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Papá Noel no es un invento de Coca-Cola: el complejo origen de este personaje
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De San Nicolás a Papá Noel

Papá Noel no es un invento de Coca-Cola: el complejo origen de este personaje

El mito de Papá Noel tiene su origen en un obispo del año 200 d. C. Esta es su historia y el motivo por el que en España los niños también reciben regalos el 25 de diciembre

Foto: Papá Noel (iStock)
Papá Noel (iStock)

Un señor de avanzada edad, con una larga barba blanca y vestido de rojo, se cuela cada año, aprovechando que nosotros dormimos tras una intensa cena de Nochebuena, en nuestras casas. A este señor, que reparte regalos por todo el mundo, se le conoce en España como Papá Noel y tiene más años que ninguna de las personas que actualmente pueda recibir sus obsequios.

En España, hemos ido abrazando poco a poco la tradición de Papá Noel. Hace no tanto que los niños españoles solamente recibían regalos de los Reyes Magos, pero cada vez son más las casas que en la mañana del 25 de diciembre están plagadas de regalos. No obstante... ¿Quién es en realidad Papá Noel? ¿De dónde viene y cómo nace este mito?

Para hablar de sus comienzos, tenemos que remontarnos al año 280 después de Cristo. El origen de este señor mágico de mejillas sonrosadas que se cuela en las casas de los niños para dejarles regalos está en San Nicolás, un obispo que vivió en la ciudad portuaria de Mira, una antigua ciudad griega que hoy se conoce como Demre, situada en la actual Turquía.

San Nicolás intercedió para evitar que tres hermanas fueran vendidas por su padre para que se dedicasen a la prostitución

Este obispo de familia millonaria fue un defensor rebelde que pasó años en la cárcel antes de que Constantino otorgase legitimidad al cristianismo en su imperio. San Nicolás dedicó su vida a repartir su cuantiosa fortuna y son dos las historias que hacen que se le empezase a relacionar con los niños y los regalos mágicos. La primera de ellas (y más popular) es que intercedió para evitar que tres hermanas fueran vendidas por su padre para que se dedicasen a la prostitución. Lo hizo dándoles el dinero necesario para poder pagar la dote y contraer matrimonio.

La segunda historia, no tan conocida, de este obispo y que recoge el historiador Gerry Bowler en su libro Santa Claus: A Biography, es que el obispo entró en una posada y se encontró con los cadáveres de tres niños a los que había asesinado el dueño de la misma. Al encontrarse los cuerpos desmembrados, San Nicolás no solo descubrió el crimen, sino que también consiguió, según cuenta la leyenda, resucitar a las víctimas.

El mito de este obispo de la Antigua Grecia ha ido evolucionando a lo largo de la historia y pasó a ser representado como un hombre mayor y barbudo (adquirió rasgos de otras deidades anteriores como la barba blanca y larga del dios noruego Odín). Su figura se acabó asociando con los regalos y los niños; y su fama perduró años y años después de su muerte. Pasó a ser el encargado de "traer regalos" en las celebraciones que tenían lugar el día que murió, el 6 de diciembre.

placeholder Odín con sus cuervos Huginn y Muninn y los lobos Geri y Freki (iStock)
Odín con sus cuervos Huginn y Muninn y los lobos Geri y Freki (iStock)

Siglo XVI, reforma protestante

El mito de San Nicolás perdió fuerza en el siglo XVI con la reforma protestante, que estableció el 25 de diciembre como la nueva fecha para entregar regalos a los niños. ¿Quién sería ahora el encargado de esta ardua tarea si se quería desvincular de esta tradición a San Nicolás? El Niño Jesús, acompañado, según Bowler, de un ayudante terrorífico que era el responsable de cargar con los regalos y amenazar a los niños. Si los niños no se portaban bien, el ayudante amenazador del Niño Jesús, que tuvo varios nombres dependiendo del lugar, los secuestraría.

No obstante, este cambio de San Nicolás por el Niño Jesús no se consolidó en toda Europa por igual. En los Países Bajos no quisieron renunciar a San Nicolás, en neerlandés: Sinterklaas. Incluso llevaron esta tradición a algunas de sus colonias en el norte de América en el siglo XVII, como, por ejemplo, Nueva Ámsterdam, que más tarde pasaría a ser Nueva York.

Al pasar Nueva Ámsterdam a ser una colonia inglesa en el año 1674 y recibir el nombre de Nueva York, la tradición de que Sinterklaas dejase regalos a los niños sobrevivió, pero empezó a mezclarse con otras tradiciones británicas y centroeuropeas. De esta mezcla nació Santa Claus, su nombre aparece por primera vez en la literatura en el año 1809 y surge de la deformación de la pronunciación de Sinterklaas en inglés.

La figura de Santa Claus empezó a aparecer en la literatura del siglo XIX y gracias a esos escritos se configuró la imagen de Papá Noel tal y como la conocemos hoy en día

La figura de Santa Claus empezó a aparecer en la literatura del siglo XIX y gracias a esos escritos se configuró la imagen de Papá Noel tal y como la conocemos hoy en día, la de un hombre afable y con sobrepeso que sobrevuela las ciudades montado en un trineo tirado por ocho renos. Sin embargo, el mayor responsable de su imagen actual fue Thomas Nast, un gran caricaturista político.

Cuando la tradición de Santa Claus estuvo completamente asentada en Norteamérica, empezó a extenderse por Europa, donde se reemplazó a los terroríficos personajes encargados de entregar regalos a los niños por este afable anciano de larga barba y pelo blanco; y en cada país adquirió un nuevo nombre como Papá Noel en el caso de España o Père Noël en Francia.

Su vínculo con Coca-Cola

Está muy extendida la creencia o el mito de que Papá Noel es una invención de Coca-Cola y un hijo del capitalismo, pero eso no es cierto. A lo largo de su historia, a Santa Claus se le ha representado con colores muy diversos. Es cierto que siempre fue bastante común asociarlo tanto al rojo como al blanco, pero también podía ir vestido de otros colores como el verde o el azul, hasta que apareció en una campaña publicitaria de Coca-Cola en el año 1931.

placeholder Camión de Coca-Cola con la imagen de Papá Noel en Manchester (iStock)
Camión de Coca-Cola con la imagen de Papá Noel en Manchester (iStock)

Aunque el rojo y el blanco eran dos colores con los que ya se había representado a Santa Claus en numerosas ocasiones, fue esta conocida marca de refrescos la que hizo que se popularizase con esta identidad. Sin embargo, no fue Coca-Cola quien decidió vestirlo con estos colores, era una manera muy popular ya en la época de representarlo, pero sí que ayudó a que se unificase y extendiese por todo el mundo.

Un señor de avanzada edad, con una larga barba blanca y vestido de rojo, se cuela cada año, aprovechando que nosotros dormimos tras una intensa cena de Nochebuena, en nuestras casas. A este señor, que reparte regalos por todo el mundo, se le conoce en España como Papá Noel y tiene más años que ninguna de las personas que actualmente pueda recibir sus obsequios.

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