Ante una hernia inguinal, ¿qué técnica quirúrgica es la más adecuada?

La aparición de bultos en cualquier parte de nuestro cuerpo es sin duda motivo de inquietud y a menudo nos lleva a visitar al médico para averiguar cuál es su causa. Si este bulto ese encuentra en el abdomen, quizá el motivo sea una hernia inguinal.

Se trata de un problema que, no tratado, puede complicarse y llegar a revestir gravedad. Según nos explica el doctor César Ramírez, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Málaga, “consiste en que una parte de tejido —como tejido adiposo o un segmento del intestino— que 'empuja' una parte debilitada de la musculatura abdominal y 'sale' hacia fuera”.

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Las razones por las que se produce esta situación no siempre están claras y, en algunos casos, no llega a existir una causa evidente, continúa el especialista. “En otros casos, las hernias inguinales pueden deberse a una debilidad congénita en cierta parte de la musculatura abdominal, a un aumento de la presión en esa zona, a un esfuerzo importante al orinar o defecar, a una lesión deportiva, a un embarazo o a padecer tos o estornudos crónicos”.

Por otra parte, existe una serie de factores que aumentan el riesgo de sufrir una hernia inguinal: ser varón, la edad avanzada, el origen europeo, los antecedentes familiares, el nacimiento prematuro y el bajo peso al nacer o el haber sufrido una hernia inguinal anteriormente son algunos de los más frecuentes.

¿Cómo debe operarse?

Históricamente, el tratamiento quirúrgico de la hernia inguinal se ha realizado por cirugía abierta, a través de una incisión en la ingle que permite llegar a la hernia y a la zona de músculo que está defectuosa tras romper de forma traumática distintas estructuras musculares de la zona. Por ende, el posoperatorio requiere de un mínimo de tres o cuatro semanas para poder recuperar una actividad física básica, y al menos de seis semanas para comenzar a hacer deporte.

En los últimos 25 años, se ha producido la irrupción de la cirugía laparoscópica (también conocida como mínimamente invasiva). Una técnica que también ha llegado a la hernia inguinal. Con esta se consigue que la cirugía sea menos traumática y dolorosa, lo que permite que los pacientes se incorporen mucho antes a realizar una vida física, laboral y deportiva, plenas.

Considerando las evidencias científicas actuales, señala el doctor Ramírez, "la vía de abordaje laparoscópica debe ser la de elección para pacientes con hernias inguinales unilaterales, bilaterales (en ambos lados), para mujeres y para hernias reproducidas, pues sus beneficios son indudables: los pacientes reciben el alta en el mismo día o a la mañana siguiente, y muchos de ellos sin necesidad de analgesia en el posoperatorio inmediato. Acuden por su propio pie a la revisión tras una semana, en dos semanas están haciendo una vida de diario absolutamente normal y pueden incorporar el deporte a la tercera", añade el especialista.

La cirugía del siglo XXI demanda especialistas que sean capaces de abordar enfermedades con el menor trauma posible para el paciente y, en la cirugía de la hernia inguinal, el abordaje laparoscópico es ya un estándar de calidad. Tal y como recalca el especialista, este desafío médico se trata de un "win-win profesional, puesto que hace mejores a los cirujanos, y estos, a su vez, producen un bien mayor a sus pacientes".

Ahorro en bajas laborales y medicación

"Ninguno de nosotros, si tuviese que afrontar una cirugía de la hernia inguinal en la actualidad, pensaría en someterse a un abordaje distinto al laparoscópico por los múltiples beneficios que genera en nuestros pacientes", afirma el cirujano, y hace un balance teniendo en cuenta el coste de este método: "Al ser más tecnológica, es más cara, pero cuando consideramos el impacto social, es decir, el ahorro en bajas laborales, en medicación, en complicaciones tardías y en lo que es tener a una persona en plenitud física en una situación de no productividad, estas diferencias de costes quedan ampliamente compensadas".

Este método requiere de cirujanos con experiencia en cirugía mínimamente invasiva y que sean capaces de alcanzar la curva de aprendizaje, así como reproducir los estándares de calidad de la cirugía abierta, que se cifran en una tasa de recaída o recurrencia a medio-largo plazo que ronda el 2%. "Hemos superado esta curva hace años, igualando o mejorando los resultados, la seguridad y las cifras de recaída de la cirugía abierta, lo que nos ha permitido la incorporación de la vía laparoscópica a la cirugía de la hernia inguinal de forma progresiva por parte de todos los cirujanos del equipo", indica el doctor Ramírez. Solo existe un pequeño porcentaje de pacientes, por debajo del 5%, que por edad avanzada o patologías asociadas sigue siendo intervenido por vía abierta para evitar los riesgos de una anestesia general.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Málaga​.