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Adelgazó 80 kilos para salvar la vida de su hermana pequeña
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NECESITABA UN TRASPLANTE DE RIÑÓN

Adelgazó 80 kilos para salvar la vida de su hermana pequeña

Jonathan Coronado pasó de los 165 a los 85 kilos para donar un riñón a su hermana pequeña. Esta es su historia

Foto: La pequeña Denise fue operada el pasado septiembre
La pequeña Denise fue operada el pasado septiembre

Por norma general, la gente suele adelgazar para sentirse mejor con ellos mismos, para tener una salud más fuerte y para sentirse más atractivos y gustar a los demás. Estas son, quizás, las motivaciones más habituales que tenemos a la hora de perder peso.

Sin embargo, hay ocasiones en las que nos mueve un objetivo más desinteresado, como es el caso de Jonathan Coronado, que perdió la increíble cantidad de 80 kilos… y no solo por su propio bienestar.

Foto: Uno de cada cinco británicos, más de 13 millones de personas, son obesos (Reuters/Jacky Naegelen)

Hasta la fecha, Coronado, de 31 años, siempre había sido “corpulento”, pero nada ni nadie habían logrado motivarle para empezar a perder peso, a pesar de que los 165 kilos que lucía en su poco más de 1,60 metros de altura le indicaran que debía hacerlo.

Por su hermana

Pero hubo un hecho que le hizo recapacitar. Su hermana Denise, de 13 años, tenía un trastorno en la sangre, conocido como púrpura de Henoch-Schonlein, que provoca que la inflamación y sangrado en los vasos sanguíneos pequeños de la piel, las articulaciones, los intestinos y los riñones.

Denise sufría trastorno en la sangre, conocido como púrpura de Henoch-Schonlein, y necesitaba un riñón

Tras un período sufriendo esta dolencia, los médicos concluyeron que la única manera de que la niña tuviera una vida normal era recibiendo un trasplante de riñón. Jonathan, nuestro protagonista, era la persona más adecuada para la donación debido a su parentesco, pero había un problema: su sobrepeso desaconsejaba la intervención.

Así, Coronado decidió perder peso para ayudar a su hermana y poder cederle su riñón, como relata a Today.com. Según cuenta, comenzó simplemente vigilando lo que comía y eliminando paulatinamente determinados alimentos, como refrescos, galletas o pan.

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UK --- Close up of man measuring waist with tape measure --- Image by © David Harrigan/ableimages/Corbis

"Aprendí a medida que avanzaba", señala. "Cuanto más peso perdía, más confianza ganaba. Las dietas (saludables) se han convertido en un hábito para mí”. Al mismo tiempo, fue añadiendo también el ejercicio, con pequeños paseos alrededor de un parque, a su proceso de adelgazamiento, pero siguiendo su estrategia con la comida: poco a poco.

Fue fácil cuando quise

A los seis meses de iniciar su plan para adelgazar, ya había perdido 45 kilos, que era su objetivo inicial. Pero, viendo el éxito de sus esfuerzos, decidió seguir adelante: "Sentí que necesitaba perder más, así que reajusté mi dieta y mi ingesta de calorías", comenta.

"Ella está empezando a salir y divertirse y hacer las cosas que no podía hacer antes"

Empezó a levantar pesas y hacer más actividad cardiovascular en el gimnasio, mientras que optaba por comer comidas caseras en lugar de comida rápida. Coronado perdió otros 28 kilos y se sentía genial, pero necesitaba deshacerse de un poco más para poder donar su riñón a su hermana. Ese momento llegó cuando alcanzó los 85 kilos.

Foto: Santiago Segura en una imagen de archivo. (Cordon Press)

El pasado septiembre se produjo la operación. Denise se está recuperando de una manera satisfactoria y muy cerca de poder hacer una vida normal. “Fue un cambio de vida para ella. Empezó a ser más feliz", afirma Coronado. "Ella está empezando a salir y divertirse y hacer las cosas que no podía hacer cuando estaba con la diálisis... Me hace feliz verla de esa manera", concluye.

A pesar de su desinteresado esfuerzo, Coronado reconoce que se siente orgulloso de haber perdido tanto peso y de haberse mantenido, ya que ahora pesa en torno a 90 kilos. "Tienes que querer hacerlo si quieres perder peso. Fue fácil cuando quise”.

Por norma general, la gente suele adelgazar para sentirse mejor con ellos mismos, para tener una salud más fuerte y para sentirse más atractivos y gustar a los demás. Estas son, quizás, las motivaciones más habituales que tenemos a la hora de perder peso.

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