personajes en un determinado momento sobre las quejas a la policía recibidas en las redes. Por lo demás, es la novela negra a la que Asa Larsson nos tenía acostumbrados. Cruda: "Le pesaba los órganos, laminaba hígados, corazones, riñones y pulmones, y los colocaba en hileras perfectas sobre la mesa de acero inoxidable. Abría estómagos, cortaba intestinos y revisaba su contenido, serraba cráneos, extraía cerebros, le cambiaba las pilas al dictáfono de Pohjanen". Pero también con un buen desarrollo de los personajes, que no se quedan inanes ni planos, ni hacen gala de una fe fanática en el trabajo, como a veces sucede con los nórdicos calvinistas: "Trabajaba y trabajaba y trabajaba. Se perdió a sí misma (...) Volvía a trabajar a un ritmo frenético, ¿para quién? Y por una fracción del sueldo que cobraba antes".

Asa vs. Stieg

Asa Larsson era fiscal cuando, a comienzos de los dos mil, por la baja maternal por su primera hija, empezó a escribir. Tuvo tanto éxito con 'Aurora boreal' y su protagonista Rebecka Martinsson —un homenaje a Martin Beck, el inspector de las novelas de Per Wahloö y Maj Sjöwall, escritores que nunca ocultaron su carné comunista— que ya no volvió a los tribunales. A esa novela la siguieron cuatro más con los mismos resultados.

A esta sueca se la ha comparado en ocasiones con Camilla Läckberg, sin embargo, desde la calidad a las tramas, está mucho más cerca de quien fuera el último gran fenómeno literario y comercial, su también compatriota Stieg Larsson, el autor de la trilogía ‘Millennium’ (los últimos, escritos por David Lagercrantz, no cuentan). Por los personajes, las tramas y las inclinaciones políticas.

'Millennium' fue uno de esos fenómenos que ocurren una vez cada década

En España, la publicación en 2009 de esta primera novela coincidió con el triunfo abrumador de este sueco con el que, casualmente, compartía apellido y género literario. Apenas unos meses antes, la editorial Destino había publicado 'Los hombres que no amaban a las mujeres', una novela negra de un autor desconocido y ya fallecido que sorprendentemente estaba rompiendo todas las listas de ventas.

Fue, además, un éxito imparable que llegó con toda la artillería, puesto que el sello, con buen ojo, no dudó en sacar enseguida sus continuaciones, 'La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina' y 'La reina en el palacio de las corrientes de aire'. Para aquel entonces, cuando ni siquiera se habían rodado las películas, un gran público conocía a uno de esos personajes impagables: la 'hacker' Lisbeth Salander. 'Millennium' fue uno de esos fenómenos que ocurren una vez cada década, si ocurren, ya que tras los rescoldos de la crisis económica que alcanzó su cenit en 2012 no se ha visto nada igual.

Sin embargo, 'Aurora boreal' no se vio arrasada por aquel maremoto. En octubre de 2009, cuando apenas habían transcurrido cinco meses de su publicación en español, ya había alcanzado la 14ª edición y había vendido 110.000 ejemplares (datos aportados por la editorial en aquellas fechas). Hoy en día, cuando hablamos de 'bestsellers' con 20.000 o 30.000 ejemplares vendidos, son cifras aún más mareantes. Asa Larsson, la otra Larsson sueca, que estaba vivita y coleando, le disputaba sin rubor el trono a Stieg en una época en que la novela negra nórdica vivía un 'boom' sin precedentes en nuestro país.

Personajes femeninos potentes

¿Por qué sucedió? Quien los haya leído probablemente ha disfrutado con los dos. Ambos crearon a dos personajes femeninos muy potentes, muy duros y con viejas heridas que restañar en un mundo frío y de luz tenue. Ahora es mucho más fácil encontrar en las novelas negras este tipo de mujeres, inspectoras, detectives, que pasan de todo (y sobre todo, de todos) como protagonistas (porque todo se copia), pero hace más de una década no era tan habitual. No obstante, entre ambas hay diferencias. Mientras que Salander es pétrea y suele arreglar las cosas con violencia testosterónica sin importarle las consecuencias, a Martinsson, sin ser muy agradable, se le ven las costuras de la inseguridad y el sufrimiento cuando es consciente de no tratar a alguien bien. Quizás eso está más cerca del carácter real de una persona que no es una psicópata. Ahora bien, como dijo la escritora en alguna ocasión, "el mundo real no podría aguantar ni a una Lisbeth Salander ni a una Rebecka Martinsson". Menos mal que existe la literatura.

Las novelas de los dos suecos también divergen en el estilo. Todas son 'thrillers' apasionantes, con violencia fuerte, de esos que coges, te tumbas en el sofá y no puedes soltar. Pero la pluma de Stieg es mucho más fría: listas de objetos, mapas de ciudades. Todo es más aséptico. En Asa hay un calor costumbrista, hay más emociones, menos afán vengativo y más posibilidad de redención. De hecho, en la novela que se acaba de publicar una gran parte gira alrededor de la familia, de la infancia, de lo que fueron nuestros padres y en qué nos convirtieron a todos nosotros (para lo bueno y lo malo).

Ella misma leía la Biblia con asiduidad hasta que su padre, bibliotecario y comunista, la encaminó hacia otras lecturas

Si bien las novelas de Stieg parten de un interés más periodístico —durante años como reportero tuvo obsesión por las filtraciones nazis en su país—, las historias de Asa Larsson siempre han tenido mucho que ver con su propia autobiografía y lo que ella vio cuando era pequeña mientras crecía en Kiruna, en el Polo Norte, la ciudad que también protagoniza sus novelas. Hace años reveló cómo allí estaban muy presentes la Iglesia y el luteranismo radical.

Ella misma leía la Biblia con asiduidad hasta que su padre, bibliotecario y comunista —curiosamente, en esto coincide con Stieg—, la encaminó hacia otras lecturas. Pero aquello de la Iglesia se le quedó grabado y de ahí que en 'Aurora boreal' la trama girara en torno a una secta radical que comete una serie de abusos mientras lucha contra el aborto. Como dijo una vez, "mi inspiración para toda la violencia que aparece en mis novelas procede del Antiguo Testamento. Si lo piensas, es una sucesión constante de hechos sangrientos". Desde luego, la imagen de Cristo crucificado lo es.

placeholder Asa Larsson, firmando sus novelas en Bilbao en 2010. (EFE/Andreu Dalmau)
Asa Larsson, firmando sus novelas en Bilbao en 2010. (EFE/Andreu Dalmau)

En lo que sí coinciden tanto Asa como Stieg es en sus opiniones políticas. Asa no se ha cortado nunca ni en las novelas ni en las entrevistas. Los dos alertaron del peligro de la extrema derecha y del problema de la violencia en su país, que no ve como el paraíso nórdico que muchas veces se tiene desde el sur europeo. "Tenemos bastantes casos de violencia doméstica. Sobre todo en el norte. Y tenemos un pasado como colaboradores de los nazis en la II Guerra Mundial, del que nadie habla", manifestó en 2009. En 2012 se publicó en español su novela 'Cuando pase tu ira', que abordaba ese pasado turbio de los suecos. En la actualidad, aunque gobiernan los socialdemócratas, la extrema derecha (los Demócratas Suecos) son la tercera fuerza política en el parlamento. Como Stieg, no iba mal desencaminada.

Tanto Stieg como Asa Larsson alertaron del peligro de la extrema derecha en su país

En realidad, en esta batalla de ventas con su compatriota, Asa siempre reconoció el valor de las novelas de la saga 'Millennium' y todo lo que hicieron en el momento en el que fueron publicadas por poner el foco en un problema que no era tan mediático como ahora. "Las cifras de mujeres asesinadas en sus libros son reales. Yo creo que lo que ha hecho Stieg por las mujeres es increíble porque millones de hombres han leído sus libros y ahora son más conscientes de esta problemática", decía en 2009.

El escenario es hoy en día muy distinto. Ya no estamos ante un 'boom' de la novela negra nórdica como hace años, las cifras de ventas poco tienen que ver con las de antes, pero temáticas como las que trataban Stieg y Asa en sus libros sí forman parte de la conversación. Desde la violencia de género a los abusos en la Iglesia o los giros ultraderechistas a escala global. A veces la literatura (y los escritores observadores) sí tiene un papel de pitonisa.

Trece años ha tardado la sueca Asa Larsson (1966) en volver a las librerías españolas. Hace más de una década se convirtió en uno de los grandes fenómenos de la novela negra nórdica y arrasaba en nuestro país con historias como 'Aurora boreal', 'Sangre derramada', 'La senda oscura', 'Cuando pase tu ira' y 'Sacrificio a Molek'. Después, desapareció. Sin más. Un descanso que, a falta de más datos, le ha servido para escribir con calma 'Los pecados de nuestros padres' (Seix Barral), novela con la que concluye la serie de la fiscal Rebecka Martinsson, un personaje soberbio, de los que se quedan. En total, casi 600 páginas que se van leyendo como el agua (o la nieve) y que, sin duda, van a marcar este otoño literario.

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