El truco de la toalla que cambiará para siempre tus masajes en casa

Siempre se ha dicho que hay que tener mano para ello, porque dar masajes no cualquier cosa. Por lo general, cuando comiences a pensar que tu musculatura necesita recolocación, lo mejor es acudir a un profesional, es decir, a un fisioterapeuta. No obstante, a veces es posible encontrar alivio en casa, simplemente pidiendo a tu pareja o alguna persona con la que convivas que dedique unos minutos de su vida y sus manos a "arreglarte".

Más allá de la delicadeza y el cuidado que requieren los masajes caseros, lo cierto es que no es esto el único inconveniente con el que puedes toparte antes de ir al fisio, y es que si lo piensas, cuando acudes a este, no solo acudes a sus conocimientos y su tacto, también a una serie de recursos extra que completan el proceso de mejoría: una sala acogedora, normalmente con luces cálidas y una temperatura agradable… sin ruidos más que los de tus tendones volviendo a su lugar natural.

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Además, no podemos olvidar la camilla. Suelen ser camillas con un orificio a la altura del rostro y el tamaño medio de este, con el fin de al tumbarte boca abajo, tu cabeza (y tu cuello) pueda quedar al mismo nivel que el resto del cuerpo sin que tengas que hacer filigranas de todo tipo para respirar. Aunque a priori en nuestra casa todo resulte más cómodo, no contamos con nada de esto para que la tarea no solo sea cómoda, sino también efectiva.

Un truco viral

Que si te tumbas en el sofá, o mejor en la cama, que si basta con quedarte sentado en una silla y que la otra persona alcance a tus cervicales como buenamente pueda… Llega un momento en el que prefieres acabar cuanto antes porque, siendo sincero, sabes que podría estar siendo peor. ¿Existe alguna forma de que los masajes caseros puedan al menos simular el alivio?

Resulta que existe un truco de lo más sencillo para conseguirlo. Tanto que no entenderás por qué no se te ocurrió antes, pero aquí no hemos venido a cuestionarnos los despistes, sino a mostrarte cómo un gesto ahora viral en plataformas como TikTok puede ser la solución. Solo necesitas una toalla, una camiseta o cualquier prenda te una tela que no sea fina.

Cógela y allí donde vayas a tumbarte, enrollala como si fuera un chullo. Tal y como puedes ver en el vídeo, a continuación, y manteniéndola bien enrollada, junta sus extremos en forma de arco. Con esto, podrás colocarte (y colocar tu cuello) de forma parecida a como lo harías en la camilla de un profesional. Así de fácil.

Como explican desde el portal de Fisio Online, el masaje es una de las herramientas más antigua que existen de manejo del dolor, pero es importante tener en cuenta algunas pautas como, por ejemplo, que los movimientos deben ser lentos, y continuos. O lo que es lo mismo, nunca hay que hacer un cambio muy drástico de estos, ya que el factor sorpresa puede tensionar los músculos, que es justo lo contrario a lo que buscamos.

Puesto que no eres un profesional, no es necesario que el masaje sea demasiado intenso. Recuerda que solo se trata de conseguir que la persona llegue a un estado de tranquilidad, así que nada de dolor. Esto nos lleva a otro recordatorio: si con cualquier mínimo gesto hay dolor, descarta la opción del masaje casero.