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Los vampiros aterrorizan Madrid
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Los vampiros aterrorizan Madrid

Desde este viernes 14 de febrero hasta el 7 de junio, la sala CaixaForum exhibe 362 objetos relacionados con la figura del vampiro en la exposición 'Vampiros. La evolución del mito'

Foto: Un fotograma de 'Nosferatu' (1979) de Werner Herzog con Isabel Adjani y Klaus Kinski. (CaixaForum)
Un fotograma de 'Nosferatu' (1979) de Werner Herzog con Isabel Adjani y Klaus Kinski. (CaixaForum)

"No había el menor color en sus mejillas, ni siquiera en sus labios, y en su semblante se veía una inmovilidad que resultaba casi tan atrayente como la vida que antes lo animara. En el cuello y en el pecho había sangre, en la garganta las señales de los colmillos que se habían hincado en las venas. '¡Un vampiro! ¡Un vampiro!', gritaron". Cuenta Carol A. Senf en su ensayo 'El vampiro en el siglo XIX en la literatura inglesa', que no existe casi niguna cultura libre de la superstición de los fantasmas chupasangres.

placeholder 'Le Vampire' (1890), de Joseph Apoux. (CaixaForum)
'Le Vampire' (1890), de Joseph Apoux. (CaixaForum)

Desde el 'strigoi' rumano, una ánima que sale de la tumba por la noche para aterrorizar a los vivos, hasta la 'langsuyar' malaya, el espíritu de una mujer fallecida al dar a luz que se alimenta de la sangre de los neonatos, el mito del vampiro —mutable en el aspecto, invariable en su sed de sangre y su condición de muerto— pervivió enraizado en el folclore popular, hasta que el Romanticismo convirtió a la bestia hedionda y macabra en aristócrata irresistible y sexual de 'El vampiro' de Polidori. Dibujado a imagen y semejanza de Lord Byron —hechicero de jovencitas, succionador del erotismo núbil—, el vampiro moderno del siglo XIX entró en el imaginario popular para quedarse.

Antes de 'Drácula' (1897), el vampiro por antonomasia, existió 'La novia de Corinto' (1797) de Goethe; Gorcha, el campesino que convierte a todo un pueblo en 'La familia del vurdalak', el cuento que escribió Tolstoi en 1839; Sir Frances Varney en un fascículo de a penique de alrededor de 1840, y la condesa Mircalla de Karnstein de 'Carmilla', el relato corto que Sheridan Le Fanu publicó en 1871 en la revista 'The Dark Blue', entre otros. Pero fue Bram Stoker quien sublimó el mito inspirándose en otro aristócrata, el príncipe de Valaquia Vlad Drăculea, el empalador.

placeholder James Dean posando en un ataúd en 1955, siete meses antes de morir. (CaixaForum)
James Dean posando en un ataúd en 1955, siete meses antes de morir. (CaixaForum)

Y desde este viernes 14 de febrero hasta el 7 de junio, la sala CaixaForum de Madrid repasa la figura del vampiro a través de la historia y la cultura en la exposición 'Vampiros. La evolución del mito', una muestra organizada en colaboración con la Cinémathèque francesa y que analiza la transformación del vampiro durante más de 100 años de cultura popular a través de manuscritos, libros, cómics, carteles, pinturas, grabados, fotografías, dibujos, piezas audiovisuales e, incluso, vestuario real de películas como 'Drácula' de Coppola, 'Entrevista con el vampiro' de Neil Jordan y 'Nosferatu' de Herzog. En total, 362 piezas de más de 30 museos y colecciones privadas.

"Símbolo del deseo del ser humano por la eterna juventud y la inmortalidad, el vampiro es también una encarnación del espíritu rebelde", explican desde CaixaForum. "Su figura ejerce de alegoría de la locura y de los miedos ancestrales de la humanidad, en diferentes contextos sociales e históricos. El vampiro también apela a la lucha por el poder y la dominación, y a los deseos y pulsiones sexuales más profundos y reprimidos. Es una figura que ofrece multitud de interpretaciones en los campos de la psicología, la etnología, la antropología, la religión y la historia".

placeholder Una imagen de la exposición. (CaixaForum)
Una imagen de la exposición. (CaixaForum)

"En este sentido, la exposición ofrece un viaje pluridisciplinario por el universo de los vampiros, que se inicia antes de la existencia del cine, cuando estos personajes formaban parte de leyendas y narraciones orales ancestrales, en ocasiones basadas en personajes históricos, para continuar en el siglo XIX, cuando el mito aparece con fuerza en la literatura gótica y de terror", analizan.

placeholder Bela Lugosi y Helen Chandler en 'Drácula' (1931). (CaixaForum)
Bela Lugosi y Helen Chandler en 'Drácula' (1931). (CaixaForum)

Pero con la llegada del cine, la imagen del vampiro de hábitos negros y colmillos afilados se convierte en la estrella del cine de terror. Desde 'Les vampires' (1915-16) de Feuillade, pasando por el 'Nosferatu' (1922) de Murnau, 'M. El vampiro de Düsseldorf'(1931) de Fritz Lang, el Bela Lugosi de la Hammer en los años 30, el 'Drácula' (1958) de Terence Fisher con Christopher Lee —que interpretó al personaje en una decena de títulos—, el 'Drácula' (1979) con Frank Langella y el 'Nosferatu' (1979) de Herzog, el 'Drácula' de Coppola y la 'Entrevista con el vampiro' de Neil Jordan. Luego llegaría la saga 'Crepúsculo' o las series 'True Blood' y 'Buffy Cazavampiros', en la que los vampiros se mimetizan con los humanos y visten vaqueros y camisetas sport. Vampiros poéticos, vampiros políticos, vampiros eróticos, vampiros pop. Cada época tiene su reinterpretación del mito y a través del mito se puede conocer mejor el palpitar de cada época.

"No había el menor color en sus mejillas, ni siquiera en sus labios, y en su semblante se veía una inmovilidad que resultaba casi tan atrayente como la vida que antes lo animara. En el cuello y en el pecho había sangre, en la garganta las señales de los colmillos que se habían hincado en las venas. '¡Un vampiro! ¡Un vampiro!', gritaron". Cuenta Carol A. Senf en su ensayo 'El vampiro en el siglo XIX en la literatura inglesa', que no existe casi niguna cultura libre de la superstición de los fantasmas chupasangres.

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