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La gente en la Edad Media dormía diferente... ¿por qué?
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el sueño bifásico

La gente en la Edad Media dormía diferente... ¿por qué?

Hasta antes de la Revolución Industrial, todo el mundo dormía en dos fases durante la noche. Entre medias aprovechaba para trabajar, rezar o tener relaciones sexuales

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En 1990, el historiador Roger Ekirch entró en la Oficina de Registro Público de Londres dispuesto a leer una declaración penal que se remontaba varios siglos atrás, (el edificio albergaba Archivos Nacionales de Reino Unido desde 1838 hasta 2003). Por una suerte de serendipia, descubrió algo que le obsesionó lo suficiente como para seguir estudiándolo: la declaración penal hablaba de algo que jamás había visto antes, el llamado "Primer sueño".

Si había un primer sueño, eso implicaba claramente que tenía que haber un segundo. Y, efectivamente, comenzó a estudiar cartas, diarios, libros médicos, artículos u obras de teatro y encontró en multitud de ellos muchas referencias a la noche partida en dos sueños. Desde Los cuentos de Canterbury a Beware the Cat (1561), del poeta William Baldwin, incluso pasando por La Odisea de Homero, descubrió que se hablaba del primer sueño y de dormir dos veces continuamente. Y, algo aún más curioso, este sueño bifásico no era exclusivo de Inglaterra, se practicaba ampliamente en todo el mundo preindustrial.

Un relato colonial de Río de Janeiro en 1555 describía cómo el pueblo tupinambá cenaba después de su primer sueño, y en el siglo XIX en Omán se explicaba que la gente se retiraba para su primer sueño antes de las 22:00. Ekirch comenzó a sospechar que este método había sido la forma dominante de dormir durante milenios, pues lo habríamos heredado de nuestros antepasados históricos.

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Pero la invención de la luz artificial, probablemente, cambió todo. Según el propio Ekirch, las bombillas alteraron para siempre la relación del hombre con la noche, que pasó a ser ese período de tiempo que prolongaba el día. Durante ella se podía acudir a reuniones sociales, al bar o al teatro. ¿Significa eso que dormir en un solo bloque es lo más natural? Presumiblemente no. De hecho, una investigación realizada por Thomas Wehr (científico del sueño del Instituto Nacional de Salud Mental) realizada en los años 90, un poco antes del descubrimiento de Ekirch, es bastante curiosa, incluso esclarecedora.

Realizó un experimento con 15 hombres que tenían patrones de sueños normales, a los que se les privó de iluminación artificial durante la noche para acortar sus horas de luz

Realizó un experimento con 15 hombres que tenían patrones de sueños normales, a los que se les privó de iluminación artificial durante la noche para acortar sus horas de luz. De las 16 a las que estamos acostumbrados, pasaron a diez. El resto del tiempo estaban confinados en un dormitorio sin luces ni ventanas. No se les permitió tocar música ni hacer ejercicio, y en su lugar se les recomendó descansar y dormir.

Al principio, todos los hombres tenían hábitos normales y dormían en un turno nocturno que duraba desde la noche a la mañana. Pero entonces sucedió algo increíble: después de cuatro semanas, sus patrones comenzaron a transformarse y ya no dormían en un tramo, sino en dos bloques. Las mediciones de la hormona del sueño melatonina mostraron que sus ritmos circadianos también se habían ajustado, por lo que su sueño se alteró a nivel biológico. Wehr había 'reinventado' el sueño en dos fases.

Cómo dormían nuestros antepasados

Una noche cualquiera podía ser así: desde las 21:00 hasta las 23:00 el que tenía suerte se tendía en un colchón relleno de paja o trapo, listo para dormir un par de horas. Si no tenías dinero para pagarlo, te las apañabas acurrucándote en el suelo o sobre un brezo, probablemente sin, ni siquiera, una manta. La gente dormía entonces en comunidad, hasta el punto de que si conocías un viajero o peregrino, no era raro que pudieras acabar durmiendo con él esa misma noche. Familiares, amigos, sirvientes y una buena variedad de chinches, pulgas y piojos que te hacían levantarte con sabañones.

La gente dormía entonces en comunidad, hasta el punto de que si conocías un viajero o peregrino, no era raro que pudieras acabar durmiendo con él esa misma noche

A pesar de ello, existían normas sociales: no podías moverte mucho, las niñas solían acostarse a un lado de la cama, seguidos por los padres, después los niños varones (ordenados por edad) y luego los que no eran de la familia. Después, la vigilia nocturna solía durar desde las 23:00 hasta la 01:00, y no era causada por ruidos o perturbaciones nocturnas, sino porque se despertaban de forma natural, como en la mañana.

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Entonces se dedicaban a las tareas nocturnas: agregar leña al fuego, orar, vigilar a los animales de la granja, practicar sexo o realizar tareas domésticas. De hecho, algunos animales siguen este patrón de sueño, como el lémur de cola anillada.

Quizá esto pueda ayudar a los insomnes o las personas obsesionadas con dormir las ocho horas reglamentarias que, supuestamente, todo el mundo debe dormir para descansar bien. Al fin y al cabo, se sabe de muchos personajes históricos (Leonardo da Vinci, Edison, Nikola Tesla...) que dormían unas cuatro horas por noche y después se echaban una pequeña siesta a lo largo del día. ¿Quiénes somos nosotros para contradecirles?

En 1990, el historiador Roger Ekirch entró en la Oficina de Registro Público de Londres dispuesto a leer una declaración penal que se remontaba varios siglos atrás, (el edificio albergaba Archivos Nacionales de Reino Unido desde 1838 hasta 2003). Por una suerte de serendipia, descubrió algo que le obsesionó lo suficiente como para seguir estudiándolo: la declaración penal hablaba de algo que jamás había visto antes, el llamado "Primer sueño".

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