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Cinco sencillísimos hábitos para perder grasa (científicamente probados)
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Cinco sencillísimos hábitos para perder grasa (científicamente probados)

Vaya, has estado a tope en el gym y no has adelgazado lo que querías o, peor, vuelves de las vacaciones y estás igual que cuando empezaste la rutina saludable. Puedes evitar que vuelva a ocurrir

Foto: Lo estás haciendo mal, obviamente. (iStock)
Lo estás haciendo mal, obviamente. (iStock)

Continuamente estamos pendientes de averiguar qué propone la última dieta milagro o el truco definitivo del momento para acelera la pérdida de grasa a la par que reducimos los esfuerzos necesarios. Queremos que sea rápido e indoloro –tampoco pretendemos poner en riesgo nuestra salud– pero muchas veces no conseguimos los resultados por falta de constancia, porque no hemos escogido el método adecuado o, lo peor, porque en cuanto empezamos ver que perdemos peso nos saltamos los pasos de la dieta. ¡Error!

Comer bien no tiene por qué ser complicado. Es más, cuanto más sencillo sea el método que te propongas más posibilidades tendrás de que sea un éxito y de mantenerlo en el tiempo hasta convertirlo en tu modelo de alimentación. He aquí cinco hábitos que, según los nutricionistas, pueden ayudarte de verdad a perder peso lleves o no un tiempo haciendo dieta, seas un loco del fitness o un amante de pasar las tardes abrazado a tu batamanta, comas de tupper o tengas tu huerto ecológico en casa. Valen para todos.

1. Dime lo que comes...

Si, como habrás escuchado, para perder grasa hay que quemar más calorías de las que se ingieren, ¿qué tengo que comer para no engordar? No te vuelvas loco a comprar productos light, adelgazantes o quema grasas.

Antes de ponerte a contar calorías, es importante que te preocupes por los alimentos que comes: “Si no te conciencias sobre los alimentos básicos que debes comer, cualquier estrategias de alimentación que sigas será son inútil”, asegura Julian Hayes en el Huffington Post. ¿Qué sueles comer? Lo que hay en tu nevera, ¿verdad? Pues desintoxícala de alimentos procesados, altos en grasas, llenos de calorías y azúcares y empieza a llenar las baldas de comida fresca, nutritiva, rica en proteínas, minerales y vitaminas. Esto incluye desde verduras y hortalizas hasta carnes y pescados. Aprender a escoger alimentos saludables será la mejor manera de activar la pérdida de peso por encima de cualquier dieta milagrosa extrema (especialmente si ésta requiere poca o ninguna actividad física complementaria, ojo)

2. Macronutrientes: en el equilibrio está la virtud

“Vivimos en un mundo de extremos”, comenta Hayes, quien dice que las recomendaciones en nutrición pueden cambiar de la noche a la mañana de prohibir a recomendar los carbohidratos, las grasas, los almidones, las proteínas… Ni eliminarlos de nuestra dieta ni convertirlos en el alimento base. Todo tiene su hueco y cantidad idónea.

Los expertos en nutrición coinciden en que hay que prestar especial atención a los macronutrientes, que son los que suministran la mayor parte de la energía metabólica del organismo. Los principales son glúcidos, proteínas, y lípidos, y se diferencian de los micronutrientes –las vitaminas y minerales– en que estos son necesarios en pequeñas cantidades para proporcionar la energía y los materiales de construcción esenciales para el crecimiento y la supervivencia de los seres vivos.

Si dejas la elección de alimentos a lo que se te ocurra cada día acabarás agotado, sin ideas ni ganas de tenerlas y optarás por repetir menú

Cada macro tiene un papel fundamental para conseguir perder grasa y hay que encontrar la cantidad óptima. Por ejemplo, los carbohidratos y azúcares son fundamentales para dotar al cuerpo de energía; las grasas son beneficiosas porque ayudan a saciar el hambre y a mantener los niveles hormonales adecuadamente, y las proteínas tienen un papel clave en el crecimiento de las uñas, la piel, el cabello y los músculos: “Hay que buscar la moderación y el equilibrio porque es lo único que conduce a una pérdida de peso duradera. Las conductas extremas pueden funcionar a corto plazo, pero es bastante común que recuperemos los kilos perdidos al poco tiempo (a menudo con exceso de peso)”, insiste autor.

3. Sigue un menú diario

Es importante que sepas qué vas a comer cada día y tengas una previsión de qué ingredientes puedes necesitar para preparar los platos, el tiempo que te va a llevar cocinarlos y cómo combinarlos correctamente para variar tu dieta diaria y conseguir que sea lo más saludable posible. Ni todos los días lechuga ni todos los días carne.

Si dejas la elección de alimentos a lo que se te ocurra cada día acabarás agotado, sin ideas ni ganas de tenerlas y optarás por repetir menú. Por no hablar de que probablemente algún día te dé tanta pereza que comas lo primero que se te antoje… Ahí tienes el principio del fin de tu fuerza de voluntad para mantener una alimentación saludable que te ayude a mantenerte en tu peso ideal.

“Comienzas el día al 100%, pero decidir sobre un sinnúmero de pequeños detalles a lo largo de la jornada, como qué ponerte, cómo llegar al trabajo, cuántas tareas tienes que realizar… Todo esto agota tu fuerza de voluntad”, comenta Hayes, quien recomienda automatizar la mayor cantidad de hábitos posibles para evitar la fatiga mental y la toma de decisiones. Desde la comida al ejercicio o los ratos de ocio total. Es la mejor forma de no sabotear tu dieta ni tu fuerza de voluntad.

4. Prueba y error: tu dieta ideal

El régimen perfecto es el que mejor se ajusta a tu personalidad, objetivos y estilo de vida. Y para ello no hay una receta mágica más que ir probando hasta dar con la combinación de alimentos y hábitos saludables –entre los que obviamente algo de ejercicio debes incluir– que encajen en tu día a día.

Debes esforzarte por encontrar una dieta que puedas seguir casi sin esfuerzo y que no suponga un cambio radical en tu forma de vida, es decir, no se trata de modificar por completo tu forma de comer sino adaptarla para que sea más saludable y te ayude a perder peso. Puedes engañarte a ti mismo obligándote a seguir una determinada dieta y tabla de ejercicios más estricta al principio para que al adoptar una moderada te resulte más sencillo llevarla a cabo.

5. Mentalízate

“No somos perfectos. La perfección es una fantasía que si esperas alcanzar se convierte en el camino más directo para la decepción”, explica Hayes. A veces ocurren cosas y no tienes tal alimento a mano para comerlo en la hora exacta a la que deberías o, ¡nooo!, el gimnasio está de obras y no puedes ir a hacer tus ejercicios. ¿Y qué?

Saltarnos la dieta y el ejercicio por culpa de algún día o temporada de altibajos no tiene porqué arruinar todo el progreso conseguido ni acabar con nuestra dieta ni tabla de ejercicios. Tampoco dramatices. Por ejemplo, aunque te saltes tu dieta 3 días al mes seguirás cumpliendo con el 90% de tus objetivos y apenas se notarán la mínimas consecuencias de tus caprichos. Relájate.

Ten en mente tu estrategia y asume que tu nuevo estilo de vida saludable es a largo plazo, pero recuerda, no merece la pena vivir obsesionado con una dieta que te tenga encarcelado de por vida, adáptala a las circunstancias sin abandonarla a la mínima, y te encontrarás con tu nuevo tú: mucho más saludable y en su peso ideal.

Continuamente estamos pendientes de averiguar qué propone la última dieta milagro o el truco definitivo del momento para acelera la pérdida de grasa a la par que reducimos los esfuerzos necesarios. Queremos que sea rápido e indoloro –tampoco pretendemos poner en riesgo nuestra salud– pero muchas veces no conseguimos los resultados por falta de constancia, porque no hemos escogido el método adecuado o, lo peor, porque en cuanto empezamos ver que perdemos peso nos saltamos los pasos de la dieta. ¡Error!

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