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De los fármacos a la cirugía: qué se puede hacer para combatir la incontinencia fecal
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De los fármacos a la cirugía: qué se puede hacer para combatir la incontinencia fecal

El pudor y la vergüenza hacen que se oculte esta enfermedad, que afecta a entre dos y cuatro millones de españoles y que limita las actividades diarias de quienes la sufren

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La incontinencia fecal es una patología invisible, que limita en todas las esferas la vida de las personas que la sufren. Desde el plano social hasta el laboral o el sexual, en general se vive en silencio por vergüenza, miedo o por desconocimiento, tanto por parte del paciente que la sufre como de muchos profesionales que desconocen cómo pueden ayudarles.

No se trata de un problema aislado: en nuestro entorno, la incontinencia fecal es más frecuente de lo que habitualmente pensamos. De hecho, se estima que de dos a cuatro millones de españoles la sufren, lo que les incapacita al no poder controlar la liberación involuntaria de contenido fecal y de gases. "Limita en gran medida la vida de los pacientes", explica la doctora Laura Lázaro, cirujana especialista en Coloproctología, del grupo Quirúrgica del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona. Por eso, apunta, "es importante alzar la voz para dar a conocer esta patología y transmitir que tiene solución".

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La aparición de la enfermedad se asocia a distintos factores de riesgo, como los embarazos, los partos instrumentados o la diarrea crónica, así como a distintos tipos de tratamientos (la cirugía de la pelvis o la radioterapia prostática y la genital femenina). También, en algunos casos, a enfermedades degenerativas en pacientes internados en residencias.

En este sentido, la Asociación Española de Coloproctología (AECP) detalla que las causas de incontinencia fecal generalmente se atribuyen a casos en los que se produce una rotura de los músculos que rodean el ano o una lesión nerviosa en dicha zona, y que ha podido tener lugar durante un traumatismo, un parto o tras alguna cirugía. Al mismo tiempo, señala que, aunque no estén rotos dichos músculos, han podido perder sus funciones "por la debilidad del suelo pélvico, que en el caso de las mujeres se acentúa después de la menopausia, sumada a posibles lesiones nerviosas que han permanecido ocultas".

El gasto sanitario de esta enfermedad es elevado. Los tratamientos preventivos en personas de riesgo podrían ayudar a disminuirlo

El gasto sanitario de esta enfermedad es elevado, por lo que la experta señala que podría mejorarse con tratamientos preventivos en personas de riesgo; con el uso de fármacos antidiarreicos o laxantes según necesite el paciente; disminuyendo el número de personas afectadas mediante tratamientos fisioterapéuticos de rehabilitación del suelo pélvico, y, en los casos más leves, por la mejora de los hábitos dietéticos.

Qué opciones quirúrgicas existen

Pero también hay ocasiones en las que estas medidas fallan y se hace necesaria la cirugía. Suelen ser casos de moderados a graves, y "es entonces cuando realizamos cirugías reparadoras y/o reconstructivas. En cualquier caso, el abordaje siempre es multidisciplinar y requiere un alto nivel de especialización".

Además del tratamiento médico y de la cirugía reparadora, existen otros que aún son poco conocidos, como el implante de biomateriales o la neuromodulación, que se realiza en el quirófano y puede practicarse tanto desde el punto de vista periférico —neuromodulando el nervio tibial posterior— como desde el punto de vista del sistema nervioso central, en este caso mediante la neuromodulación de otros nervios, las raíces sacras. "Son técnicas que dan muy buenos resultados y que para los pacientes suponen recuperar su calidad de vida", afirma la doctora Lázaro.

placeholder La doctora Laura Lázaro, cirujana especialista en Coloproctología, del grupo Quirúrgica del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona. (Cortesía)
La doctora Laura Lázaro, cirujana especialista en Coloproctología, del grupo Quirúrgica del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona. (Cortesía)

De hecho, la Asociación para la Incontinencia Anal (ASIA) trabaja para concienciar a la sociedad sobre esta patología y los conflictos emocionales que pueda suponer sufrirla. Hay ocasiones en que la persona puede llegar a la depresión, ya que, según lamenta su presidenta Àngels Roca, "es invalidante hasta que no encuentras tu solución". Es más, en su opinión, el problema de la incontinencia está agravado porque los mismos pacientes no saben a qué profesionales acudir, y en muchas ocasiones estos tampoco conocen el diagnóstico ni el tratamiento si no se encuentran dentro de unidades especializadas. Por eso, la cirujana Lázaro anima a todos estos pacientes a acudir a médicos especialistas en la materia, expertos en encontrar soluciones para una dolencia que tanto condiciona la vida de los pacientes.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para mejorar nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Universitari Dexeus.

La incontinencia fecal es una patología invisible, que limita en todas las esferas la vida de las personas que la sufren. Desde el plano social hasta el laboral o el sexual, en general se vive en silencio por vergüenza, miedo o por desconocimiento, tanto por parte del paciente que la sufre como de muchos profesionales que desconocen cómo pueden ayudarles.

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