Trucos para proteger los muebles de exterior del calor y la humedad
Los rayos del sol y la humedad de la lluvia pueden llegar a deteriorar nuestros muebles de exterior, independientemente del material con el que se hayan fabricado
Los rayos del sol y la humedad de la lluvia pueden llegar a deteriorar nuestros muebles de exterior, independientemente del material con el que se hayan fabricado. Para prolongar su vida útil y conservarlos como el primer día, Mari Luz Santander, experta en bricolaje y hogar de ManoMano y autora del canal de YouTube BricoydecoTV, nos indica algunos trucos y recomendaciones que debemos conocer.
El material perfecto para tus muebles de terraza o jardín no existe ya que, tarde o temprano, se verán afectados por las agresiones climáticas. Cada material tiene sus inconvenientes, tal y como se detalla a continuación:
- Madera: la acción del sol altera el color natural de la madera y hace que se vuelva grisácea. Además, los cambios de humedad provocan movimientos estructurales que favorecen la aparición de grietas.
- Fibra natural: el polvo que se acumula en los muebles de fibras naturales es el causante de la aparición de hongos en invierno, cuando la humedad es mayor. Por otra parte, el sol reseca sus fibras haciéndolas más frágiles y propensas a romperse.
- Metal: la humedad y la lluvia es el causante de la oxidación en nuestros muebles de hierro y acero. Además, la acción de los rayos del sol puede hacer que pierdan color y sobrecalentarse en verano, sobre todo los de hierro. En este sentido, los muebles de aluminio se calientan menos y son más económicos.
- Fibras y resinas sintéticas: su principal enemigo es el sol que hace que pierdan su brillo inicial y que amarilleen o se decoloren.
En definitiva, a la hora de escoger tus muebles de exterior se deben tener en cuenta las condiciones medio ambientales de la zona (muy húmeda, muy soleada, ambas…) y elegir el material que pueda ofrecer una mejor resistencia.
Cómo prolongar su vida
Para devolver el tono original a los muebles de madera que han adquirido un color grisáceo, se empleará un renovador para maderas agrisadas. Para ello, se deben eliminar aceites y barnices y aplicar con brocha para saturar la madera, dejando actuar el tiempo recomendado por el fabricante.
También se recomienda protegerlos con aceite o lasur, que son productos de acabado indicados especialmente para exterior, ya que contienen filtros solares, son hidrofugantes (repelen el agua), pero al mismo tiempo permiten los movimientos estructurales de la madera evitando que se agriete.
En el caso de los muebles de fibras naturales te recomendamos:
- Nutrir el bambú, mimbre o ratán con aceite de linaza para evitar que sus fibras se resequen.
- Aplicar barniz incoloro para sellar las fibras y protegerlas de la humedad.
- Pintar con pistola utilizando un esmalte para exterior en el caso de que se vean muy desgastados o descoloridos, ¡les darás una segunda vida!
Para recuperar los muebles de metal en primer lugar habrá que eliminar el óxido con un cepillo de púas metálicas. Seguidamente, se aplicará un producto que frene la oxidación (imprimación antioxidante) y, finalmente, un esmalte para exterior.
Pero si lo que se desea es reavivar el color y brillo de los muebles de fibras sintéticas, habrá que emplear un restaurador del color. Para ello, se limpiará la superficie para que esté libre de grasa o silicona. A continuación, se aplicará el producto y se dejará actuar siguiendo las recomendaciones del fabricante.
También hay que tener en cuenta que se debe evitar el uso delimpiadoresabrasivos, ya que pueden amarillearlos.
Por otra parte, elige siempre telas resistentes a la intemperie para vestir tus muebles de exterior. Entre ellas, los más empleadas son:
- Textileno: se seca con rapidez y resiste bien a los rayos del sol. Es el que se suele emplear para las tumbonas.
- Poliéster o algodón con tratamientos impermeabilizantes: aportan durabilidad y resistencia media a los rayos UV. El poliéster es más económico y el algodón proporciona sensación de naturalidad.
- Fibras sintéticas (polipropileno, nylon, etc.): son muy resistentes a la intemperie ya que repelen el agua, resisten los rayos UV, son antibacterianas y se lavan con facilidad.
Prevenir mejor que curar
Sin duda, instalar un toldo o parasol en tu terraza que impida la acción directa de los rayos del sol sobre tus muebles y que los preserve del agua de la lluvia, contribuirá a su mejor conservación.
En su defecto, se pueden tapar con una lona impermeable en el caso de que no se vayan a utilizar durante un largo periodo de tiempo. En el caso de segundas residencias es una opción más que aconsejable.
Por otra parte, mantenerlos limpios también contribuirá a que parezcan nuevos:
- Emplea agua y jabón de PH neutro para limpiar los muebles de madera, enjuágalos para eliminar los residuos y secarlos con un trapo para retirar el exceso de humedad.
- Elimina el polvo y suciedad de los muebles de fibras naturales con una hidrolimpiadora o con una pistola sopladora.
- No utilices estropajos para limpiar los muebles de metal, ya que pueden levantar la pintura y favorecer la corrosión.
- Si tus muebles blancos de fibras sintéticas han amarilleado, prueba a limpiarlos con agua oxigenada. Puede que no haga milagros, pero mejorará su aspecto.
Los rayos del sol y la humedad de la lluvia pueden llegar a deteriorar nuestros muebles de exterior, independientemente del material con el que se hayan fabricado. Para prolongar su vida útil y conservarlos como el primer día, Mari Luz Santander, experta en bricolaje y hogar de ManoMano y autora del canal de YouTube BricoydecoTV, nos indica algunos trucos y recomendaciones que debemos conocer.