¿Quieres adelgazar el doble? El ejercicio que debes hacer después de cenar, según Harvard

La ciencia ha demostrado lo importante que es hacer deporte a la hora de perder peso. Sin embargo, el tipo de entrenamiento y el horario en el que se lleva a cabo influye (y mucho) en que el objetivo de adelgazar se lleve a cabo en menos tiempo, logrando mejorar la condición física deseada.

Ahora, una investigación realizada por el departamento de Salud de la Universidad de Harvard asegura que caminar a buen ritmo después de cenar incrementa la quema de grasa. Y es que, si se sale a caminar justo después de hacer cenado, ni antes ni un rato más tarde, se queman el doble de calorías y, por tanto, se adelgaza el doble. Es el mismo esfuerzo, pero se duplica el resultado ¡Está claro, el horario importa!

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El Confidencial

A los beneficios de caminar se le añaden, tras la ingesta de comida, el de hacer que la digestión sea menos pesada y el de disminuir los niveles de glucosa en sangre. Además, este estudio destierra la creencia popular que afirma que salir a caminar justo después de una comida provoca fatiga, dolor de estómago u otras molestias.

Caminar enérgicamente 30 minutos

Esta caminata se debe tomar como parte de un entrenamiento físico, es decir, se debe andar de manera enérgica y controlando la respiración. Y es que caminar a una velocidad rápida mejora la digestión, reduce la grasa abdominal y ayuda a conciliar el sueño, según los datos del estudio de la Universidad de Harvard. En cuanto al tiempo que se debe realizar, se recomienda que sea un mínimo de 30 minutos, aunque se puede ir aumentando a una hora progresivamente.

Otro punto que hay que tener en cuenta es el horario en el que se debe realizar la cena. Según los científicos, esta debe ser ligera y es recomendable adelantarla a las 19:00 o 20:00 horas, dejando así tiempo suficiente para que el organismo realice la digestión y evitar acostarnos con sensación de pesadez.

Caminar de forma enérgica mejora la digestión, reduce la grasa abdominal y ayuda a dormir

Cuando se camina después de comer, nuestro organismo utiliza los nutrientes que consumimos de manera más eficiente. De este modo, se ayuda al cuerpo a prevenir problemas estomacales, como la indigestión y la acidez. Además, ayuda a seguir quemando calorías incluso cuando se está durmiendo.