Un estadounidense comparte la transformación de su perro rescatado en tan solo un año

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Los refugios para animales están hasta los topes en España. En verano, miles de perros son abandonados, ya sea porque su familia se quiere ir de vacaciones sin ellos o porque el cachorro que se compró en navidades ahora pesa 20 kilos más. Muchos de estos perros llegan a las protectoras en estados lamentables, llenos de parásitos, sucios, desnutridos y con mucho miedo.

Una vez revisados y tratados por los veterinarios, se los mete en jaulas, donde se les da los cuidados básicos. El objetivo es que una familia se acerque, se fije en ellos y los adopte para llevarlos a un nuevo hogar lleno de amor. Este es el trabajo de Joe Kay, rescatador y entrenador, que tiene 300.000 seguidores en Instagram que están atentos a los nuevos casos de adopción exitosa. Uno de esos casos es el de Daisy.

Joe Kay compartió en su red social un vídeo, que acumula más de 2,8 millones de visualizaciones, mostrando en el estado que llegó Daisy a sus instalaciones. Esta perra, en apariencia un mastín americano, mostraba una actitud miedosa y triste, con el pelaje deslucido y los ojos apagados. Era una perra en la que no se fijaba nadie debido a su edad, ya no era una cachorra y los perros mayores son invisibles en las protectoras.

La importancia de adoptar

Sin embargo, avanzando en el mismo vídeo podemos ver a una Daisy, un año tras su adopción, feliz y juguetona. Una familia que ya tenía otros perros, decidió darle una oportunidad, se la llevó a casa y le ofreció todo el amor y el calor de un hogar. Ahora Daisy, también llamada Pancake (Tortita), vive con una gran familia, y en tan solo un año mejoró notablemente.

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Su cuerpo ganó unos kilos necesarios, su pelaje se ve más lustroso y cuidado. Su rostro lo dice todo, ya no es la perra miedosa y triste de la jaula. Los perros adoptados, especialmente aquellos que se ven muy afectados por su estancia en un refugio, necesitan un tiempo de adaptación a su nueva vida. Este proceso requiere paciencia, tiempo y mucho amor. Pero el resultado vale la pena.

Daisy tiene ahora hasta su propia cuenta de Instagram, donde podemos comprobar lo feliz que es y lo cuidada que está. Tiene muchos juguetes, espacio para jugar y correr, y una familia que la ama y que se alegra cada día de haberla adoptado.