"El 90 % de las cosas que nos preocupan jamás suceden"

La Universidad de Navarra celebró un evento para promocionar su oferta de posgrado. Durante el evento, se celebró una sesión enfocada a la psicología y psiquiatría. Esta sesión tuvo la intervención de la psiquiatra Marian Rojas donde, bajo el título “¿Cómo hacer que te pasen cosas buenas en tu trayectoria profesional?”, desgranó los entresijos del estrés y de cómo nos afecta en el día a día.

El mundo laboral está lleno de incertidumbre, y nos hace preocuparnos por muchas cosas, ¿me echarán del trabajo?, ¿conseguiré ese ascenso?, ¿puedo volver a estudiar?, ¿y si me tengo que pedir la baja?. “El 90% de las cosas que nos preocupan jamás suceden. Y, sin embargo, ese conjunto de pensamientos que ronda nuestra mente tiene un impacto directo en nuestra salud”, afirmó la doctora Marian Rojas.

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“La felicidad al final no deja de ser la capacidad de conectar de forma sana con mi realidad, de gestionar lo malo y disfrutar de lo bueno”. Con esa afirmación, conseguir la felicidad parece fácil. Sabemos lo que tenemos que hacer, conectar con la realidad, gestionar lo malo y disfrutar de las cosas buenas. Pero no somos capaces porque vivimos en un estado de alerta.

Se activa la hormona del estrés

Rojas explicó que, cuando vivimos un estado de alerta, amenaza, incertidumbre, miedo, etc., se activa el cortisol, la hormona del estrés. Esto conlleva decenas de cambios a nivel físico: “se cae el pelo, nos salen canas y arrugas, se sufren taquicardias, cuesta respirar, cambia el sistema digestivo, no dormimos bien”.

Los cambios también ocurren a nivel psicológico, presentando “irritación y tristeza. Asimismo, la corteza prefrontal, la zona del cerebro encargada de la atención, concentración, resolución de problemas y control de impulsos, se desactiva”, sostiene la psiquiatra.

“Estás en un momento de incertidumbre y el ámbito profesional se ha complicado”, comentó a sus oyentes. La clave está en "aprender a gestionar nuestro estrés, porque vivimos en un mundo donde siempre pasan cosas como virus, guerras, trabajo, dinero, pareja". Además, el pasado nos lastra, “si me quedo enganchado en el pasado, soy un depresivo y si vivo angustiado por el futuro, soy un ansioso; y depresión y ansiedad son las dos grandes enfermedades del siglo XXI”, subrayó.

Por otra parte, la experta afirmó que nos hemos convertido en una sociedad de drogodependientes emocionales con el “quiero esto y lo quiero ya, necesito sentir y porque lo siento, creo que tengo razón”. Sin embargo, si vivimos a base de gratificaciones instantáneas, entonces “nada de eso llena”, dijo. Rojas también hizo hincapié en nuestra adicción a las pantallas, “cuanta más pantalla, tenemos menos corteza prefrontal, menos capacidad de prestar atención y menos capacidad de tomar decisiones”. Cuando el ser humano no tiene un sentido de vida, “el organismo busca algo a lo que agarrarse, como las redes sociales, los videojuegos, ir de compras, la comida y las drogas”, afirmó.

Entonces, ¿qué hay que hacer?

Sin embargo, la gente que puede centrar su atención es capaz de enfocarse: “Si queremos que nos pasen cosas buenas, tenemos que ponernos metas, porque cuando a mi cerebro le interesa algo, me lo enseña”, dijo Rojas. Además, la psiquiatra afirma que tenemos que “volver a mirar la vida real con otros ojos, basta con mirarla con interés para que se vuelva interesante”, y recuperar el contacto físico, “no olvidemos que la vida real es la única capaz de llenarnos en plenitud y que todo lo demás es gratificación instantánea”.

Hay que conocernos para entender cómo nos afecta el estrés y actuar en consecuencia

Rojas aconseja, en primer lugar, conocerse, ya que “si entiendo cómo soy, yo soy el dueño de mi vida y soy capaz de gestionar lo que me pasa. La felicidad al final no deja de ser la capacidad de conectar de forma sana con mi realidad, de gestionar lo malo y disfrutar de lo bueno”.

En segundo lugar, para reforzar la idea de conocernos, puede ser buena idea realizar un esquema de personalidad, para saber cuáles son nuestros factores de estrés y cómo reaccionar ante él. En resumen, menos pantallas, más contacto con la realidad física y un estudio de nuestra personalidad, todos estos factores juntos son necesarios para encaminarnos a una vida plena, feliz y satisfactoria.