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Mediterránea o vegetariana: ¿qué dieta es mejor para la salud cardiovascular?
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Mediterránea o vegetariana: ¿qué dieta es mejor para la salud cardiovascular?

Ambas opciones pueden tener un efecto cardioprotector similar, pero si decidimos suprimir los alimentos de origen animal, deberemos vigilar bien nuestros niveles de minerales y vitaminas

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La influencia de la dieta en la incidencia de enfermedad cardiovascular y en la mortalidad derivada de la misma es algo bien conocido. Desde hace años, las sociedades científicas han alertado sobre los efectos nocivos de la obesidad, del exceso de colesterol y de determinados malos hábitos alimentarios. De hecho, las guías de Prevención de Enfermedad Cardiovascular Europeas y Americanas explican cómo los distintos nutrientes actúan en la prevención de la enfermedad arteriosclerótica.

Está claro el papel protector de frutas y verduras, e incluso se llega a recomendar como hábito saludable comer de tres a cinco raciones diarias en la dieta. "La ingesta de grasas saturadas, y sobre todo las llamadas 'trans', presentes en los alimentos precocinados, debería sustituirse por grasas poliinsaturadas, como las omega 3 y los fitoesteroles, presentes en plantas y pescados —explica la doctora Pilar Tornos, jefa del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Barcelona—. Asimismo, debería utilizarse el aceite de oliva antes que cualquier otro tipo de grasa para cocinar o condimentar. Los frutos secos también tienen un efecto protector, aunque debe vigilarse su elevado contenido calórico. La inclusión de pescado en la dieta, al menos una vez por semana, se asocia también a reducción del riesgo cardiovascular. Las bebidas azucaradas y los azúcares en general deberían limitarse".

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Todo ello configura la llamada dieta mediterránea, que, como sabemos, se basa en una alimentación rica en frutas y verduras, legumbres, frutos secos, pescado, fibra, aceite de oliva y reducción de las carnes rojas. "Está demostrado", continúa la especialista, "que la adopción y mantenimiento de una dieta de estas características, ajustando la ingesta calórica al peso ideal, disminuye un 10% la incidencia de cardiopatía y su mortalidad derivada. Una recomendación básica es la necesidad de controlar el peso, considerándose saludable el que se sitúa en un índice de masa corporal entre 20 y 25 kg/m2".

Existen dudas sobre el efecto protector de la adición de vitaminas. "Aunque se ha hablado del posible beneficio de las vitaminas A, E y D, no se ha demostrado que el tomar suplementos vitamínicos tenga un beneficio adicional sobre una dieta mediterránea bien llevada a cabo".

¿Y la dieta vegetariana?

Existe una tendencia creciente en la población a cambiar los hábitos omnívoros tradicionales y apostar por dietas vegetarianas o veganas. En muchas ocasiones, estos cambios obedecen a motivaciones ecológicas, aspectos éticos concernientes al trato animal, a la utilización de estimulantes del crecimiento y antibióticos en la alimentación animal, así como al miedo a posibles alergias o intolerancia a la lactosa derivadas de la ingesta de productos lácteos. También se esgrimen en su defensa posibles efectos beneficiosos sobre la salud. ¿Qué sabemos actualmente sobre el papel que estas dietas juegan en la salud cardiovascular?

"La dieta vegetariana rechaza el consumo de carne", subraya la doctora Tornos, "pero en muchos casos acepta el consumo de otros productos de origen animal como pescado, huevos y productos lácteos. Parece bien demostrado que la dieta vegetariana bien aplicada, controlando los posibles efectos nocivos, como en algunos casos déficits de hierro o vitamínicos, es muy eficaz en la reducción de peso y mantenimiento de uno corporal estable. Además, mejora el perfil lipídico, disminuye la hipertensión arterial y, por tanto, tendría globalmente un efecto beneficioso sobre la salud cardiovascular".

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Existen en la literatura médica numerosos trabajos que abordan el tema de la dieta vegetariana y los factores de riesgo cardiovascular, en general con resultados positivos, aunque las conclusiones firmes son difíciles de obtener, dada la variedad de dietas vegetarianas existentes. Algún estudio reciente ha comparado la dieta mediterránea hipocalórica con la dieta vegetariana y no se han observado diferencias significativas en la protección del riesgo.

La dieta vegana, caracterizada por la abstención absoluta de productos de origen animal (carne, lácteos, miel, pescado o huevos), está ganando popularidad en los últimos años. Las personas que siguen este tipo de dieta, al igual que los vegetarianos, suelen ser delgadas y tienen niveles de presión arterial y de colesterol más bajos, lo que podría suponer un efecto cardioprotector. Es conocido, sin embargo, el riesgo de carencias vitamínicas en este tipo de dieta, especialmente de vitamina B12. "Esta debe ser siempre suplementada, dado que su carencia se asocia a un riesgo vascular elevado", destaca la doctora Tornos.

De hecho, continúa la especialista, "un estudio reciente en pacientes con enfermedad coronaria comparó la evolución en las personas a quienes se les recomendó una dieta vegana con la de quienes seguían una dieta mediterránea: los cambios sobre la presión arterial, el peso corporal o los niveles de lípidos fueron similares. Lo que sí se observó entre los tratados con dieta vegana fue una disminución de la proteína C reactiva de alta sensibilidad, que es un marcador de inflamación, lo cual podría suponer una disminución de riesgo cardiovascular".

A la luz de los conocimientos y evidencias actuales, lo que parece claro es la necesidad de mantener un peso controlado y seguir una dieta cardioprotectora. Posiblemente, una dieta mediterránea hipocalórica, con consumo elevado de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y con poca ingesta de carne roja (de hecho, una dieta muy similar a la pesco-ovolácteo vegetariana), sea la que se ha demostrado más cardioprotectora. Dietas más estrictas pueden ser perfectamente saludables si son bien controladas, pero hasta el momento no han demostrado ser superiores en protección cardiovascular a la dieta mediterránea habitual.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Barcelona.

 

 

La influencia de la dieta en la incidencia de enfermedad cardiovascular y en la mortalidad derivada de la misma es algo bien conocido. Desde hace años, las sociedades científicas han alertado sobre los efectos nocivos de la obesidad, del exceso de colesterol y de determinados malos hábitos alimentarios. De hecho, las guías de Prevención de Enfermedad Cardiovascular Europeas y Americanas explican cómo los distintos nutrientes actúan en la prevención de la enfermedad arteriosclerótica.

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