El nuevo abordaje que busca evitar las recaídas en el cáncer

A lo largo de los últimos años, los nuevos casos de cáncer han seguido aumentando progresivamente. Según cifras de la Asociación Española contra el Cáncer, en 2023 se dieron 295.675 casos nuevos, lo que supone un 1,96% más respecto al año anterior.

Asimismo, el informe Las cifras del cáncer en España 2024, elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), estima que el número de cánceres diagnosticados en España durante este año alcanzará los 286.664 casos, lo que implica un ligero incremento del 2,6% respecto a 2023. Según este mismo estudio, los cánceres más frecuentes serán el de colon y recto, mama, pulmón, próstata y vejiga.

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El problema no solo son los casos nuevos: en ocasiones, el cáncer reaparece tras el tratamiento. Es lo que se denomina recurrencia o recidiva, y puede suceder semanas, meses o incluso años después de que se haya tratado el tumor primario u original. Sin duda, un diagnóstico precoz y la adherencia a la terapia prescrita son determinantes a la hora de reducir el riesgo de recaídas, pero también hay otros elementos que puede dictar la evolución de la enfermedad.

“En ocasiones, tras la cirugía radical del tumor primario, una población de células tumorales queda oculta en órganos como el hígado o el pulmón, y posteriormente despierta, multiplicándose y desarrollando enfermedad metastásica”, explica el doctor Juan Pablo Fusco, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Luz

Actualmente, la estimación del riesgo de recaída tras la cirugía y la decisión de dar o no quimioterapia se basa en criterios clínicos, como el tamaño del tumor o la afectación ganglionar, pero también se deben tener en cuenta estas pequeñas cantidades de células circulantes en nuestro organismo.

Tras la cirugía de un tumor primario, el paciente puede tener en sangre lo que llamamos enfermedad circulante microscópica o enfermedad mínima residual, es decir, la presencia de un reducido número de células cancerosas que permanecen en el cuerpo y que no pueden ser detectadas por ninguna prueba de imagen como TAC o PET/TAC.

A día de hoy, se disponen de tecnología que permite detectar esas partículas del material genético del tumor (ADN) que circula en sangre. “Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, después de operar el tumor, damos tratamiento de quimioterapia o no en función de los datos clínicos comentados previamente. No obstante, hay pacientes que no cumplen estos criterios para darles quimioterapia complementaria y, sin embargo, tienen enfermedad circulante microscópica, lo que se traduce en un alto riesgo de recaída”.

En ese sentido, la clave está, asegura el doctor Fusco, en detectar su presencia tras operar un tumor. “En los próximos años buscaremos la enfermedad mínima residual en aquellos pacientes operados de cáncer para detectarla y, de acuerdo con ello, estimar el riesgo de recaída para administrar el tratamiento sistémico posterior”, subraya el oncólogo del Hospital Universitario La Luz.

Este procedimiento, según el experto, “es el camino hacia donde vamos, porque ya existe la tecnología para poder detectar la enfermedad no visible”. Además, concluye, “no solo se está aplicando ya en el cáncer de colon, sino también en otros, como el carcinoma de vejiga”.

Las nuevas líneas de investigación intentan entender mejor cómo se comporta esta población de células tumorales, que son diferentes al resto y que luego ocasionan metástasis tumoral; esto permitirá desarrollar nuevas estrategias diagnósticas y terapéuticas para erradicar específicamente la enfermedad residual de forma temprana y específica. Si en el futuro somos capaces de evitar las metástasis tras la cirugía de una enfermedad localizada, resolveríamos uno de los aspectos más relevantes de la oncología.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para mejorar nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Universitario La Luz