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Por qué restringir calorías no será suficiente si quieres perder peso
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Por qué restringir calorías no será suficiente si quieres perder peso

Aunque es una evidencia científica, algunos regímenes que generan a priori en tu cuerpo un déficit calórico, como el ayuno intermitente, pueden resultar contraproducentes

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En los últimos años, regímenes alimenticios como el ayuno intermitente han tomado mucha importancia. A su vez, la restricción calórica se mantiene como la base en todo proceso de adelgazamiento, que incluye esta modalidad de alimentación. Si quemas más calorías de las que adquieres a partir de una dieta depurada de grasas y azúcares y la compaginas con el ejercicio regular, tus índices de lípidos disminuirán a la par que construirás músculo y ganarás resistencia cardiovascular.

Ya desde hace unos años, existe la evidencia científica de que la restricción calórica provoca un alargamiento de la esperanza de vida y retrasa las enfermedades propias del envejecimiento en algunos animales. Pero como siempre sucede en términos médicos y biológicos, cada cuerpo es un mundo, por lo que antes de aventurarte con alguna dieta demasiado estricta lo primero que has de hacer es consultar con un especialista por si acaso.

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Un régimen alimenticio óptimo en el que exista ese déficit calórico se define como ingerir un tercio menos de calorías que en una dieta estándar obteniendo en todo momento los nutrientes necesarios en forma de proteínas y fibra. Un nuevo estudio publicado en 'Science' hace apenas unos meses viene a refutar esta teoría, alegando que estrictos modelos de alimentación como el ayuno intermitente no podrían cumplir su función a la hora de restringir calorías, ya que aquellas personas que optan por comer solo una vez al día para reducir calorías pueden estar equivocadas.

Contra el ayuno intermitente

Al fin y al cabo, cuando hablamos de crear ese déficit calórico se entiende que debemos comer menos para quemar más, y eso no tiene que ver con el número de veces que lo hacemos al día, pudiendo estar muy hambrientos y cayendo en el error de darnos atracones en los que las calorías es lo último que se tiene en cuenta. Así lo cree Dana Ellis Hunnes, dietista de la Escuela de Salud Pública Fielding de la UCLA, en un artículo publicado en 'Discover Magazine'. El ayuno intermitente "puede hacer que el cuerpo retenga calorías porque hemos evolucionado para retener energía en períodos de hambruna, por lo que cuando los humanos se enfrentan al ayuno o a una restricción calórica extrema, sus cuerpos reducen su tasa metabólica, es decir, disminuyen la cantidad de calorías que se queman en reposo".

"Después de los 65 años, llevar una dieta baja en proteínas aumenta el riesgo de enfermedad"

Y, como decíamos, ayunar aumenta el apetito. Y no solo eso, sino que como advierte Hunnes, también los síntomas depresivos o una mayor probabilidad de recuperar rápidamente el peso perdido. "Cuando estás restringiendo la energía que entra en tu cuerpo, tu mente empieza a pensar en comida", asegura. "Si no estás comiendo lo suficiente o restringes demasiadas calorías, es más probable que comas en exceso la próxima vez que te lleves algo a la boca. Cuando tienes hambre, tienes menos control de los impulsos".

Las dietas que restringen muchas calorías también afectan al bienestar psicológico. Según advierte la experta, muchas personas pueden llegar a obsesionarse con el conteo de calorías. Y, por otro lado, también pueden aumentar los síntomas de depresión: el cuerpo está acostumbrado a recibir una dosis de energía, y si el cambio es muy brusco esto puede debilitar a la persona a nivel físico y mental.

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Además, hay factores como la edad que influyen mucho a la hora de ver resultados. Las necesidades calóricas de una persona ya entrada en años no son iguales que las de una joven. "De media, quienes comen una dieta baja en proteínas antes de los 65 años tienen menos riesgo de padecer cáncer u otras enfermedades mortales", asegura por su parte Matt Kaeberlein, director del Instituto de Investigación de Longevidad y Envejecimiento Saludable de la Universidad de Washington en Seattle. "Pero después de los 65, llevar una dieta baja en proteínas aumenta el riesgo de enfermedad".

Sea como sea, lo mejor que puedes hacer para perder peso y vivir más años se reduce a llevar una vida activa (haz ejercicio, pasea, corre, no te quedes plantado en el sofá) y complementarla con una alimentación responsable y consciente en la que quepa de todo. Evidentemente, hay alimentos que debes evitar bajo todo contexto, sobre todo los ricos en grasas y azúcares, además del alcohol. A su vez, debes reducir la cantidad de productos alimenticios con una fuerte carga en hidratos de carbono y proteínas, y compaginar su posible exceso con una dosis extra de ejercicio físico. Pero en el mundo de las dietas hay muchas opciones y quizá las más radicales no son las más óptimas para cumplir tus objetivos ni para tu salud. Ante cualquier duda, consulta con un especialista.

En los últimos años, regímenes alimenticios como el ayuno intermitente han tomado mucha importancia. A su vez, la restricción calórica se mantiene como la base en todo proceso de adelgazamiento, que incluye esta modalidad de alimentación. Si quemas más calorías de las que adquieres a partir de una dieta depurada de grasas y azúcares y la compaginas con el ejercicio regular, tus índices de lípidos disminuirán a la par que construirás músculo y ganarás resistencia cardiovascular.

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