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Así es la vida cotidiana de una camarera con pechos grandes
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'las jefas son las peores'

Así es la vida cotidiana de una camarera con pechos grandes

Si no sabes mucho de servir mesas pero tienes buen cuerpo y no te importa llevar ropa ajustada, puedes elegir ser un tipo de camarera un poco especial. No todo es color de rosa

Foto: ¿Mis referencias? (eBay.com)
¿Mis referencias? (eBay.com)

Si hubiera publicado sin más su historia como denuncia indignada, probablemente se hubiera perdido en el maremágnum de opiniones, críticas y datos a medias que es internet. Pero lo que ha hecho es mucho más interesante y quizá lo ha aprendido en su trabajo como camarera de la cadena de restaurantes con camareras sexys por excelencia, Hooters.

Ha abierto un hilo en 'Reddit' en la sección AMA, “Ask Me Anything” (“Preguntadme todo lo que queráis”). Cuando se trata de ofrecerse a satisfacer la curiosidad generosamente y sin censura —y realmente lo ha hecho— los lectores lo agradecen y acuden como moscas a la miel.

Lo que cuenta va un poco más allá de lo que hubiéramos imaginado al ver la publicidad, bastante significativa de por sí, de esta famosa cadena de restaurantes, conocida por los deportes en directo y por las camareras ligeras de ropa que se comportan como si estuvieran ligando con cada cliente. Dice por ejemplo que se dan la vuelta de forma estudiada para que puedas admirar su trasero y que las fronteras entre los trabajadores no son las de un trabajo normal (incluyendo frotes de pezones).

Muñequita sexy

Nuestra protagonista se hace llamar 'hootiecutie', una mezcla algo enfermiza entre “linda” y “calentita” y por cómo oscila su discurso entre la crítica y el amor a su trabajo no sabemos hasta qué punto el nombre va en broma. Vive en Canadá, está licenciada en inglés e historia y quiere ser maestra o editora. De momento, como ella misma confiesa en el hilo, ha conseguido un buen trabajo gracias exclusivamente a sus grandes pechos.

“Llevo medio año trabajando en Hooters. He visto otros hilos del mismo tipo con chicas de la empresa, pero me dio la sensación de que no eran cien por cien sinceras. Soy tímida, tranquila, friki… Lo contrario a lo que te imaginas que es una chica Hooters, pero me contrataron”. Lo demuestra con fotos de sus uniformes y de su último cheque.

Los habituales no se pueden describir con palabras. No quiero decirlo aquí porque podría traicionarme

“¿Te cuesta respetar a los clientes? Ya sabes que la mayoría va porque ha visto las imágenes con camareras tetonas”. Ante esa pregunta directa, la camarera reconoce que los habituales se le hacen difíciles de respetar, pero que la media de clientes le parecen como los de cualquier restaurante. La misma usuaria curiosa le dice: “Me da miedo preguntar cómo son los habituales” y ella contesta: “No se puede describir con palabras. No quiero decirlo aquí porque podría traicionarme” y se emplazan a mensajes privados.

Le preguntan también por la política de maquillaje, porque parecen muy pintadas. Comenta que oficialmente deben llevar por lo menos colorete o bronceador, barra de labios y rímel, pero que en la práctica no vale solo un poco. “Cuando entré, opté por un aspecto más natural y me dijeron que tenía que maquillarme más”. Nada que no suceda en El Corte Inglés, por ejemplo, pero eso no es todo.

“Siempre he tenido curiosidad por el proceso de selección. ¿Sabes si tienen prejuicios en cuanto al físico? ¿Serías capaz de contarnos qué esperaban de ti o qué tuviste que hacer?” La clave aquí es que a las camareras de Hooters las contratan como trabajadoras de entretenimiento (y es obvio que parecen más bien animadoras), no como camareras, así que tienen derecho a exigir cierto físico y así nos lo aclara esta anónima.

'Roces' con compañeros

Tras la entrevista con el segundo encargado, le dijeron que volviera al día siguiente para conocer al primero y que debía quitarse la laca de uñas (no por higiene, no valía ese color) y ponerse más maquillaje. Lo hizo. El encargado le hizo unas preguntas sobre ella, le dijo que se probara el uniforme y ahí acabó la cosa, ya estaba dentro. Al día siguiente, cuando rellenó el papeleo firmó un impreso: “Decía que entendía que me acosarían sexualmente y que me parecía bien. Fue muy fácil, nunca me pidieron referencias”. No podemos conocer la redacción exacta, aunque está claro que la empresa está potenciando un tipo de cliente con sus llamativos pósters. Los límites del halago y los comienzos del acoso a veces son difíciles de trazar, pero por si acaso de entrada la empresa avisa.

Cuando alguien ofendido en el hilo le pide más detalles de este punto, contesta que en efecto “es bastante jodido”. “Irónicamente, tienen una política detallada sobre que está cien por cien mal acosar a los cocineros (todos hombres)”. Dice que en general el ambiente está sexualmente cargado. “Las chicas sacuden las tetas y se frotan los pezones entre ellas todo el rato, y todo el mundo se llama papi y mami”. Ante la queja de otra trabajadora que niega que sea algo general (en su restaurante no pasa), aclara: “No me parece mal la atmósfera sexual entre los miembros del equipo, es divertido”. Pero dice que sí la han acosado, a ella y a otras compañeras.

Las limitaciones estéticas son muchas y estrictas, según esta chica. Nada de joyería, nada de mechas llamativas (máximo dos tonos de diferencia), ni raíces, sin tatuajes a la vista, en las uñas siempre manicura francesa en colores suaves… Y dice que las jefas mujeres son las peores. A pesar de tener todas esas normas de bellezano disponen de tocador, lo cual es incómodo y claramente contradictorio con la idea de que son 'entertainers' y no simples empleadas de hostelería.

Tengo las tetas (reales) más grandes de mi restaurante. No me molesta que me cogieran por eso, creo que fue inteligente

Dice que si parecen estar siempre flirteando es solo por la propina, para tristeza de algún usuario decepcionado. “Es un 98% falso. En cuanto me giro, la sonrisa desaparece”.

También reconoce que de vez en cuando es incómodo ver a clientes chicas a las que el ambiente no les hace gracia. “El otro día una novia o mujer no dejaba a su chico que hablara conmigo ni para pedir la comida”.

Oferta y demanda

En cuanto al dinero, no nos sorprende saber que pagan el mínimo que pueden y que evitan a toda costa tener que remunerar horas extra.

“¿Molesta saber que te contrataron por tus tetas y no por ser buena en tu trabajo? Aquí 'hootiecutie' no se amilana: “Creo que tengo las tetas (reales) más grandes de mi restaurante y de las mejores en general, y además soy de las pocas que trabaja de verdad. No me molesta que me cogieran por eso, porque creo que fue increíblemente inteligente. No tenía ninguna experiencia ni contactos, me cogieron por mi físico. Trabajaré aquí un poco más, cogeré experiencia y encontraré otro trabajo mejor”.

Aun así, lo tiene claro. “Es mucho mejor que alguno de los otros empleos que se pueden encontrar por aquí sin experiencia”. Lo importante, parece demostrarnos su experiencia, es no engañarse ni dejarse manipular. Algo que, a ciertas edades, no es fácil.

Si hubiera publicado sin más su historia como denuncia indignada, probablemente se hubiera perdido en el maremágnum de opiniones, críticas y datos a medias que es internet. Pero lo que ha hecho es mucho más interesante y quizá lo ha aprendido en su trabajo como camarera de la cadena de restaurantes con camareras sexys por excelencia, Hooters.

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