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La química del amor: cómo el cuerpo humano decide a quién amar
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La química del amor: cómo el cuerpo humano decide a quién amar

Este sentimiento asociado a la sinrazón también tiene su conexión con el cerebro y la química

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El amor es uno de los aspectos que vertebra la sociedad. Es cierto que sobre todo en las novelas y la ficción ha encontrado un espacio importante para desarrollarse. Pero también ha sido un elemento clave en el desarrollo de la historia de la humanidad. Aunque ha sido investigado, su escasa base científica lo aleja de un asunto con respuestas precisas y objetivas. No obstante, este sentimiento asociado a la sinrazón también tiene su conexión con el cerebro y la química.

Nunca sabes si te vas a enamorar, es algo que sucede sin que nada ni nadie te avise y simplemente acaba pasando. De ahí la frase no eliges de quién te enamoras. Aunque en muchos casos hay quien no sabe o no tiene claro si los sentimientos hacia la otra persona se corresponden al enamoramiento. Aquí entra en juego varias señales conocidas por todos como las mariposas en el estómago, la atracción sexual, la pasión, conexión o la química.

Foto: Tiempo para uno mismo. (iStock)

El psicólogo Robert Stenberg expuso que el amor estaba determinado por tres elementos: la intimidad, la pasión y el compromiso. El nivel de intensidad de cada uno de ellos indicará la intensidad del amor. Según la teoría triangular del amor, existen ocho tipos de amor: no amor, simpatía, enamoramiento, amor vacío, amor romántico, amor de compañía, amor fatuo y amor consumado. Siendo este último el que se conoce como el amor verdadero y para darse necesita la intimidad, la pasión y el compromiso.

Pero, ¿es lo mismo el amor y el enamoramiento? La psicóloga Elaine Hatfiel diferenció entre amor apasionado y amor de compañía. Durante el enamoramiento sentimos un deseo intenso y nos sentimos invencibles ante cualquier obstáculo. Este fuerte estado emocional es lo que mueve al amor apasionado, pero tiene una duración corta. Este sentimiento no permanece para toda la vida, pero puede derivar en el amor de compañía que te hace permanecer al lado de esa persona.

Así reacciona el cerebro

La antropóloga Helen Fisher, que ha estudiado gran parte de su vida la neurobiología del amor, comprobó la reacción del cerebro ante el estado de enamoramiento. Para la investigación contó con un grupo de 32 personas que manifestaron estar enamoradas. A los voluntarios se le hizo una prueba con una resonancia magnética en la que se le enseñaba una imagen sin un significado aparente para ellos y luego la de la persona que amaban. Según recoge la web de salud CuídatePlus, se detectó actividad en la zona tegmental ventral del cerebro, que se encarga de producir dopamina, y en el núcleo caudado. Estas zonas integran la parte del sistema básico de recompensa, asociado a su vez con la motivación que impulsa a las personas a alcanzar unos objetivos.

Como explican desde la web especializada en salud WebMD, cuando estás enamorado, algunas zonas del cerebro se apagan. La corteza prefrontal del cerebro, que sirve para tomar decisiones racionales, queda desconectada por la lujuria y la atracción. También descienden los niveles de serotonina, el neurotransmisor vinculado al control de las emociones.

Se ha encontrado similitud entre el trastorno obsesivo-compulsivo y el enamoramiento

En este sentido, se ha encontrado similitud entre el trastorno obsesivo-compulsivo y el enamoramiento. Donatella Marazziti, profesora de psiquiatría de la Universidad de Pisa, como recoge la revista National Geographic realizó un estudio para medir los niveles de serotonina en sangre de 24 personas que declararon haberse enamorado en los últimos seis meses. Unos individuos que también manifestaron pasar al menos cuatro horas al día pensando de forma obsesiva en la persona amada.

Al compararlo con otro grupo de personas que no sentían ese deseo intenso hacia otra persona, comprobaron que los niveles de serotonina en sangre de las personas enamoradas o con TOC eran un 40% más bajos que los de los quienes no presentaban ningún tipo de trastorno. Unos resultados que reflejaron la semejanza química en el cerebro del amor y el trastorno obsesivo-compulsivo.

El amor es uno de los aspectos que vertebra la sociedad. Es cierto que sobre todo en las novelas y la ficción ha encontrado un espacio importante para desarrollarse. Pero también ha sido un elemento clave en el desarrollo de la historia de la humanidad. Aunque ha sido investigado, su escasa base científica lo aleja de un asunto con respuestas precisas y objetivas. No obstante, este sentimiento asociado a la sinrazón también tiene su conexión con el cerebro y la química.

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