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Por qué Churchill convirtió el pintalabios en un bien de primera necesidad
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una cuestión psicológica y social

Por qué Churchill convirtió el pintalabios en un bien de primera necesidad

Durante la II Guerra Mundial el primer ministro consideró indispensable este producto para "levantar la moral". Actualmente se utiliza como indicador económico en las crisis

Foto: Winston Churchill.
Winston Churchill.

"¡La belleza es tu deber!" ("Beauty is your duty!") rezaba la edición británica de ‘Vogue’ en 1941. Durante la II Guerra Mundial, la consigna de la revista –que en inglés rima– se convirtió en un acto de compromiso patriótico, ensalzado por el propio Winston Churchill. Aunque la industria de la belleza pueda parecer superflua en tiempos de necesidad, muchos gobiernos la han considerado imprescindible por una cuestión psicológica y social.

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Foto: iStock

Aunque los británicos paralizaron la producción de la gran mayoría de productos que no fueran estrictamente necesarios, el primer ministro de Reino Unido decidió hacer una excepción con el pintalabios ya que su uso “levantaba la moral de la población”, según recoge la propia ‘Vogue’ en una edición actual. Por ello, fue considerado producto de primera necesidad. Mientras que algunos bienes como los huevos y las salchichas eran racionalizados, los lápices de labios, por lo general, se dispensaban con la misma asiduidad que la harina.

Churchill pidió a las mujeres que lo utilizaran como acción para levantar el ánimo de los soldados que luchaban por volver a su tierra con esas esposas que no habían perdido un ápice de belleza. También hay que recordar el odio mostrado por Adolf Hitler hacia la cosmética, otra buena razón para reclamarlo.

Además, según la ‘BBC’, las mujeres sabían que debían estar preparadas en caso de que les tomaran fotos que posteriormente llegarían a manos de los alemanes. Ellas eran, de alguna forma, las responsables de dar la imagen del país al exterior.

Cabe destacar que en los tiempos que el abastecimiento era menor contemplaban hasta el último recurso para estar maquilladas: remolacha como pintalabios, cera para botas como sombras de ojos y hasta salsa de carne asada para pintarse una vena a lo largo de la parte posterior de las piernas y así hacerle creer a los nazis que hasta tenían medias de nylon.

Mientras que algunos productos como huevos y salchichas eran racionalizados, los pintalabios se dispensaban con la misma facilidad que la harina

“Eran vidas ordinarias impactadas por acontecimientos extraordinarios”, explica la historiadora Laura Clouting a ‘The Telegraph’. “Si el gobierno interviene cada parte de tu vida y todo está cambiando a tu alrededor, tu apariencia era lo único que podías controlar tú mismo”.

La historiadora relata que al principio, incluso, era divertido maquillarse, ya que existía un sentimiento aunador de "todas juntas". Además, las principales marcas de cosméticos crearon envases patrióticos y tonos con nombres como ‘rojo combatiente’ o ‘rojo de regimiento’.

La teoría del pintalabios rojo

Este elemento de maquillaje no solo fue indispensable para levantar la moral en una época tan dura; también es un producto que incrementa sus ventas en los peores momentos económicos, por lo que algunos lo llegan a considerar casi como a un indicador económico. La teoría del pintalabios rojo ('the lipstick effect') explica que, en épocas de crisis, las ventas de labiales –y, en especial, los de color rojo– suben considerablemente. Hace unos años, Leonard Lauder, presidente de la empresa Estée Lauder, comprobó con sorpresa en la última recesión económica, y en los meses previos a la misma, que las ventas de pintalabios se disparaban.

Foto: La OCU no recomienda algunas barras de labios. (Foto: Pexels)

Un estudio realizado en el año 2012 por laTexas Christian University en Fort Wort, recoge estos datos. Según el análisis, en el 2008, cuando casi todas las empresas empezaron a mostrar caídas en las ventas en el marco de la crisis económica mundial, L'Oréal, una de las empresas de cosméticos más grande del mundo, se mostraba inmune a esa vorágine bajista. Y no solo eso: incrementó sus ventas un 5,3% ese año.

Y es que a medida que la crisis económica se acerca, los consumidores dejan de comprar bienes de lujo y los sustituyen por productos que cuestan menos y son más sencillos. En este supuesto, las mujeres dejarían de comprar moda y productos de belleza caros; y se centrarían en los más baratos, entre ellos el pintalabios de color rojo.

"¡La belleza es tu deber!" ("Beauty is your duty!") rezaba la edición británica de ‘Vogue’ en 1941. Durante la II Guerra Mundial, la consigna de la revista –que en inglés rima– se convirtió en un acto de compromiso patriótico, ensalzado por el propio Winston Churchill. Aunque la industria de la belleza pueda parecer superflua en tiempos de necesidad, muchos gobiernos la han considerado imprescindible por una cuestión psicológica y social.

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