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'Mary Shelley': el monstruo de Frankenstein era ella
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'Mary Shelley': el monstruo de Frankenstein era ella

Entre el 'biopic' y el melodrama 'de tacitas' revestido de romanticismo gótico, Elle Fanning encarna a la escritora londinense en su despertar creativo y sentimental

Foto: Elle Fanning protagoniza 'Mary Shellay'. (Filmax)
Elle Fanning protagoniza 'Mary Shellay'. (Filmax)

Los poetas mueren jóvenes. Si uno ha de acabar con el bolsillo vacío, que al menos la faltriquera esconda un anecdotario mínimamente extenso. Que la autopsia certifique cirrosis o sífilis funciona, al menos, como testamento de la rebelión contra la domesticidad, con todo lo que ello implica: primero, tener una casa, segundo, despreciarla. El romanticismo es lo que tiene. A Espronceda se le llevó la difteria, que es un poco de segundones. Palmar de gripe es vulgar y de pobres —pero de los de verdad—, pero suicidarse con un chupito de láudano revela una vida interior intensa. El 'pobre Polidori' optó por el ácido prúsico —cianuro— para acabar con su vida a los 25 años, rebotado con Lord Byron; Byron sucumbió en la treintena después de que le hubiesen practicado unas sangrías —¡qué gran final para 'El vampiro' de Polidori!— y Percy Shelley se ahogó en un lago toscano cuando navegaba en su barco 'Don Juan' con apenas 29 años. Porque a la muerte también le va la comedia.

Los poetas mueren jóvenes. Si uno ha de acabar con el bolsillo vacío, que al menos la faltriquera esconda un anecdotario mínimamente extenso. Que la autopsia certifique cirrosis o sífilis funciona, al menos, como testamento de la rebelión contra la domesticidad, con todo lo que ello implica: primero, tener una casa, segundo, despreciarla. El romanticismo es lo que tiene. A Espronceda se le llevó la difteria, que es un poco de segundones. Palmar de gripe es vulgar y de pobres —pero de los de verdad—, pero suicidarse con un chupito de láudano revela una vida interior intensa. El 'pobre Polidori' optó por el ácido prúsico —cianuro— para acabar con su vida a los 25 años, rebotado con Lord Byron; Byron sucumbió en la treintena después de que le hubiesen practicado unas sangrías —¡qué gran final para 'El vampiro' de Polidori!— y Percy Shelley se ahogó en un lago toscano cuando navegaba en su barco 'Don Juan' con apenas 29 años. Porque a la muerte también le va la comedia.

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