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Siete consejos que te pueden ayudar a combatir el dolor crónico
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Siete consejos que te pueden ayudar a combatir el dolor crónico

Además de los analgésicos o la fisioterapia, también los hábitos de vida, la alimentación o la empatía del profesional son importantes para mejorar la calidad de vida de quienes sufren este problema

Foto: Foto: Freepik
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Cuando hablamos de dolor, no es nada fácil encontrar un abordaje que nos permita controlarlo y manejarlo. Los cuadros clínicos son especialmente complejos, resistentes a los tratamientos, y los pacientes se sienten muchas veces rechazados por el sistema, por la falta de respuesta a las medidas convencionales o por una incomprensión de su patología.

El mayor reto lo encontramos en el dolor crónico, que es aquel que persiste durante al menos tres meses desde el inicio de alguna enfermedad o lesión, aunque esta haya sido tratada e, incluso, curada. Es más habitual que el dolor agudo, un sistema de defensa puntual del cuerpo que indica que hay un problema y que, una vez se soluciona, desaparece.

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Se estima que un 11% de los españoles padece dolor crónico y, de ellos, casi la mitad lo sufren a diario, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). La mayor parte de los afectados por el dolor crónico, incurable, son personas mayores, debido a que presentan patologías que conllevan algún tipo de dolor que remitiría con una intervención, pero que no puede realizarse por el riesgo de complicaciones. Ahora bien, que no exista una cura para esta situación clínica no significa que los pacientes no puedan mejorar o carezcan de tratamiento.

De hecho, explica el doctor Alfonso Vidal Marcos, jefe de la Unidad del Dolor y del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Quirónsalud Sur, “tenemos algunos ingredientes que, bien combinados, pueden ayudarnos a afrontar el problema”.

1. Un diagnóstico adecuado. “No podemos encarar un problema sin reconocerlo o, al menos, aquilatarlo y ser capaces de relacionarlo con estructuras anatómicas o funcionales, con hábitos o esfuerzos y con su intensidad”, explica el especialista. “Por ello, el paciente debe conocer muy bien todos los detalles de su enfermedad, lo que le permitirá actuar de la manera más adecuada desde el conocimiento y reducirá su ansiedad en el afrontamiento diario del problema”.

2. Regulación de los hábitos de vida. Hay que tener en cuenta aspectos como la higiene postural, la reeducación del movimiento, la ergonomía en la actividad y en el descanso, la mejoría del tono muscular con ejercicios adecuados, y de la resistencia y flexibilidad con técnicas específicas (natación, taichí, pilates…).

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3. Alimentación equilibrada. Debe incluir los nutrientes adecuados y en la cantidad necesaria. A veces, personas con sobrepeso tienen un déficit de vitaminas o de principios inmediatos esenciales que solo se explican por un uso inadecuado de los alimentos. “La recomendación es evitar los alimentos excesivamente procesados y tener un aporte suficiente de vegetales, ricos en antioxidantes, vitaminas y fibra, necesarios para una salud general y un correcto funcionamiento del tubo digestivo”.

4. Medidas físicas. Se debe facilitar al paciente un soporte con medidas como masaje, calor, tracciones, ortesis, manipulación, onda corta, microondas, acupuntura… en intensidad y localización adecuadas al problema y la persona.

5. Medidas farmacológicas. También se le deben proporcionar fármacos analgésicos y coadyuvantes suficientes: “El tratamiento de una patología crónica requiere una continuidad que hace necesarias no solo la eficacia, sino también la tolerabilidad a largo plazo”, continúa el especialista. “Esta necesidad a veces aconseja una rotación de fármacos, o la combinación de varios a dosis bajas”.

6. Tratamientos intervencionistas adecuados. “Cuando no conseguimos modificar la evolución de una patología con todo lo anterior, es necesario actuar de una forma enérgica sobre la historia natural de la enfermedad, llevando una cantidad suficiente de factores correctores a un punto determinado del paciente”.

7. Factor humano. “Por último, pero no por ello menos importante”, concluye el doctor Vidal, “lo que podríamos llamar el factor humano: una mezcla de intuición, empatía y habilidad de comunicación entre terapeuta y paciente. Esa relación de confianza, ese saberse comprendido, es imprescindible para alcanzar el buen fin en el tratamiento”.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para mejorar nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Sur​.

Cuando hablamos de dolor, no es nada fácil encontrar un abordaje que nos permita controlarlo y manejarlo. Los cuadros clínicos son especialmente complejos, resistentes a los tratamientos, y los pacientes se sienten muchas veces rechazados por el sistema, por la falta de respuesta a las medidas convencionales o por una incomprensión de su patología.

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