Soy doctora y estas son las claves para darte la ducha ideal: temperatura, jabón, esponja y espuma

La rutina diaria de ducha es algo más que un simple acto de limpieza; es un ritual que, si se realiza incorrectamente, puede dañar la piel más de lo que imaginas. La experta dermatóloga Ana Molina nos comparte sus consejos para convertir este hábito cotidiano en un acto de cuidado personal que respete las características naturales de nuestra piel.

La temperatura ideal del agua debe ser templada, alrededor de 33 grados, que es la temperatura de nuestra piel. La doctora advierte sobre los riesgos de usar agua muy caliente: "Recordemos que el agua muy caliente es deslipidizante, solo para los platos". Así que, si tu ducha parece un escenario de vapor al estilo sauna, podrías estar despojando a tu piel de sus aceites esenciales.

En cuanto al tipo de jabón, la selección es crucial. "Con un gel respetuoso que no se cargue la barrera lipídica, es decir, que tenga un pH en torno a cinco, que es el pH de nuestra piel", sugiere la doctora. Este tipo de productos asegura que la piel mantenga su barrera natural y evite irritaciones o sequedad.

Uno de los errores más comunes es la aplicación del jabón. No todas las áreas del cuerpo requieren la misma atención; la doctora recomienda enfocarse en "las zonas que producen olor, la cara, axilas, genitales, los pies". Además, menciona una curiosidad sobre la espuma que muchos consideran sinónimo de limpieza: "Pero es que hay gente que coge la esponja y empieza a sacar brillo, le estás quitando toda tu grasa natural para luego tener que poner grasa artificial". Por lo tanto, la utilización de esponjas no solo es innecesaria, sino potencialmente perjudicial, ya que "la esponja solo sirve para acumular bacterias".

Sobre el tema de la espuma, la doctora aclara un mito bastante extendido: "la espuma no es más que aire, pero un jabón va a limpiar igual de bien, haga espuma o no la espuma". Esta aclaración es fundamental para quienes buscan eficacia en sus productos de higiene sin ser seducidos por la apariencia engañosa de la espuma.

Adoptar estas sencillas, pero fundamentales recomendaciones no solo mejorará tu rutina de ducha diaria, sino que también protegerá y respetará la integridad de tu piel. Así que, la próxima vez que te dirijas a la ducha, recuerda que menos es más cuando se trata de temperatura, jabón, y sobre todo, el uso de esponjas.