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¿Libros en papel o digitales? Esto es lo que opina la gente (y las ventajas de cada uno)
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23 de abril, día del Libro

¿Libros en papel o digitales? Esto es lo que opina la gente (y las ventajas de cada uno)

Los lectores y suscriptores de El Confidencial han hablado: aunque no hay una diferencia abismal, la mayoría de los seguidores de este periódico prefieren la lectura en papel

Foto: ¿Libros en papel o digitales? Esto es lo que opina la gente (y sus pros y contras)
¿Libros en papel o digitales? Esto es lo que opina la gente (y sus pros y contras)

Para muchos, el Día del Libro debería ser siempre. Qué inmenso placer el de sentarse en un cómodo sillón, junto a la ventana o bajo una lámpara de luz tenue y disfrutar del momento de inmersión en lo que otra persona ha ideado en su cabeza y plasmado en palabras. Esta situación puede darse o bien con un libro físico, con sus hojas (y ese característico olor a papel), pero también con un libro electrónico, cada cual define sus preferencias. Para la mayor parte de los lectores de El Confidencial, es mejor la opción de leer sobre papel, aunque no son pocos los que optan por aparatos electrónicos; según una encuesta elaborada desde este medio, un tercio de los lectores prefieren los dispositivos electrónicos, mientras que otros dos tercios son más asiduos a los libros tradicionales.

Según otro estudio publicado por Amazon en 2021, los lectores tienden a elegir el formato digital en situaciones como desplazamientos de trabajo o momentos de espera, aunque más de lamitad (55%) lo hace indistintamente en ambos formatos; solo un 6% aseguraba leer únicamente en formato digital y un 30% de manera exclusiva en papel. Entre los que optan por dispositivos electrónicos, la mayoría (59%) lo hacen en un e-reader, mientras que un 41% lo hacen en 'tablets'.

¿Qué ventajas tiene leer en papel?

Cada opción tiene sus contras... y sus muchos pros. Adentrarse en el mundo de los libros físicos tiene muchos beneficios, como el ya mencionado excepcional olor de los libros, especialmente el de los nuevos, pero muchos otros: los libros físicos no necesitan someterse a ninguna actualización del sistema, ni se les agota la batería y, como el buen vino, mejoran con los años. Para los más nostálgicos, leer libros en papel puede llevarte a un momento determinado de tu vida, recordándolo y reviviéndolo como si fuera entonces, dado que existen varios estudios que sugieren que este formato favorece la memoria visual. El regreso a estos recuerdos también se da cuando se usan como separadores no los míticos separadores comprados (que también), sino tickets, papeles con anotaciones o cualquier documento que sepas asociar al instante en el que leíste por última vez la obra.

placeholder Varios clientes en una librería del centro de Barcelona (EFE/Pérez)
Varios clientes en una librería del centro de Barcelona (EFE/Pérez)

Los libros tienen, además, la honrosa capacidad de decorar el lugar escogido para guardarlo —¡y cuántas maneras hay de ordenar librerías!— y, artísticamente hablando, la maquetación de los libros en papel es mucho más versátil que en los formatos digitales, que cuentan con muchas menos ilustraciones. Y qué decir de la tan mencionada obsolescencia programada que los libros en papel no experimentan: los libros escritos hace dos siglos siguen siendo legibles, los soportes digitales varían, desaparecen, mueren.

¿Y qué pasa con leer sobre dispositivo digital?

Muchos amantes de la lectura, antes solo defensores del papel, comienzan a ver los beneficios de utilizar dispositivos digitales para leer. Y una de los mayores y más consensuadas ventajas de los e-books es su facilidad a la hora de ser transportados: los viajeros, los que por la razón que sea encadenan mudanzas o los que no disponen de grandes espacios para almacenar sus obras tienen en un pequeño aparato toda su biblioteca. Miles de libros en un pequeño dispositivo de menos de 200 gramos. Por ejemplo, con Kindle Unlimited puedes leer más de un millón de títulos en cualquier e-book (no tiene que ser necesario un Kindle) por muy poco dinero —de hecho, puedes optar por hacer una prueba gratuita durante dos meses—, y esto te permite devorar historias, novelas o ensayos sin necesidad de acumular grandes tomos.

Pero no todo es el espacio que ocupa, sino que existen muchas otras ventajas: muchos dispositivos permiten enviarte directamente las citas subrayadas (sin 'estropear' el libro) a un correo, gastan menos papel —de hecho, en la actualidad existe un fuerte desabastecimiento de papel que pone en un brete a las editoriales, incapaces de sacar nuevas ediciones de libros en papel y, en el caso de hacerlo, con la consiguiente subida de precio— y su versatilidad permite comprar casi cualquier obra desde cualquier punto del planeta, sin necesidad de tener que buscar una librería que lo disponga allá donde uno se encuentre.

¡Y la luz! Leer de noche es un placer para muchos, pero no siempre el acompañante (una pareja, un bebé...) es capaz de conciliar el sueño con un flexo encendido para poder leer; los libros digitales permiten en todos los casos seguir la lectura con la luz apagada, gracias a la propia iluminación del dispositivo. Otra de las ventajas de los e-readers es la de poder buscar, con un simple clic, palabras concretas o frases en el texto, además de subrayar o resaltar párrafos, hacer anotaciones y, después, eliminarlo todo otra vez.

La vergüenza también es un factor: no siempre se quiere mostrar públicamente lo que uno está leyendo, y con los lectores electrónicos es posible hacerlo (¿quién reconocerá la portada de un e-book en el metro? ¡Nadie la ve!), mientras que otro de los grandes factores a tener en cuenta es el precio: los libros digitales tienen un precio muy inferior al de los libros físicos, más aún desde que el Gobierno rebajó el IVA de estos productos del 21% al 4% hace un par de años. Sea cual sea la opción que uno elija, leer siempre debe ser un placer.

Para muchos, el Día del Libro debería ser siempre. Qué inmenso placer el de sentarse en un cómodo sillón, junto a la ventana o bajo una lámpara de luz tenue y disfrutar del momento de inmersión en lo que otra persona ha ideado en su cabeza y plasmado en palabras. Esta situación puede darse o bien con un libro físico, con sus hojas (y ese característico olor a papel), pero también con un libro electrónico, cada cual define sus preferencias. Para la mayor parte de los lectores de El Confidencial, es mejor la opción de leer sobre papel, aunque no son pocos los que optan por aparatos electrónicos; según una encuesta elaborada desde este medio, un tercio de los lectores prefieren los dispositivos electrónicos, mientras que otros dos tercios son más asiduos a los libros tradicionales.

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