Qué efectos puede tener mirar una pantalla más de ocho horas al día
Podemos sufrir desde fatiga visual a sensación de picor en los ojos. Pero también tiene consecuencias más graves, como el envejecimiento prematuro de la retina y del cristalino
Caminando por la calle, en el metro, en el trabajo, en casa o incluso en el gimnasio… Es difícil encontrar algún momento de nuestras vidas en que no estemos pendientes de una pantalla, pero ¿somos conscientes de cuánto tiempo pasamos realmente frente a ellas y los efectos que esto puede tener sobre nuestra salud?
Según los datos que arrojan diferentes estudios y encuestas, como el de un equipo de investigadores de distintas universidades del Reino Unido en un reciente ensayo publicado en la revista 'Plos One', podríamos asegurar que la media son nada más y nada menos que ocho horas diarias. Si bien en los mayores de 60 esta cifra puede verse reducida a unas cuatro horas diarias, los menores de 30 pueden pasarse hasta 10 horas al día (o más) mirando una pantalla, algo más de un tercio de las cuales pueden estar exclusivamente dedicadas al móvil. Es decir, si descansamos unas ocho horas al día, más del 60% del tiempo que estamos despiertos estamos pendientes de una pantalla.
Si las clasificamos por dispositivos, el nivel de adicción que provocan los móviles es el más alto (98%), seguidos de la televisión (91%) y el ordenador (89%).
Cuando hablamos de tanto tiempo dedicado a un hábito, es lógico que nos preguntemos por los efectos que puede tener sobre nuestra salud y lo primero a lo que tendemos es a pensar en lo que utilizamos más directamente para mirarlas: los ojos. “Los efectos que se pueden derivar del uso excesivo de las pantallas en nuestros ojos pueden ir desde la fatiga visual a la sensación de picor, la enfermedad del ojo seco, empezar a padecer una visión borrosa o incluso dolor de cabeza y en los párpados”, explica la Dra. Yolanda Iribarne, oftalmóloga del Hospital Quirónsalud Barcelona.
Es lógico pensar que, al usar una pantalla de manera excesiva y a una distancia relativamente corta (sobre todo las que son más pequeñas, como las de los 'smartphones' o las 'tablets'), vamos a tener que forzar nuestra vista. “Este sobreesfuerzo”, subraya la Dra. Iribarne, “puede contribuir a padecer fatiga visual e incomodidad, que puede ser precursora de migrañas, sobre todo en personas propensas a ello”.
También hay que tener en cuenta los efectos de la luz azul. Esta luz es propia de las pantallas LCD y led. A corto plazo, este tipo de luz afecta sobre todo a nuestro descanso, ya que activa un estado de alerta en el cerebro que no ayuda a relajarnos y por el cual nos cuesta más dormirnos y descansar durante la noche, llegando a provocar insomnio.
Por otro lado, es importante destacar que este tipo de luz tiene una longitud de onda dañina para nuestros ojos y “a largo plazo”, explica la Dra. Iribarne, “puede provocar el envejecimiento prematuro de la retina y del cristalino, convirtiéndose en uno de los principales factores de riesgo de la degeneración macular, principal causa de la pérdida de visión en los mayores de 60 años”.
Y ¿cómo podemos ayudar a paliar estos efectos? Si bien es inevitable que, en la mayoría de los casos, pasemos varias horas frente a pantallas simplemente por trabajo, sí podemos tomar algunas medidas que nos ayuden a aliviar el sobreesfuerzo al que sometemos nuestros ojos. La primera es utilizar gafas que contengan un filtro para la luz azul. Estas gafas disminuyen la fatiga visual provocada por el uso prolongado de pantallas. Otra medida importante es hacer descansos. “Lo ideal sería que, después de 20 minutos frente a una pantalla, pudiéramos descansar la vista durante un par de minutos mirando a una distancia lejana”, subraya la especialista. “La ergonomía juega también un papel importante en este sentido, ya que si mantenemos una postura correcta que mantenga la pantalla (bien del móvil, del ordenador o de la televisión) a una distancia apropiada, también evitaremos forzar la vista".
Finalmente, sentido común. Es cierto que, como decíamos anteriormente, son muchas las horas que pasamos frente a pantallas, pero ¿son realmente necesarias? No acostumbrarse a mirar el móvil hasta justo antes de irnos a dormir no solo nos ayudará a dormir mejor sino que también reducirá la exposición de nuestros ojos, aplicable también a la televisión. Caminar por la calle o disfrutar del paisaje cuando nos movemos en transporte público es, seguramente, una buena costumbre que deberíamos recuperar.
*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos para aclarar dudas referentes a mitos y creencias populares relacionados con la salud así como para combatir las falsas informaciones que se puedan generar en internet. Si tienes alguna duda sobre la consulta resuelta y quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud de Barcelona.
Caminando por la calle, en el metro, en el trabajo, en casa o incluso en el gimnasio… Es difícil encontrar algún momento de nuestras vidas en que no estemos pendientes de una pantalla, pero ¿somos conscientes de cuánto tiempo pasamos realmente frente a ellas y los efectos que esto puede tener sobre nuestra salud?