Un verano de libros V: tres novelas desconocidas e impactantes sobre el fin del mundo

Hace algo más de una década, en la desaparecida editorial Salto de Página se publicaron en España tres breves e impactantes novelas de un autor argentino completamente desconocido, Rafael Pinedo, a quien la etiqueta “autor de culto” le va como anillo al dedo, pues es tan ignoto para el público mayoritario como celebrado y venerado en circuitos literarios. No se trata de un autor difícil de leer, aunque sí raro e inquietante, y tal vez si se hubiera publicado ahora, cuando tenemos naturalizada la 'weird fiction', el terror, la ciencia ficción y la distopía —géneros acordes con el mundo cada vez más destruido y apocalíptico en el que vivimos—, habría disfrutado de mejor suerte. Por lo mismo, no me cabe duda de que volver a Pinedo en este verano en el que el planeta se asoma al abismo resulta de lo más recomendable.

Rafael Pinedo nació en 1956 en Buenos Aires. Cuentan las escasas notas biográficas que pueden encontrarse sobre él en internet, que comenzó a escribir precozmente, que lo quemó todo a los dieciocho años y que, mientras no escribía, se licenció en Ciencias Exactas y Naturales y trabajó como ingeniero informático y actor teatral. Aunque nunca dejó de leer ficción, no retomó la escritura hasta los cuarenta. Lo hizo porque se apuntó a un taller literario para acompañar a un amigo que estaba en crisis. De la experiencia surgió una novela corta extraordinaria, 'Plop', por la que le dieron en 2002 el Primer Premio de Novela Casa de las Américas. En ella se cuenta el ascenso y caída de un individuo llamado Plop por el ruido que hace al nacer —el cuerpo del bebé cae en el barro cuando su madre lo pare atada a una carreta en marcha—. A Plop lo recoge una anciana, Goro, que todavía conserva cierta memoria de lo que fue la civilización, de la que solo quedan ruinas. Salvo Goro, nadie recuerda lo que ocurrió antes. El planeta es un lodazal en el que no para de llover, el agua del suelo no puede beberse ni tocarse, y se precisa andar con mucho tino para no caer en ciénagas de ácido o de algo similar. Nada se nombra, puesto que nada se sabe, aunque las jerarquías y los tabúes permanecen. En mitad de esta desolación, donde solo hay hambre y violencia, el poder se ejerce de forma despótica. Los sentimientos son un lujo y los “humanos” se han transformado en puro cerebro reptil.

Considerada por muchos como una obra maestra, 'Plop' sería la primera entrega de una trilogía sobre la destrucción de la cultura y el colapso de la civilización por su incapacidad de articular soluciones políticas efectivas frente al desastre, lo que desemboca en un universo de miseria, barro y ritos tribales. Contó Pinedo en una entrevista para la Revista Axxón que, para poder armar esta historia, tuvo que leer mucha antropología, y ahí se dio cuenta de que detrás de la cultura humana no había nada, salvo ritos. “La novela crea un mundo en el que, prácticamente, la única regla es la supervivencia. Como toda civilización tiene sus tabúes y ritos. Pero en este caso son tan arbitrarios que desnudan lo absurdo de su existencia. Desde aquí puede definírsela (como les gusta a los editores) como una distopía, o sea, una utopía negativa”, declaró. En otra ocasión, cuando se le preguntó si había pretendido hacer un retrato de la sociedad de su tiempo, muy modestamente Pinedo respondió: “Nada más lejos de mí que intentar pontificar, denunciar, desenmascarar, educar, dar algún mensaje. Estos son algunos de mis fantasmas, y yo vivo en esta cruel y absurda realidad, por lo tanto, algún punto de contacto debe haber”. 'Plop' fue escrita al calor de la crisis económica argentina de los años noventa del siglo pasado; sin embargo, trasciende con creces su propio contexto, pues no hay referencias a él. Y es que el escenario resulta hasta tal punto atemporal que parece situar a los personajes en un espacio mítico.

En 'Frío' (2004), los protagonistas son el cambio climático y una pobre monja que trata de sobrevivir en el convento en el que ha decidido permanecer. Está sola porque las demás hermanas han huido. La hecatombe climática, a diferencia de la que estamos empezando a experimentar, no viene en forma de calor, sino de hielo; se trata de una suerte de glaciación. La novela se sitúa en un lugar indeterminado de una Argentina devastada por esta ola de frío de origen desconocido que avanza de sur a norte, al igual que los refugiados que tratan de escapar de ella. De nuevo aquí adquiere gran importancia el rito, pues la monja acabará siendo una especie de sacerdotisa de las ratas, únicas habitantes del extraño convento, para las que celebra misas. Se trata de una situación límite, si bien, a diferencia de la primera entrega, no se borran los recuerdos ni las emociones. Estas últimas determinan en parte las peripecias de la trama, aunque es el cuerpo, con sus necesidades y padecimientos, lo que está en primer plano: rodillas que se congelan al contacto con el suelo, la suciedad, la comida a base de pájaros, ratas e incluso un puma. El texto pivota sobre la angustia que siente la monja ante el peligro de morir congelada o de hambre.

Rafael Pinedo no tuvo tiempo de comprobar la pertinencia de 'Subte' en la sociedad

Finalmente, en 'Subte', tercer libro de la trilogía, se cuenta la historia de Proc, una muchacha embarazada que huye de unos lobos salvajes por los túneles del metro, a oscuras. Se topará con la tribu de los ciegos, llamada así porque están acostumbrados a vivir en la oscuridad. Esta novela, la más breve de todas, habla de la supervivencia desde una perspectiva ligeramente menos descarnada que las anteriores, pues Proc trata de proteger al hijo que lleva en su vientre. No obstante, la maternidad no humaniza más, aunque nos lo parezca. Pero solo es un instinto animal.

Rafael Pinedo murió de cáncer muy joven, en 2006, el mismo año en el que se publicó 'Subte' en Argentina. No tuvo tiempo de comprobar la enorme pertinencia de su obra en la sociedad actual.