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Los despidos más idiotas del mundo, contados por los jefes
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Los despidos más idiotas del mundo, contados por los jefes

En la cultura popular, el jefe es ese tirano sin empatía que paga su mal humor con los subordinados... ¿pero qué harías tú con empleados así?

Foto: Bajo ningún concepto se permiten plantas en la oficina. (iStock)
Bajo ningún concepto se permiten plantas en la oficina. (iStock)

"Es una lata el trabajar, todos los días te tienes que levantar. Aparte de eso"... ten un poquito de por favor y no te ganes a pulso la tarjeta roja, hombre. Que una cosa es no ser perfecto y otra liarla como estos trabajadores con menos luces que una cueva prehistórica.

Si eres jefe, y no sueles encontrar público dispuesto a este tipo de anécdotas graciosas en un país con paro endémico como España, estas vivencias compartidas en 'Reddit' te harán sonreír con complicidad. Si como empleado te preocupan tus errores, también puedes relajarte: seguro que te sientes un subalterno modelo después de conocer estas ideas de bombero torero que pusieron a sus protagonistas en la calle.

¿Preparado? Adelante, de aquí solo dimitirás cuando tú lo desees.

¿Qué parte no has entendido?

'Lestermason', el usuario más valorado del hilo, tiene la siguiente anécdota: "Cada año en vacaciones advertía a los nuevos contratados: 'No importa lo tentador que sea, no robéis una tarjeta regalo de ningún cliente. Podemos trastrearlo y si os cogemos os despediremos. Cada año la gente lo intenta y les despedimos. No lo hagáis'. Y lo hacen de todas formas".

Otro gerente le contesta con un caso similar: "Una chica cargó la tarjeta regalo de un cliente y luego le dio el cambiazo por otra vacía. Fue lo suficientemente lista como para ir a otra tienda a utilizarla, pero lo suficientemente boba como para pedir descuento de empleada, lo que requería rellenar un pequeño formulario con su nombre y su número interno. Al ver la pila de tarjetas que estaba usando y a los clientes que se quejaban de que las suyas no funcionaban, solo hubo que sumar dos más dos".

Un empleado encerró a otro en un armario. El que estaba atrapado llamó a la policía desde dentro. Una auténtica pesadilla

"Un chico nuevo, de alrededor de 20 años, llamó diciendo que estaba enfermo y que pensaba que estaba teniendo un ataque al corazón. Como vivía justo enfrente del sitio donde trabajábamos, todos nos pusimos de pie y vimos a través del escaparate cómo metía los bártulos de playa en su camión y se iba con su novia. Fue despedido al día siguiente". Un plan sin agujeros...

"Tuve un empleado que encerró a otro en un armario. El que estaba atrapado llamó a la policía desde dentro del armario. Una auténtica pesadilla de Recursos Humanos". Imaginamos que para el cautivo tampoco sería muy agradable.

Esto parece difícil de superar, pero da pie a otro usuario y su experiencia no se queda atrás: "Tuvimos un trabajador que ató a otro con cinta americana a una silla y lo dejó en la trastienda. No pudo llegar a su teléfono pero Siri [sistema de reconocimiento de voz] llamó a la policía. Llegaron, le encontraron y le desataron. Los que estaban allí fueron despedidos en el momento, uno fue arrestado y el atado pasó más de cuatro horas en Recursos Humanos hasta que le ofrecieron una cantidad que le convenció a cambio de su silencio. Fue un día de locos".

"Ofrecí el trabajo a uno de los candidatos, pero tuve que salir de la oficina para hacer un papeleo. Volví y el bonobús que estaba en la mesa había desaparecido. Lo había robado él. Le pedí que lo devolviera porque se le había caído a otro candidato. Dijo que él lo necesitaba más y salió por la puerta". Muy lógico. Otros usuarios se preguntan: "¿No sabía que con un sueldo se pueden comprar productos y servicios?".

"Una joven decidió empezar a robar algunos de los productos del almacén y venderlos por eBay", cuenta otro 'Redditero'. Pero además los vendía como nuevos, con garantía de fábrica. "En solo dos semanas nos llamaron del departamento técnico con los números de serie. No los habíamos registrado como vendidos en el sistema. Una breve investigación nos condujo a ella. Fue despedida, por supuesto, y se tomaron acciones legales, pero la cara triste de la historia es que su padre trabajaba allí también, y tuvimos que obligarle a quedarse en casa sin paga hasta que se aclarara todo".

"Era supervisor en unos grandes almacenes cuando estaba en la universidad. Otro supervisor oyó de pasada como un empleado le decía a alguien que tenía un porro en el bolsillo. Mi jefe llamó al empleado al despacho para verlo con los de RRHH. Le preguntaron si realmente tenía maría. ¿Su respuesta? 'No, ya me la he fumado'. Casi nos morimos de la risa". Normal.

Robó un manojo de plátanos en el comedor universitario donde trabajaba. En serio. Se acercó a la zona de servicio y los escondió en la mochila

"Uno probó las bebidas de dos clientes para asegurarse de que no confundía los pedidos entre sí... delante de los clientes". A eso se le llama implicarse en cuerpo y alma en la satisfacción de tu público.

"Un chico de unos 22 años agarró y toqueteó los pechos de una empleada de 16. No hablaba nuestro idioma y para explicarse y defenderse hacía gestos claramente obscenos. ¿Su razón para acosar a una adolescente? 'Tenía los pechos muy grandes y no podía creerlo". Había que hacer una comprobación in situ.

"Despedí a un empleado una vez porque le vimos a través de la cámara de seguridad arrojando platos al contenedor de la basura". Puede parecer extraño, pero la explicación tiene mucho sentido: "Le habían contratado para lavarlos". La ley del mínimo esfuerzo elevada a categoría de arte.

"Mi jefe tuvo que despedir a uno que se metió cocaína en los baños e intentó sacarse los ojos. Supongo que es lo que pasa cuando te ves obligado a trabajar de teleoperador". Y más de un cliente acosado en su casa se los ha llegado a sacar, nos apostamos lo que sea.

Atención a esta vivencia impagable: "Teníamos una secretaria y nos preguntábamos qué hacía todo el día, porque parecía que el trabajo no avanzaba. Un día me harté y miré su ordenador. Se estaba prostituyendo y se comunicaba con sus clientes usando el e-mail del trabajo".

El siguiente caso tiene la disculpa de la edad. Un chaval trabajaba en un comedor universitario y esto fue lo que hizo según su jefe: "Robó un manojo de plátanos. En serio. Tenía comidas gratis los días que trabajaba allí. Ese día no trabajaba, se acercó a la zona de servicio, escondió los plátanos en la mochila e intentó pagar solo lo que tenía en la bandeja. Pasó por la caja y le preguntaron si había olvidado algo... quizá en la mochila... Lo negó. Le despidieron fulminantemente. Lo peor es que tenía tickets para comer todo el semestre, no sé por qué tuvo el impulso de robar plátanos".

Pero en fin, a veces hay que ser espontáneo.

"Es una lata el trabajar, todos los días te tienes que levantar. Aparte de eso"... ten un poquito de por favor y no te ganes a pulso la tarjeta roja, hombre. Que una cosa es no ser perfecto y otra liarla como estos trabajadores con menos luces que una cueva prehistórica.

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