Día de la Madre 2024: 5 poemas cortos para felicitar a mamá

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El Día de la Madre ya está aquí y con ello una gran variedad de regalos de todo tipo. Flores, chocolates o su colonia favorita son algunos de los más solicitados, pero no todos tienen que ser materiales, también son muy valiosos aquellos que no implican a la cartera.

Amor, afecto, orgullo... el mejor regalo es transmitir lo que sientes a tu madre. Si te falta creatividad, no te preocupes, te compartimos algunos de los mejores poemas para que se los envíes por mensaje privado, WhatsApp o cualquier otra red social.

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Yolanda Castaño, Premio Nacional de Poesía 2023

Cultura

Amor, de Pablo Neruda

Este poema de Neruda forma parte de su etapa inicial en la poesía. En esta composición, contenida en el poemario Crepusculario, expresa un amor incondicional. Sus poemas han sido traducidos a más de 30 idiomas y en 1971 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

Mujer, yo hubiera sido tu hijo
por beberte la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado
y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal.

Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasará sin pena al lado del mío
y ¿saliera en la estrofa? Limpio de todo mal.

Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría amarte,
¡amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía amarte más.
Y todavía amarte más y más.

Caricia, de Gabriela Mistral

No existe mayor refugio que el abrazo de una madre. Gabriela Mistral escribió este poema donde plasma la imagen de una mujer que cuida y protege a sus hijos. Sin duda, uno de los más tiernos gestos de amor que pueden existir en el mundo.

Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar...

Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar...

Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar...

El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.

Los ojitos que me diste
me los tengo de gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar...

Madre, llévame a la cama, de Miguel Unamuno
Este escritor y filósofo español perteneció a la generación del 98. En unas cuantas palabras supo expresar el amor que le tenía a la mujer que le dio la vida.

Madre, llévame a la cama.
Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.

Ven, hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.

No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.
Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.

¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquél?

No dice, hijo mío, reza,
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nadie dicen sin él.

¿Estás aquí, madre mía?
porque no te logro ver...
Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe.

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F. G.

Hay un lugar en el mundo, de Alda Merini

Los brazos de una madre deberían ser eternos. Esta composición, atribuida a la poetisa italiana Alda Merini, hace referencia a ese lugar cálido al que todos queremos volver.

Hay un lugar en el mundo
donde el corazón late rápido,
donde te quedas sin aliento
por la emoción que sientes,
donde el tiempo se detiene
y ya no tienes edad.

Ese lugar está en tus brazos
donde tu corazón no envejece,
mientras que tu mente
nunca deja de soñar.

Renacimiento, de Antonio Machado

A lo largo de su vida, Machado se convirtió en una de las figuras más emblemáticas de la poesía española del siglo XX y en uno de los escritores más importantes de la literatura de España.

Galerías del alma... ¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegría de la vida nueva...
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre... Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.

Estas son algunas de las innumerables propuestas que existen. Puedes elegir la que más te guste, aunque siempre es mejor buscar una que se acerque a tus propias experiencias.