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Por qué nadie te recompensa en tu empleo cuando haces bien tu trabajo
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Por qué nadie te recompensa en tu empleo cuando haces bien tu trabajo

Con la automatización llega, irremediablemente, la pérdida de la especialización, que nos convertirá en eternos aprendices y nos obligarán a adaptarnos a un ambiente cambiante

Foto: Foto: iStock.
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El barco surge entre la bruma del amanecer y se avecina a la Base Naval de San Diego. Tres marineros se lanzan sobre una enorme cuerda, aunque ninguno de ellos, en principio, es experto o profesional. El primero es técnico en sistemas de la información, el segundo, compañero de un artillero, el tercero es chef. En el puente, cinco miembros de la tripulación hacen los trabajos que normalmente corresponden a 12 personas y debajo de la cubierta, los roles de ingeniería recaen sobre el mismo puñado de marineros.

Se trata de un barco que se encuentra al otro lado del oéano, en la Flota del Pacífico de los Estados Unidos, pero podría ser cualquier empleo en cualquier lugar del mundo. El personal mínimo, y, con él, el reemplazo de trabajadores especializados, no es un concepto náutico. Todo el mundo busca hacer más con menos en un mercado laboral en el que, paradójicamente, se aboga porque la gente trabaje menos horas haciendo turnos compartidos. Eso es todavía una quimera frente a la realidad, no hay más que darse un paseo por Deloitte, por poner un ejemplo, donde Erica Volini asegura que de aquí a diez años el 90% de los trabajadores formarán parte de los llamados "trabajos híbridos" o "superjobs", es decir, posiciones que combinan tareas que una vez realizaron varias personas.

De la misma manera, en SkyWest Airlines, por poner otro ejemplo, se buscan en la actualidad "agentes de uso múltiples", capaces de facturar, dar servicios o manejar el equipaje. "Lo que se busca" indicó Mary Jo King, presidenta de la National Résumé Writers Association en una entrevista con 'The Atlantic', "es una persona que pueda serlo todo y hacer todo".

Se requiere un tipo diferente de trabajador, uno que pueda ser y resolver todo, no hay que malgastar el tiempo en aprender algo verdaderamente bien

El fenómeno se ha acelerado por la automatización, que usurpa las tareas rutinarias, dejando a los empleados para manejar los imprevistos. La especialización ya no importa, como explica Jerry Useem en el mismo artículo de 'The Atlantic': "Le pregunté a John Sullivan, un destacado asesor de talentos de Silicon Valley: '¿Por qué alguien debería tomarse tiempo para aprender a hacer algo verdaderamente bien?' y su contestación fue que no debería en absoluto". El personal mínimo y la evolución de la economía en general requieren un tipo diferente de trabajador, no solo con diferentes habilidades adquiridas sino también inherentes.

La inteligencia fluida

¿Cuál es la clave? Cuando Useem pregunta a uno de los marinos que se encuentran en San Diego, este es tajante: "Tienes que ser adaptable a las circunstancias", indica. "Las cosas pueden dar un giro en una dirección diferente a la esperada, para mí, eso significa pensar en el momento en la tarea que estás haciendo, no en lo que tendrás que hacer". Lo dice un hombre que además de estar trabajando para convertirse en vigía, también ha de detener la propagación de fuego en caso de que se produzca, un trabajo que, en otro barco, sería supervisado por un especialista de control de daños a tiempo completo. La armada sabe que estos perfiles tan diversos no los cumple cualquiera.

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Para ello realizan pruebas con las que seleccionan y preparan a las nuevas tripulaciones. Uno de los académicos frecuentes es Zachary Hambrick, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Michigan. "En lugar de tratar de comprender cuánto de bien podrían estos posibles candidatos dominar las habilidades fijas, estudiamos cómo se desempeñan en lo que se conoce como tareas fluidas. Identificamos a aquellas personas que pueden ser flexibles", indica. "En realidad no existe la multitarea, solo la capacidad de centrar rápidamente tu atención en una cosa mientras haces otra, lo que se conoce como la 'inteligencia fluida'". Aquellas personas que, por ejemplo, son muy tercas y tratan continuamente de mejorar en una única habilidad, lo tienen más difícil para ajustarse a este tipo de búsqueda. En trabajos rutinarios esta clase de personalidades quizá funcionan, pero en situaciones con reglas y roles que cambian rápidamente, es diferente.

Nunca una cirugía espinal será realizada por un brillante dermatólogo ni habrá equipos de fiscales encabezados por procuradores

Es el futuro. A medida que la Inteligencia Artificial, como decimos a menudo, usurpa más y más las competencias humanas, el desplazamiento de los viejos trabajos hacia otros nuevos, aunque menos especializados, parece preferible a su desaparición total. ¿Qué significa esto para todos nosotros que no nos consideramos capaces de llevar ese ritmo de vida? En realidad, sería erróneo decir que la especialización no funciona siempre. En algunos casos es necesaria. Nunca una cirugía espinal será realizada por un brillante dermatólogo o no habrá equipos de fiscales encabezados por procuradores, por supuesto. Pero en muchos otros campos, el camino hacia el éxito no está tan claro, la especialización no es ya, simplemente, la reina.

Foto: La boda perfecta no es fácil de conseguir... aunque la novia se dedique en cuerpo y alma a ello (Foto: Pixabay)

¿A dónde llevará todo esto? ¿Será buena idea? Toda nuestra vida elegimos unos caminos y nos preparamos para ellos, una vez construidos y elegidos, esperamos obtener beneficios de ellos. ¿Estamos realmente equipados para reiniciarnos continuamente y volver a ser simple aprendices? ¿Nos quemará esto? Por ahora no hay una respuesta clara, solo el tiempo lo dirá.

El barco surge entre la bruma del amanecer y se avecina a la Base Naval de San Diego. Tres marineros se lanzan sobre una enorme cuerda, aunque ninguno de ellos, en principio, es experto o profesional. El primero es técnico en sistemas de la información, el segundo, compañero de un artillero, el tercero es chef. En el puente, cinco miembros de la tripulación hacen los trabajos que normalmente corresponden a 12 personas y debajo de la cubierta, los roles de ingeniería recaen sobre el mismo puñado de marineros.

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