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Por qué la Edad Media nunca existió: los argumentos de la conspiración que no te esperabas
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LA NUEVA CRONOLOGÍA

Por qué la Edad Media nunca existió: los argumentos de la conspiración que no te esperabas

Son varios matemáticos e historiadores los que han intentado refutar la existencia de este periodo histórico, aludiendo a una conspiración eclesiástica o de un emperador y un Papa

Foto: La rendición de Granada, al término de la Edad Media. (Francisco Pradilla y Ortiz)
La rendición de Granada, al término de la Edad Media. (Francisco Pradilla y Ortiz)

La vida antes era un sopor absoluto. Si ahora nos costaría un montón vivir sin internet, imagínate cuando ni siquiera podías leer un libro al estar tan reducido el acceso a la educación. Sí, a simple vista, la vida consistía en trabajar y rezar, rezar para que a tu señor feudal caprichoso no se le antojara invadir ciudades cercanas, más allá del mar o a miles de kilómetros de distancia, te llamara a filas y ya no volvieras a ver a tu familia. A pesar de que el aburrimiento es una sensación muy moderna, de la que se empieza a hablar tras el proceso de industrialización y en un contexto de explosión urbana, los hombres y las mujeres del pasado debían tener una concepción del tiempo bastante lenta, cuando no estaban demasiado ocupados en sobrevivir a causa de una guerra, una hambruna o una epidemia.

Piénsalo bien: diez siglos es mucho tiempo. La Edad Media comprende la friolera de 1.000 años metidos en conventos, castillos, chozas o campamentos militares. 1.000 años que equivalen a muchísimas generaciones de padres, hijos, nietos, bisnietos y tataranietos. Por algo, el término usado en inglés para referirse a esta época es Dark Ages, cuya traducción literal es Edad Oscura. Tal vez como contraposición a lo que luego se vendría a llamar la Ilustración, una era bien iluminada. Para más inri, la caída del Imperio Romano propició que un montón de avances urbanos, sociales y culturales cayeran en el olvido. Menudo bajón. Como si ahora de repente todo lo que hemos conseguido en apenas unas décadas (la revolución digital y todo eso) se disolviera de repente y volviéramos a habitar en el cruento siglo XX, las cabinas telefónicas regresaran y las enciclopedias fueran el único acceso de conocimiento e información universal, como lo eran antes de la llegada de internet.

Para Fomenko, la historia comienza en torno al año 800 y todos los hechos acaecidos después son pura invención de la élite eclesiástica

Uno de los argumentos que pueden servirnos para dudar de si realmente la Edad Media tuvo lugar consiste en pensar en los pocos hechos notorios que hubo. Diez siglos son demasiados para que durante la mayor parte de los mismos pasaran un par de cosas sustanciales. Ojo, hubo guerras, un montón de intrigas palaciegas y grandes héroes que marcaron un antes y un después. Pero, más allá de estos detalles, es el único periodo histórico en el que todo se mantiene más o menos estable, va demasiado lento y hay grandes lagunas de tiempo entre un hecho decisivo y otro. Hagamos un repaso a algunos hitos acaecidos durante la Edad Media, solo en España, que llevaron a la creación de la nación española y cuyas consecuencias perduran hasta el presente:

  • Año 722: batalla de Covadonga en la que Don Pelayo es elegido rey de Asturias y empieza la Reconquista. Son 311 años después de que los visigodos se asentaran en la Península en el 400.
  • Año 813: se instala la capital de la Reconquista en León después de que los asturianos avancen hasta el río Duero.
  • Año 1212: la batalla de las Navas de Tolosa. Son 400 años después.
  • Año 1492: rendición de Granada de Boabdil a manos de los Reyes Católicos, la cual puso fin a la Reconquista.
placeholder Aquí empezó todo, en la cueva de Covadonga.
Aquí empezó todo, en la cueva de Covadonga.

Vale, al final los ritmos de una civilización vienen marcados por sus capacidades tecnológicas. Por ello, el crecimiento político, social y cultural que hemos tenido en poco más de un siglo ha sido exponencial. En los últimos 100 años hemos vivido grandes apocalipsis y resurrecciones, con varias crisis de por medio. Hace apenas diez años la mayoría de la población no se comunicaba por WhatsApp y pocos imaginaban lo que iba a suponer la irrupción de la inteligencia artificial. Sí, podemos dar por sentado que efectivamente la Edad Media existió a pesar de su gran duración. Las fechas están ahí, en los legajos históricos, las obras arquitectónicas, los cuadros y las representaciones efectuadas por los monjes que tanto se afanaban en dar cuenta al mundo de lo que ocurría para que pasase a la Historia. Pero... precisamente porque la labor de dejar constancia de los hechos estaba mayoritariamente en manos de la Iglesia, deberíamos desconfiar de ella.

Un negacionista del medievo

Así lo sospecha Anatoli Fomenko, miembro numerario de la Academia de Ciencias de Rusia (ACR), matemático y físico, quien propuso hace tiempo la teoría de la Nueva Cronología que descartaba que la Edad Media hubiera existido, al menos, en Europa. Para él, la historia de verdad comienza en torno al año 800 y todos los hechos acaecidos después de ese año son pura invención de la élite eclesiástica del siglo XV para mantenerse en el poder. Los egipcios, mesopotámicos o griegos fueron civilizaciones que habitaron el mundo de manera simultánea, concretamente en la segunda mitad del medievo.

Se conoce mucho sobre aspectos muy concretos y decisivos de la historia, pero poco sobre otras fechas en las que se supone que no pasó nada

De hecho, cree que la Edad Antigua y el Imperio Romano son invenciones relativamente tempranas, al calor de la Ilustración. Todo ello está publicado en su colección History: Fiction or Science? (no publicado en español), y el cual traza una línea sucesiva entre el Imperio bizantino, el único que reconoce, con el Imperio Ruso. La Biblia, por supuesto, sería el best-seller más fake de toda la historia para Fomenko. A la altura de un Juego de Tronos. Si tomáramos en serio al matemático, es como si dentro de 700 años las élites del futuro se pusieran de acuerdo para instaurar la creencia en la población de que en 2023 existían los dragones y unos muertos vivientes muy malos.

Pero ¿por qué? Todas las oscuras maniobras de grandes élites que dominan el mundo tienen una motivación detrás. ¿Por qué en el siglo XVIII los monjes quisieron engañarnos a todos y hacernos creer que pasó tanto tiempo desde que el Imperio Romano fue derrocado hasta la invención de la imprenta? Básicamente, según Fomenko, para salvaguardar la supervivencia de su religión más allá del desarrollo tecnológico. Ah, y también para ensombrecer al que fue el gran imperio que sacudió los cimientos de la humanidad y la hizo avanzar hacia el futuro: la existencia de una supuesta horda rusa muchísimo más poderosa que el resto de imperios y civilizaciones, lo que echa por tierra todo su discurso, derivando en el más puro nacionalismo ruso.

Foto: El emperador Otto III en la bóveda de la tumba de Carlomagno (Fuente: iStock)

"Como la especialidad de Fomenko eran las matemáticas, las aplicó a su estudio del pasado creando correlaciones estadísticas de textos", asegura el escritor y guionista español Miguel Anómalo en su libro Conjuras, tierras planas y lagartos. Grandes éxitos de las teorías de la conspiración (2019, Titilante Ediciones), quien dedica un episodio a la loca teoría de Fomenko. "Comprobó que, para un periodo determinado, las fuentes historiográficas dedican más espacio a los eventos importantes", asegura, en referencia al argumento que hemos esgrimido grosso modo anteriormente. En definitiva, se conoce muchísimo sobre aspectos muy concretos de la historia, que obviamente fueron decisivos para el devenir histórico del momento, pero muy poco sobre otras tantas fechas en las que se supone que no pasó nada.

Más negacionistas

Estas teorías que borran la Edad Media de los libros de historia no son solamente propias de Fomenko. De hecho, este recoge el testigo de los pensamientos iniciales de Nikolai Morozov, astrónomo y enciclopedista ruso nacido en la mitad del siglo XIX y que participó en la Revolución rusa. Otros, como el alemán Hans-Ulrich Niemitz, intentaron ser más precisos en su tarea de poner bajo sospecha el periodo medieval. Para él, lo que nunca se produjo fue parte de la Alta Edad Media, es decir, desde el siglo VIII hasta el XI, más o menos. En su caso, no echa la culpa a los monjes, sino a una alianza entre el emperador Otto III con el papa Silvestre II por pura vanidad. De este modo, la historia le reconocería como uno de los monarcas más importantes al estar presente en el cambio de milenio.

Extrapolando las teorías de Fomenko, podríamos pensar en la Reconquista como una saga épica de cristianos contra árabes inventada por monjes

Niemitz sostiene que estos dos individuos se inventaron la figura de Carlomagno, tal vez el protagonista más notorio de la Alta Edad Media, para dotar de una ilustre ascendencia al emperador. Además, sostiene que obras arquitectónicas del reinado carolingio como el Palacio de Aquisgrán son una anacronía, siendo construida 200 años más tarde. A decir verdad, podríamos situar la Alta Edad Media como ese periodo sobre el que menos datos históricos hay, pero obviamente no porque no sucedieran cosas, sino porque fueron varios siglos de transición y consolidación de las sociedades feudales del momento hacia la traca final que resultó ser la otra mitad del medievo.

Toda civilización necesita de grandes victorias para que los individuos presentes en ella desarrollen un sentido de comunidad que luego desemboque en un sentido compartido de nación. Extrapolando las teorías de Fomenko a la Edad Media española que hemos resumido más arriba, podríamos pensar mal y suponer que los monjes y escribas de la época se montaron una gran saga épica de cristianos contra árabes para así fortalecer, no solo el cristianismo, sino la nación española desde la Ilustración hacia delante. ¿Y la Alhambra de Granada? ¿Y la mezquita de Córdoba? ¿Y las palabras que usamos hoy en día y que etimológicamente vienen del árabe? Todo invención de unos clérigos muy malos con pretensiones de George R.R. Martin que quisieron saltar del Imperio bizantino a la Edad Moderna en un santiamén.

La vida antes era un sopor absoluto. Si ahora nos costaría un montón vivir sin internet, imagínate cuando ni siquiera podías leer un libro al estar tan reducido el acceso a la educación. Sí, a simple vista, la vida consistía en trabajar y rezar, rezar para que a tu señor feudal caprichoso no se le antojara invadir ciudades cercanas, más allá del mar o a miles de kilómetros de distancia, te llamara a filas y ya no volvieras a ver a tu familia. A pesar de que el aburrimiento es una sensación muy moderna, de la que se empieza a hablar tras el proceso de industrialización y en un contexto de explosión urbana, los hombres y las mujeres del pasado debían tener una concepción del tiempo bastante lenta, cuando no estaban demasiado ocupados en sobrevivir a causa de una guerra, una hambruna o una epidemia.

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