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Quién es el Tutankamón británico: el increíble hallazgo del héroe sin nombre
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POCO O NADA SE SABE DE ÉL

Quién es el Tutankamón británico: el increíble hallazgo del héroe sin nombre

El descubrimiento de un enorme barco en mitad de la nada ha servido a Netflix para llevar a cabo una película donde se trata de descubrir quién es la identidad del héroe desconocido

Foto: Un enterramiento del que se conoce muy poco. (NIKU)
Un enterramiento del que se conoce muy poco. (NIKU)

Corrían los últimos años de la década de los 30 del pasado siglo. Los tambores de una nueva guerra ya empezaban a sonar por la vieja Europa y buena parte de las potencias europeas trataban de buscar vías para evitar un nuevo conflicto, al mismo tiempo que sus industrias empezaban a centrarse ya en la producción armamentística. Precisamente en ese ambiente tan convulso, un arqueólogo 'amateur' iba a llevar a cabo uno de los mayores descubrimientos de la historia de Reino Unido que, a día de hoy, continúa siendo un verdadero misterio.

Edith Pretty acababa de perder a su marido escasas fechas atrás. Durante sus últimos años de vida, ella le insistió en que contratara a algún investigador para que explorara su finca de Sutton Hoo, junto al río Deven, en Suffolk. Amante del misterio y del espiritismo, esta mujer tenía un presentimiento sobre una serie de montículos que había dentro de la parcela de su casa, unas sensaciones que se incrementaron cuando un amigo que fue a visitarlos les aseguró que junto a esos túmulos había visto una serie de figuras. Sin embargo, su marido nunca prestó atención a este hecho.

Foto: 'Cleopatra' (1888) según el pintor británico John William Waterhouse.

Con poco más que perder tras su deceso, Pretty decidió llevar a cabo aquello que anhelaba: contrató a un arqueólogo 'amateur', llamado John Brown, para que investigara si existía algo misterioso en ese punto concreto de su finca. No en vano, era una especie de colina muy pronunciada y, junto a ella, colocadas de manera muy precisa, otra serie de pequeñas lomas equidistantes. Brown aceptó la proposición y en el año 1938 comenzó a trabajar en los montículos más pequeños de la finca. Cuál sería su sorpresa cuando descubrió que aquello por lo que muchos habían tachado a Pretty de loca empezó a dar resultados.

En las primeras investigaciones en los túmulos más pequeños halló una serie monedas, además de un extraño disco de bronce, si bien es cierto que ofrecía señales de que ya habían sido asaltados muchos años atrás. Eso es lo que le llevó a investigar la colina de mayor tamaño, para esclarecer de qué se trataba. Tras varias semanas trabajando en la zona, de repente halló tres elementos extraños que le dejaron absolutamente sorprendido: eran tres pequeños fragmentos de hierro que podrían pasar desapercibidos… si no fuera porque se trataba de una serie de remaches de un barco.

Analizando la forma y el tamaño, Brown cayó en la cuenta de que en esa colina perfectamente podría haber enterrado un barco. Pero ¿qué sentido tenía? Solo tardó unos días en confirmar que no estaba equivocado: efectivamente, bajo esa extraña montaña acaba de aparecer un barco completo. Esta situación ya había ocurrido en algunos puntos de Europa, concretamente en Noruega y Dinamarca, donde se habían hallado una serie de enterramientos vikingos donde las naves eran la tumba funeraria de un prohombre de la ciudad. ¿Podría estar ante algo similar?

Tras desenterrarlo por completo, descubrió que se trataba de un impresionante barco de 27,4 metros de largo, el más grande encontrado hasta la fecha bajo tierra. Tal y como explica BBC, para darnos cuenta de su impresionante tamaño solo hay que pensar que en él podían entrar hasta 20 remeros a cada lado. Además, en mitad del barco, encontró los restos de una impresionante estructura de madera que no era, ni más ni menos, que la cámara funeraria en la que había sido enterrado uno de los héroes de la zona, posiblemente más de 1.000 años antes de la fecha de su descubrimiento. Pero el sueño de Brown se acabó ahí.

¿De quién se trataba?

Hasta ese momento, el barco más grande enterrado bajo tierra había sido descubierto en 1880, una embarcación vikinga de 24 metros encontrada en Noruega. Cuando este enorme hallazgo llegó a los oídos de altas instituciones, pronto los responsables del Museo del Británico y de la Universidad de Cambridge se pusieron a trabajar por orden del Gobierno, relegando a Brown a un papel absolutamente secundario. Solo unos días después, los expertos encontraron más de 250 elementos de oro puro. O, lo que es lo mismo, uno de los mayores tesoros nunca antes he encontrado en suelo británico.

Junto a este valioso tesoro, aparecieron vasijas y cuernos para beber, joyas muy elaboradas, hebillas de oro, una poderosa espada y, lo más sorprendente, elementos de diferentes puntos del planeta, tales como piedras preciosas de Asia, cubertería de plata de Bizancio y monedas de Francia, que fueron las que permitieron que se fechara con precisión el enterramiento: ni más ni menos que el siglo VII. Desde ese momento, pasó a ser considerado el Tutankamón británico, que se ha convertido en uno de los grandes descubrimientos del país. Pero, a día de hoy, el misterio le sigue rodeando.

Nadie sabe quién fue aquel héroe enterrado en su propio barco en mitad de la nada, rodeado por los tesoros más grandes nunca vistos. Pero los investigadores apuntan a que su entidad podría ser la de Raedwald, un líder regional que falleció en el año 624 y que, según la leyenda, formaba parte del linaje directo del dios nórdico Woden. Este descubrimiento, muy poco conocido fuera de las fronteras de Reino Unido, ha sido ahora llevado a las pantallas por Netflix, en un película denominada 'La excavación', protagonizada por Ralph Fiennes y Carey Mulligan. Eso sí, el misterio sigue rodeando al Tutankamón británico.

Corrían los últimos años de la década de los 30 del pasado siglo. Los tambores de una nueva guerra ya empezaban a sonar por la vieja Europa y buena parte de las potencias europeas trataban de buscar vías para evitar un nuevo conflicto, al mismo tiempo que sus industrias empezaban a centrarse ya en la producción armamentística. Precisamente en ese ambiente tan convulso, un arqueólogo 'amateur' iba a llevar a cabo uno de los mayores descubrimientos de la historia de Reino Unido que, a día de hoy, continúa siendo un verdadero misterio.

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