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¿Podemos saber cuánto pesan una nube?
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¿Podemos saber cuánto pesan una nube?

Resulta que las nubes disimulan bastante bien su propia forma, pues a pesar de ese característico aspecto hinchado y ligero, son mucho más pesadas de lo que parecen

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"El cielo está enladrillado, ¿quién lo desenladrillará?", dice el trabalenguas. "El buen desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será". Lo que no dice, sin embargo, es por qué sería tan buena la persona encargada de, a fin de cuentas, correr el manto de nubes, despejarnos la vista a los demás que, en días como estos, casi olvidamos la forma misma del sol.

Ese manto que vemos desde abajo se convierte, cuando volamos en avión, en una especie de túnel voluptuoso, esponjoso, tan denso como volátil… O eso es lo que creemos. Resulta que las nubes disimulan bastante bien su propia forma, pues a pesar de ese característico aspecto hinchado y ligero, son mucho más pesadas de lo que parecen.

Foto: Fuente: iStock / Elaboración propia

Compuestas principalmente de aire y millones de pequeñas gotas de agua o cristales de hielo, las nubes se forman cuando el agua se condensa alrededor de una partícula "semilla". Las partículas de semillas pueden ser cualquier cosa, desde ácido nítrico hasta vapores liberados por los árboles, pero generalmente son muy pequeñas. Entonces, ¿cuánto pesa una nube? ¿Y cómo se pesa una nube?

Asumiendo una forma cúbica

Hace varios años, Margaret LeMone, científica atmosférica del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado (Estados Unidos) se propuso resolver esta cuestión calculando el peso del agua en un cúmulo de tamaño medio.

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Para ello, en primer lugar, midió el tamaño de la sombra de una nube y a partir de este estimó su altura, asumiendo una forma aproximadamente cúbica. Si bien es cierto que las nubes no suelen tener forma de cubo, los cúmulos suelen ser tan altos como anchos, por lo que con esta suposición se agilizaba el cálculo del volumen.

Luego, basándose en investigaciones previas, estimó la densidad de las gotas de agua en alrededor de medio gramo por metro cúbico: "Seleccioné alrededor de 550 toneladas de agua". Por supuesto, no todas las nubes pesan lo mismo. Esto depende precisamente de la cantidad de agua que acumulen por unidad de volumen. Así, una de esas nubes blancas que podemos ver en un día cualquiera pesará menos que las llamadas cumulonimbus (las nubes oscuras que se ven justo antes de una tormenta).

Agua, pero también aire

No obstante, para conocer el volumen total de una nube no basta con aproximarse a la cantidad de gotas de agua que porta, sino también del aire. A nivel del mar, por ejemplo, la presión de aquel es de aproximadamente 1 kg/cm². Por tanto, si el aire tiene peso, también debe tener densidad.

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Este sería el siguiente paso de una investigación que, como aquello que observa, está en constante evolución. En este sentido, recuerdan los investigadores, si alguien quisiera llevar los cálculos de LeMone un paso más allá, debería tener en cuenta el peso del aire que se acumule entre cada gota.

Entonces, ¿cómo puede ser que siendo tan pesadas nunca se caigan? Suspendidas sobre nuestras cabezas, muy muy lejos de estas, se mantienen siempre en un equilibrio casi mágico que, por supuesto, también tiene explicación.

Cuando las nubes se caen

Cada vez que llueve, podría decirse que las nubes están cayendo: cuando las gotas de las nubes se enfrían y se condensan unas en otras, crecen y a veces se vuelven tan pesadas que caen en picado a la Tierra en un proceso de descomposición. Además, una gota de lluvia es mucho más grande que una gota suspendida en el interior de la nube. Según el Centro Universitario de Investigación Atmosférica de Estados Unidos, cada gota de lluvia tiene aproximadamente unos 2 milímetros de diámetro. Pero cuando llueve, todas las pequeñas gotas se distribuyen el peso total como para que no caigan toneladas de agua sobre tu cabeza de golpe.

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Con estos datos como referencia, un cumulus mediocris o nube estándar presenta una densidad media calculada de medio gramo por metro cúbico. Es decir, cada metro cúbico de nube puede contener, de media, hasta medio gramo de agua. Las dimensiones de un cúmulo de este tipo de nubes suelen ser de 1.000 metros de largo, por 1.000 metros de ancho y 1.000 metros de altura, apuntan desde la revista científica Métode.

Mientras tanto, en el caso de un gran cumulonimbus, cargado de lluvia y granizo en su interior, la masa de agua contenida puede llegar a un millón de toneladas, es decir, a un millón de metros cúbicos de agua, entendiéndose como la forma más pesada.

"El cielo está enladrillado, ¿quién lo desenladrillará?", dice el trabalenguas. "El buen desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será". Lo que no dice, sin embargo, es por qué sería tan buena la persona encargada de, a fin de cuentas, correr el manto de nubes, despejarnos la vista a los demás que, en días como estos, casi olvidamos la forma misma del sol.

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