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La ciencia de la infidelidad: ¿son las mujeres monógamas por naturaleza?
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La ciencia de la infidelidad: ¿son las mujeres monógamas por naturaleza?

Observando el comportamiento sexual de los chimpancés pigmeos podemos aprender mucho sobre nosotros, señala la periodista y antropóloga Wednesday Martin

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Podrá gustarnos más o menos, pero lo cierto es que nuestros antepasados más cercanos son los primates. ¿Alguna vez has visitado un museo arqueológico y te has preguntado cómo eran las prácticas sexuales de nuestros tatarabuelos más "simiescos"? Si la respuesta es positiva estás de suerte, porque la periodista y doctora en Antropología Wednesday Martin también lo ha hecho.

La Antropología sirve para descubrirnos muchas cosas sobre nosotros mismos y, según la periodista cultural, para saber más debemos echar un vistazo a los bonobos, también conocidos como chimpancés pigmeos, los cuales no son tan famosos como los chimpancés comunes, porque raramente se ven fuera de su hábitat natural, pero son los parientes con los que guardamos más parentesco (por lo menos físico).

¿Puede la antropología ayudar a destruir el mito de la monogamia en la mujer?

Y además del parecido, Martin revela en su novela 'Untrue' (que se publicó en Estados Unidos el pasado mes de septiembre) que nuestros primos primates pueden enseñarnos mucho acerca de cómo operaba la sexualidad humana en el pasado.

Más allá de los prejuicios que aseguran que los hombres son polígamos e infieles por naturaleza y que las mujeres son las que buscan una única pareja, esa "media naranja" tan típica de cuentos y comedias americanas, los bonobos podrían mostrarnos otra realidad más acorde a los tiempos en que el ser humano aún no tenía wifi y comenzaba a poblar la tierra.

Las hembras bonobos

Y es que, como señala la periodista, las hembras bonobos son mucho más activas sexualmente que los marchos. Suelen ir en grupos, y cuando encuentran un macho que las atrae, se acercan sin timidez a él. Si este no se muestra receptivo, simplemente vuelven con sus amigas y se frotan los genitales con ellas. Esto puede llamar la atención o escandalizar más o menos -aunque Martin asegura que todos deberíamos ser más bonobos- pero no es algo tan alejado en el tiempo como pudiera parecer.

placeholder Mujeres de la tribu Himba (foto: Wikipedia)
Mujeres de la tribu Himba (foto: Wikipedia)

El pueblo seminómada Himba, del norte de Namibia, sin ir más lejos, realiza otras prácticas que a nuestros ojos occidentales podrían ser, cuando menos, sorprendentes. En épocas en las que los hombres se encuentran ausentes en las estaciones de ganado, las mujeres se dedican a otra ocupación: "Ir a un lugar lejano a buscar agua", lo que se traduce comúnmente como buscarse un amante. Martin revela que las mujeres interesadas en ir a recolectar agua paren hijos más sanos y fuertes que las que deciden mantenerse fieles a sus esposos.

La monogamia, una práctica egoísta

Es por ello que la autora asegura que, desde un punto de vista evolutivo, la insistencia de la monogamia en la mujer es una práctica bastante egoísta. ¿Podría ayudar realmente la Antropología a destruir el mito de que la mujer busca y necesita una única pareja?

Hay personas que no lo ven claro. Los que conocen a la perfección la llamada "evolución femenina" (término acuñado por los biólogos) aseguran que Martin se ha basado únicamente en ejemplos que apoyan su argumento, mientras que ha desdeñado aquellos que no le convienen (el de la mujer como guardiana del hogar y de las crías). Sea como fuere, la autora ha decidido romper algunos tabús con este libro, visibilizando a las mujeres poliamorosas que eligen tener varios compañeros de cama.

Podrá gustarnos más o menos, pero lo cierto es que nuestros antepasados más cercanos son los primates. ¿Alguna vez has visitado un museo arqueológico y te has preguntado cómo eran las prácticas sexuales de nuestros tatarabuelos más "simiescos"? Si la respuesta es positiva estás de suerte, porque la periodista y doctora en Antropología Wednesday Martin también lo ha hecho.

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