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Por qué debe tratarse el déficit de testosterona (tengas la edad que tengas)
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Por qué debe tratarse el déficit de testosterona (tengas la edad que tengas)

Solo el 20% de los varones con niveles anormalmente bajos reciben terapia de reemplazo con esta hormona. Entre las causas, el infradiagnóstico y los tabúes que rodean a la virilidad

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La testosterona es la hormona masculina por excelencia. Se produce principalmente en los testículos -también, en pequeñas cantidades, en los ovarios-, y define características típicamente del varón, como la gravedad de la voz, el vello facial o la musculatura. Esta hormona también ayuda a mantener el impulso sexual, la producción de espermatozoides y la salud de los huesos. El cerebro y la glándula pituitaria, que se encuentra en la base del mismo, controlan la cantidad de testosterona que producen los testículos.

Todos los hombres necesitan tener testosterona para poder tener una vida saludable física y psicológicamente. Pero los niveles de esta hormona disminuyen naturalmente con la edad, se estima que un 2% al año a partir de 40 años. Se trata de un descenso gradual en el tiempo, (en comparación con la caída abrupta de estrógenos que sufren las mujeres durante la menopausia), pero que puede afectar la calidad de vida.

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No es solo la edad, sino que otros factores, como la obesidad, niveles altos de ansiedad o determinadas enfermedades -diabetes o patologías renales y hepáticas- también pueden favorecer y acelerar esta disminución en los niveles de esta hormona.

La testosterona, explica el doctor Miguel Sánchez Encinas, jefe de equipo de uno de los servicios de Urología del Hospital Ruber Internacional y Ruber Internacional Centro Médico Habana, “tiene el mismo efecto protector en el hombre que el estrógeno en la mujer. Por eso, si está por debajo de lo normal, aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, obesidad y sarcopenia (pérdida de masa muscular)”.

Las señales y los síntomas de este déficit pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes son la disminución de la libido sexual, poca producción de semen, alopecia, pérdida de masa muscular, fatiga, cambios bruscos de humor e incluso el deterioro de las funciones cognitivas, la atención y la memoria en general.

Diagnóstico y tratamiento

“El diagnóstico del déficit de testosterona”, continúa el especialista, “es muy sencillo ya que puede detectarse con un simple análisis de sangre. En este tipo de pruebas médicas se analizan los niveles de testosterona para comprobar si su exceso o déficit puede tener consecuencias para la salud del paciente”. En cuanto al tratamiento, consiste básicamente en suplementar la hormona a través de geles transdérmicos o inyecciones intramusculares con el objetivo de aumentar los niveles de testosterona a rangos medios-normales.

Sin embargo, no deja de llamar la atención, subraya el especialista, “que solo el 20% de los pacientes con déficit de testosterona y con síntomas asociados (disminución de la libido, fatiga, pérdida de masa muscular o trastornos del ánimo) reciba terapia de reemplazo con testosterona, según datos publicados en el último congreso de la Asociación Francesa de Urología (AFU)”.

placeholder Doctor Miguel Sánchez Encinas.
Doctor Miguel Sánchez Encinas.

¿A qué pueden deberse estas cifras tan bajas? “Las principales causas podrían ser, por un lado, el infradiagnóstico (no hay que olvidar que la testosterona sigue estando asociada socialmente a la virilidad y ello conlleva múltiples tabúes a la hora de abordar el problema) y, por otro, el miedo a los posibles efectos adversos, ya que diversos estudios sugerían un posible aumento en el riesgo de eventos cardiovasculares como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular”, subraya el doctor Sánchez.

“Sin embargo, estudios más actuales como el TRAVERSE, han demostrado que en hombres con síntomas asociados a niveles bajos de testosterona y enfermedades preexistentes cardiovasculares, diabetes o síndrome metabólico, el tratamiento con testosterona no aumentó el riesgo de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares. Asimismo, confirmó que, en este grupo de pacientes, la testosterona no incrementa el riesgo de cáncer de próstata, respaldando las directrices de asociaciones científicas como la Asociación Americana de Urología (AUA)”.

Finalmente, el especialista destaca que es fundamental, a la hora de abordar este tipo de patologías, ponerse en mano de un especialista que nos guíe durante todo el tratamiento y nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida en múltiples aspectos. En este sentido, y con respecto al aumento del consumo de andrógenos fuera del ámbito médico, en el mundo del ocio y el fitness, donde se busca mejorar la estética y el rendimiento físico, el doctor señala que “el uso de testosterona en personas con niveles normales, especialmente con fines estéticos o de rendimiento, sigue siendo desaconsejado debido a los riesgos para la salud y a la falta de evidencia que respalde los beneficios a largo plazo”.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para mejorar nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Ruber Internacional​.

La testosterona es la hormona masculina por excelencia. Se produce principalmente en los testículos -también, en pequeñas cantidades, en los ovarios-, y define características típicamente del varón, como la gravedad de la voz, el vello facial o la musculatura. Esta hormona también ayuda a mantener el impulso sexual, la producción de espermatozoides y la salud de los huesos. El cerebro y la glándula pituitaria, que se encuentra en la base del mismo, controlan la cantidad de testosterona que producen los testículos.

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