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Mariah Carey, de promesa musical a esperpento... ¿o no?
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Mariah Carey, de promesa musical a esperpento... ¿o no?

Este año la cantante estadounidense publicará su decimoquinto disco de estudio. De momento, lanza el videoclip de 'GTFO' para abrir boca

Foto: Mariah Carey en un momento de su nuevo videoclip 'GTFO'. (Sony)
Mariah Carey en un momento de su nuevo videoclip 'GTFO'. (Sony)

"¿Qué tal si te vas a la puta mierda? [...]. No quiero ser maleducada, pero coge tu mierda y vete[...]. No estoy intentando ser maleducada, pero tienes suerte de que no te patease el culo el pasado fin de semana". Mariah Carey saca canción nueva, 'GTFO', un tentempié antes de lanzar su decimoquinto LP en los próximos meses, y lo hace arrancándose la imagen edulcorada de mariposas y purpurina; 'Glitter', purpurina en inglés, se llamó precisamente el gran batacazo cinematográfico de su carrera. Carey baja al barro para mandar "a la puta mierda", aparentemente, a su exprometido, el multimillonario australiano James Packer, de quien se separó en octubre de 2017. Al barro, sí, pero con lencería fina y reivindicando que tener autoestima y sentirse deseada y deseable no es patrimonio exclusivo de veinteañeras. Algo que parece molestar a la mirada carcunda. Que Madonna o Carey enseñen carne es vulgar; eso sí, Dave Gahan tiene bula para seguir luciendo pecho en los escenarios hasta el último aliento.

No es la primera vez que Carey enfunda su lírica con puños americanos. En 2009 le dedicó una canción a Eminem, 'Obsessed', en la que le preguntaba: "¿Por qué estás tan obsesionado conmigo?". En el videoclip de este tema se disfrazó del rapero, a quien caracterizó como un acosador, mientras le cantaba: "En todos los blogs [recordemos, era 2009] diciendo que nos conocimos en un bar, cuando yo no sé ni quien eres. […] Yo soy de clase A y tú eres patético y aquí nadie ha mencionado siquiera tu nombre. Habrá sido la maría, habrá sido el E [un juego con una forma de llamar al éxtasis y la primera letra del nombre del cantante]".

Eminem contestó con otro tema, 'The Warning', con el que se despachó a gusto y con clase: "Wow, Mariah, no esperaba que fueras a echarle huevos. Zorra, calla la puta boca antes de que haga públicas las llamadas que hiciste a mi casa cuando estabas en tu momento salvaje antes de Nick [Cannon, exmarido de Carey], cuando estabas montada en mi polla y te había dado algo por lo que sonreír". Una enemistad visceral que representa un costurón de realidad en el traje prefabricado de Carey.

Advierte el dicho aquello de "tonto, tonto; mierda, mierda" y Mariah Carey es, precisamente, una diva que ha explotado la imagen de rubia ingenua y sin muchas luces, hortera e infantil, que parece ser más estudiada y autoconsciente de lo que parece a primera vista. Incluso ese ex al que en su último sencillo sugiere, con insistencia y a ritmo de balada melosa, un viaje a la inmundicia refuta la idea extendida de que Carey es una simple. "Estaba en un momento muy bajo en mi vida. […] Brett Ratner [ex socio de Packer en la productora Ratpac] fue el que hizo que Mariah y yo nos conociéramos. Ella era cariñosa, interesante y divertida. Mariah es una mujer con sustancia. Es muy inteligente. Pero [la relación] fue un error para ella y un error para mí", confesó el año pasado al suplemento de fin de semana de 'The Australian'.

Carey parece a gusto en el perfil de princesa cándida de cuento de hadas. "Querido, voy a tener 12 años toda la vida", le contestó medio en serio medio en broma al periodista Aaron Hicklin en 2014 antes de empezar a imitar la voz de niña pequeña en plena entrevista. Tampoco ha dudado en enseñar su casa —que parece la de una 'barbie'— a las revistas del corazón. Incluso responde al apodo de 'Mimi', más acorde con el proto-sonido de un bebé que con un nombre de persona adulta.

Todo ello ha sido abono para cultivar leyendas urbanas como la que le atribuye la frase "Cuando veo en la televisión a esos niños hambrientos del mundo no puedo evitar llorar. Quiero decir, me gustaría estar tan delgada como ellos pero sin todas las moscas ni la muerte ni esas cosas". Aunque parezca de cajón que Carey jamás declaró tal cosa, el bulo es tan jugoso que desde 1996 la cita circula como un hecho más que probado hasta en publicaciones como 'The Independent', que reprodujeron esta falsa respuesta de una falsa entrevista que se inventó entonces la web satírica 'Cupcake'.

Carey nunca dijo aquello de "los niños hambrientos" y que le "gustaría estar tan delgada como ellos pero sin todas las moscas ni la muerte ni esas cosas"

Para el común de los mortales, Carey es una especie de vestigio del pop empalagoso y ramplón de los noventa fusionado con R&B o hip-hop ligero, una estrella decadente y futura Norma Desmond que llama más la atención por las meteduras de pata públicas que por su trabajo discográfico. En 2010, al recoger un premio como actriz en el Festival de Palm Springs, tuvo que reconocer que subía borracha durante un discurso de agradecimiento errático y balbucido.

placeholder Mariah Carey junto a America Ferrera y Natalie Portmanen los últimos Globos de Oro. (Efe)
Mariah Carey junto a America Ferrera y Natalie Portmanen los últimos Globos de Oro. (Efe)

En enero de 2017, su actuación en la noche de Año Nuevo desde Times Square, retransmitida por televisión, fue objeto de escarnio y mofa mundial: Carey había llevado la voz pregrabada y, cuando el sonido empezó a fallar y la dejó en evidencia —el playback, aunque no debería, es habitual en este tipo de eventos—, la cantante prefirió hacer un monólogo y pedir que el público cantase antes que lanzarse 'a capella'. Y también el año pasado recibió muchas críticas de quienes vieron poco respetuoso que un día después del tiroteo en un festival de música country en Las Vegas —en el que murieron 59 personas— hablase sobre las víctimas con el programa 'Good Morning Britain' recostada en un diván cual Maja Vestida. A decir verdad, parece que la pregunta de los entrevistadores le pilla totalmente desprevenida —incluso pide información sobre si han detenido al responsable— e intenta salir del paso lamentando "la tragedia" y afirmando que "reza por los muertos y heridos".

En enero de 2017, su actuación en la noche de Año Nuevo desde Times Square, retransmitida por televisión, fue objeto de escarnio y mofa mundial

En contraste con la caricatura que de ella hace la prensa del corazón, los números y sus capacidades vocales cuentan otra historia muy diferente. Cuando Carey saltó a la fama a principios de los 90 —ahora comparan a Ariana Grande con ella—, la prensa y la industria elogió sus capacidades vocales: su madre fue cantante de ópera y profesora de canto y, aparentemente, el registro de la voz de Carey abarca casi cuatro octavas y puede cubrir desde contralto a soprano de coloratura. En 1991, con motivo de la presentación de su segundo disco, 'The New York Times' elogió su "impresionante" y "apasionada" técnica de canto pop-gospel: "Pocos vocalistas de cualquiera que sea el género musical tienen una voz tan flexible como el instrumento de casi cuatro octavas de Carey".

Cuenta el cuento —cuento porque es demasiado principesco como para ser una verdad sin aderezos— que su carrera empezó cuando en 1988 Tommy Mottola le robó en una fiesta la maqueta que Carey llevaba en el bolso. Al menos así lo relató el propio Mottola en 'Hitmaker', unas memorias publicadas en 2013. Supuestamente, cuando el magnate de Sony Music escuchó la cinta en la limusina, le pidió al chófer a gritos que diese la vuelta. "Una energía increíble recorrió mi cuerpo y empecé a gritar: ¡Da la vuelta al coche! ¡Ésta es probablemente la mejor voz que hayas escuchado en toda tu vida!". Pero Carey había desaparecido de la fiesta y en la cinta no aparecía nombre alguno, así que el productor tuvo que buscarla por toda la ciudad. Por qué metió la mano Mottola en el bolso de una desconocida y cómo la encontró son detalles difícilmente explicables, pero el final de la historia —de momento— es el de una cantante con una carrera de casi 30 años y un patrimonio estimado en 443 millones de euros. Sólo con los derechos de autor de su éxito navideño y clásico moderno 'All I Want For Christmas Is You' (1994) ha superado los 50 millones de euros de beneficios, según un informe publicado por 'The Economist' en noviembre de 2017.

Con Mottola pasó por vicaría, pero la unión no duró demasiado. "En esa época deseaba que me secuestraran. Solía fantasear con ello. Mucho. Llevaba siempre la cartera encima en caso de que tuviese que pagar el rescate", declaró en 2005 en una entrevista para 'Allure'.

Mariah Carey en números

Nadie saca 15 discos de estudio si no es rentable. Y Carey, además, ha conseguido 18 números uno en las listas de éxitos estadounidenses, ha ganado 5 premios Grammy y ha vendido más de 200 millones de discos. El próximo 5 de octubre publicará otro sencillo, 'With Me', como adelante de un disco que ha producido Nineteen85, colaborador de Drake y ganadores ambos del premio a Mejor canción de rap en los Grammy 2017.

Desde el estreno de 'Glitter' en 2001, Carey arrastra el sambenito de caída en desgracia, más allá de lo que se espera de un artista con una trayectoria de décadas a las espaldas. Sin embargo, en 2005 publicó 'We Belong Together', "una balada con piano que utiliza también recursos del R&B y del hip-hop" que consiguió el número 87 en la lista de las '100 mejores canciones del siglo XXI' de 'Rolling Stone'. En 2010 participó en 'Precious', película que consiguió seis nominaciones a los Oscar —se llevó dos— y ahora prepara un docudrama como productora sobre su vida (con la ayuda de Brett Ratner) para el canal de TV por cable Starz.

El último año, más allá de apariciones televisivas poco favorecedoras, le ha reportado ingresos nada desdeñables. En verano hizo un tour de tres meses por Estados Unidos y Canadá junto a Lionel Richie —otro divo meloso donde los haya—, y cerró su 'residencia' en Las Vegas —que ha pasado de 'cementerio de elefantes' a acoger a Bruno Mars o Lady Gaga—, una serie de 50 conciertos en el Caesar's Palace bajo el título de '#1 hasta el infinito' a los que asistió la nada desdeñable cifra de 176.791 espectadores y que hizo una taquilla de 20 millones de euros.

Carey solapó su espectáculo de Las Vegas con los 34 conciertos de su gira de temática navideña 'All I Want For Christmas Is You Concert' —entre diciembre de 2015 y diciembre de 2017—, que aunque no tuvo muy buenas críticas, recaudó más de 7,7 millones de euros. En ninguno de los conciertos la asistencia bajó del 83% de las entradas puestas a la venta —en los seis primeros consiguió el lleno total— y el cómputo final de espectadores sobrepasó los 86.000. Puede que Carey ya no vaya a aportar nada novedoso al panorama musical, pero queda demostrado que de tonta tiene poco y que sigue sabiendo exprimir los réditos del pasado como pocos. Tonta, tonta, mierda, mierda.

"¿Qué tal si te vas a la puta mierda? [...]. No quiero ser maleducada, pero coge tu mierda y vete[...]. No estoy intentando ser maleducada, pero tienes suerte de que no te patease el culo el pasado fin de semana". Mariah Carey saca canción nueva, 'GTFO', un tentempié antes de lanzar su decimoquinto LP en los próximos meses, y lo hace arrancándose la imagen edulcorada de mariposas y purpurina; 'Glitter', purpurina en inglés, se llamó precisamente el gran batacazo cinematográfico de su carrera. Carey baja al barro para mandar "a la puta mierda", aparentemente, a su exprometido, el multimillonario australiano James Packer, de quien se separó en octubre de 2017. Al barro, sí, pero con lencería fina y reivindicando que tener autoestima y sentirse deseada y deseable no es patrimonio exclusivo de veinteañeras. Algo que parece molestar a la mirada carcunda. Que Madonna o Carey enseñen carne es vulgar; eso sí, Dave Gahan tiene bula para seguir luciendo pecho en los escenarios hasta el último aliento.

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