¿Aprietas o rechinas los dientes? Estas son las diferentes formas de tratar el bruxismo

Cada vez es más frecuente oír hablar del bruxismo, esa condición en la cual una persona aprieta o rechina los dientes de manera involuntaria y excesiva, generalmente durante el sueño. Es un problema que puede afectar tanto a niños como a adultos, ser crónico o episódico y, además, suele provocar dolores mandibulares.

Cuando se produce durante el día se conoce como bruxismo de vigilia, y "podría afectar a entre un 22% y un 31% de la población general y a un 9% de la pediátrica", según datos de la Sociedad Española de Disfunción Cráneomandibular y Dolor Orofacial. En cuanto al nocturno, el bruxismo del sueño afectaría a un 8% de la población general adulta, aunque en jóvenes entre 18 y 30 años, la prevalencia aumentaría hasta el 13% y en niños menores de 11 podría llegar al 20%.

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“Hay dos formas de bruxismo”, explica el doctor Manuel Chamorro Pons, jefe de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y del Hospital Quirónsalud San José. “Tenemos el céntrico, en el que hay apretamiento exclusivamente, y el excéntrico, en el que además de apretar se frotan los dientes (rechinamiento)”.

No hay una causa concreta en la generación de esta afección: se trata de un trastorno de la conducta, un hábito patológico que se adquiere y que es muy difícil de eliminar. “Es cierto que situaciones de estrés y ansiedad pueden favorecer su implantación y mantenimiento. Asimismo, algunas alteraciones en la oclusión o encaje de los dientes podrían también estar presentes en ciertos casos”.

¿Cómo se trata?

Este trastorno puede afectar a nuestra salud, ya que, según el doctor Chamorro, "daña los dientes que se desgastan en exceso y contractura de forma muy importante los músculos de la masticación (maseteros y temporales). Finalmente, perjudica a la articulación temporomandibular (ATM). En ella, aparece inicialmente sobrecarga funcional y dolor al abrir la boca y al masticar; a medida que la afectación es más importante, aparece daño en el menisco articular, que se deshidrata y adelgaza por la presión a la que es sometido, y deja de realizar su función amortiguadora adecuadamente dentro de la articulación. Aparecen ruidos y chasquidos articulares y el dolor se acentúa. En los últimos estadios aparece dificultad para abrir la boca e intenso dolor con cualquier movimiento. La ATM puede llegar a destruirse por completo".

Afortunadamente, existe tratamiento para el bruxismo. La prescripción inicial suele ser una férula de descarga que coloca la mandíbula en una posición ideal y se comporta como un parachoques, evitando que al apretar la presión llegue a la articulación; además, protege los dientes de cualquier desgaste.

“Como segundo paso”, explica el especialista, “realizamos la infiltración de los músculos masticadores con toxina botulínica (bótox), que genera una relajación intensa de los mismos y un bienestar funcional. Pero lo más importante es la colaboración del paciente. Debe comprender la importancia del problema y tratar de corregirlo. Por el día siempre deberá estar muy vigilante y mantener una posición relajada de la mandíbula sin contacto dentario. Por la noche, usar la férula y seguir unas revisiones con el especialista”.

¿Es posible dejar de apretar?

El doctor Chamorro subraya que “el bruxismo hay que eliminarlo como sea. Nosotros hemos visto pacientes con las articulaciones temporomandibulares totalmente afectadas, irrecuperables; y a otros con los dientes prácticamente desaparecidos por intensos desgastes. Cualquier tratamiento tendrá resultados muy discretos si el paciente continúa con el hábito de apretar”. Por ello, la cura definitiva pasa por abandonar esta costumbre.

Muchos pacientes se cuestionan que si aprietan por la noche mientras están dormidos, cómo van a poder controlarlo.“La respuesta a este dilema es clara: son muy pocas las personas que aprietan los dientes solo mientras están dormidos, la mayoría de ellos lo hace también por el día. El bruxismo no solo es importante si se hace con gran intensidad y aparatosidad; también es perjudicial estar con los dientes superiores e inferiores en contacto durante muchas horas, aunque la presión sea leve o no la percibamos como intensa”.

Así pues, el especialista explica que en la posición ideal, no debería haber ningún contacto entre los dientes de ambas arcadas. De hecho, debe existir siempre una ligera separación entre los dientes de arriba y de abajo que no se llegan a tocar. “Esa es la forma en la que la ATM está en reposo, la que debemos adoptar y mantener, y solo juntar los dientes para masticar en las horas de las comidas. No es fácil abandonar el hábito bruxista, pero damos un gran paso desde el momento en que comprendemos su importancia y todo lo que va a perjudicar para nuestra salud si no lo abandonamos”.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para mejorar nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Ruber Juan Bravo.