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Un año del referéndum del Brexit: nueve claves para entender sus consecuencias
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doce meses después, sigue la incertidumbre

Un año del referéndum del Brexit: nueve claves para entender sus consecuencias

Se cumple un año del histórico referéndum. Estas son las claves para entender cómo empezó todo, cuál es la situación y cómo arrancan unas negociaciones sin precedente

Foto: Manifestantes contrarios al Brexit protestan en Trafalgar Square, Londres, el 28 de junio de 2016. (Reuters)
Manifestantes contrarios al Brexit protestan en Trafalgar Square, Londres, el 28 de junio de 2016. (Reuters)

Se cumple un año desde que los británicos acudieran a las urnas para participar en un referéndum histórico. Sin esperarse, ganó el Brexit por el 51,9% de los votos frente al 48,1% que apostó por la permanencia. Se abría una nueva era en el Viejo Continente. Doce meses después, la palabra que sigue protagonizando el discurso es, sin embargo, la misma: incertidumbre. Sobre todo ahora que Westminster cuenta con un Parlamento sin mayorías tras unas elecciones generales en las que el Partido Conservador, de nuevo, ha perdido el órdago. Aquí las claves para entender cómo empezó todo, cuál es ahora la situación que se vive en Reino Unido y cómo arrancan unas negociaciones sin precedente alguno.

¿Por qué se convocó el referéndum?

Es esencial destacar el papel del UKIP. La formación euroescéptica se fundó en 1993, precisamente como resultado de una revuelta interna 'tory' tras la firma de John Major en el Tratado de Maastricht. Tras las elecciones de 2010, donde David Cameron no logró mayoría y se vio obligado a formar coalición con el europeísta Liberal Demócrata, el entonces líder del UKIP, Nigel Farage, comenzó a despuntar con un discurso anti-inmigración y anti-UE hasta el punto de convertirse en el protagonista absoluto de los comicios locales y europeos de 2014.

Para entonces, la presión de las filas conservadoras era ya insostenible y Cameron prometió que, si era reelegido en 2015, convocaría un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en el bloque. Ganó y cumplió su palabra. La cuestión europea siempre había sido un asunto peliagudo en sus filas y pensó que así se pondría fin al debate. Envalentonado tras ganar el órdago en Escocia, volvió a apostar todas sus cartas, convencido de iba a ganar. Pero en esta ocasión, la jugada no le salió.

La división de un país

La salida de la UE solo triunfó por una ventaja de 1,2 millones de papeletas. La sociedad quedó completamente divida, sobre todo entre generaciones, ya que la mayoría de jóvenes votó por la permanencia. Después del Brexit, llegó el “Bregret”. Miles de ciudadanos admitieron públicamente que “lamentaban” haber votado por el divorcio. Hubo enfrentamientos también entre familias, sobre todo aquellas con uno de los miembros europeos, ya que cónyuges británicos fueron conscientes sólo a posteriori de los efectos que esto podría tener en la residencia de sus parejas. Pero la personalidad británica es pragmática y ahora, una vez asumido, la sociedad solo quiere llegar al mejor acuerdo de salida posible.

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El terremoto político sin embargo continúa

El triunfo del Brexit causó un auténtico seísmo en Westminster, donde las réplicas no han dejado de sucederse en todas las formaciones:

Partido Conservador: Tras la dimisión de Cameron, ni el mejor guion de Juego de Tronos o House of Cards podía competir con lo que sucedió inmediatamente en las filas tories. Se vivieron tradiciones, ejecuciones políticas y pactos secretos entre enemigos.. El popular Boris Johnson, el político que siempre había soñado con Downing Street, moría en la primera escena shakespeariana tras el ataque por la espalda de Michael Gove y Theresa May, que no había destacado especialmente por su carisma, acabó siendo primera ministra. Un año después, tras el fiasco en las elecciones generales de este mes, el partido está aún más dividido y se ha abierto de nuevo otra batalla por el liderazgo con los mismos actores en puesta en escena.

Partido Laborista: los diputados aprovecharon el triunfo del Brexit para organizar una revuelta interna que acabó con la convocatoria de primarias. Querían quitarse de encima a toda costa a Jeremy Corbyn, un líder puesto por la bases pero nunca reconocido por las filas. Y una vez más, de nuevo por las bases, el veterano político fue reelegido. Nadie apostaba por él para las elecciones generales, pero tras los buenos e inesperados resultados ahora la oposición está más unida que nunca.

Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP): La formación euroescéptica se ha quedado sin razón de ser y en las elecciones generales ha desaparecido del mapa de Westminster. Tras la marcha de Nigel Farage, el partido vive en constante crisis y actualmente busca nuevo líder.

placeholder Nigel Farage espera el inicio de un debate sobre el Brexit en el Parlamento Europeo. (Reuters)
Nigel Farage espera el inicio de un debate sobre el Brexit en el Parlamento Europeo. (Reuters)

¿Quién negociará ahora el Brexit?

Esta es una de las grandes preguntas que se hacen incluso en Bruselas. Tras activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa para solicitar oficialmente el divorcio, Theresa May convocó elecciones con el convencimiento de que reforzaría su liderazgo para este periodo de dos años de negociaciones. Sin embargo, acabó perdiendo la mayoría absoluta y su supervivencia política depende ahora del apoyo de los 10 diputados norirlandeses del DUP con lo que, a día de hoy, sigue sin llegar a un acuerdo. Es tal la debilidad de la 'premier' y la guerra civil en la que se encuentra el Partido Conservador que no se descarta unos nuevos comicios el próximo año. Por lo tanto, se pone en duda que May vaya a ser la interlocutora durante todo el proceso. Bruselas advierte que se debe cumplir el calendario y el Reino Unido debe abandonar el bloque en primavera de 2019.

¿Qué pide Londres a Bruselas?

Tras meses repitiendo que “Brexit significa Brexit”, May anunció finalmente en enero que quería también sacar al país del mercado único y la unión aduanera, aunque aspira a un acuerdo para mantener una zona sin barreras ni tarifas con el resto de la UE. Así mismo, quiere mantener la libertad de movimiento entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. Para controlar la inmigración, asegura que el país seguirá abierto a la llegada de personas de "talento y brillantes", pero quiere reducir la migración neta (diferencia entre los que entran y salen del país) por debajo de los 100.000. Por otra parte, para ejecutar el Brexit de manera ordenada, pide un periodo de transición. Sin embargo, al haberse quedado sin mayoría debe llegar ahora a un consenso con todas las formaciones de Westminster, lo que podría facilitar un Brexit más suave.

¿Qué pide Bruselas a Londres?

Las tres prioridades fijadas son preservar los derechos de los 3,3 millones de europeos que viven en Reino Unido y de los 1,5 millones de británicos que viven en la UE, evitar una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda y fijar la suma que el Reino Unido deberá pagar por salir del bloque para cumplir con los compromisos adquiridos previamente. De momento no hay nada oficial, aunque el 'Financial Times' habla de 100.000 millones de euros, cifra que Londres se niega a pagar.

placeholder Billetes de euro y libra ante la palabra Brexit. (Reuters)
Billetes de euro y libra ante la palabra Brexit. (Reuters)

¿Y los comunitarios que viven en Reino Unido?

No ha sido hasta este jueves por la noche en la cumbre europea cuando May ha anunciado que a todos los comunitarios con cinco años de residencia legal se les concederá el estatus de "asentados en Reino Unido" para que gocen de los mismos derechos que los británicos en materia de sanidad, educación, prestaciones sociales y pensiones. A los que lleven menos de cinco años en el momento del Brexit, se les dará tiempo para acumular todo el plazo y lograr todos los derechos. En cuanto a la fecha de corte, especifica que debe estar entre el momento en que se activó formalmente el Brexit -el pasado 29 de marzo- y la fecha de salida –prevista para el 29 de marzo de 2019-. Eso sí, la oferta está condicionada a que la UE garantice la "reciprocidad" con el millón y medio de británicos que residen en el continente. Según el ministerio del Interior, más de 136.000 comunitarios ya han pedido un certificado de residencia en los seis meses posteriores al referéndum del 23 de junio.

La unión del reino en riesgo

Tras el triunfo del Brexit, la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, consiguió el apoyo del parlamento de Edimburgo para solicitar formalmente a Londres la convocatoria de otro referéndum de independencia. Sin embargo, tras las elecciones generales, el SNP se ha visto debilitado al perder 21 escaños por lo que no es muy viable que sigan insistiendo ahora en su propósito. Por su parte, en Irlanda del Norte, el Sinn Fein pide ahora celebrar un plebiscito sobre la unión con la república. Lo cierto es que Westminster está preocupado por la inestabilidad que se vive en la provincia británica, donde las instituciones autonómicas llevan suspendidas desde enero, ante la incapacidad de llegar a un pacto entre los católicos del Sinn Fein y los protestantes del DUP, que bajo el Acuerdo de Viernes Santo deben gobernar en coalición. Londres estaba actuando como mediador. Pero los republicanos denuncian ahora que el Ejecutivo central ha roto su neutralidad al querer pactar con el DUP para garantizar la supervivencia de May.

¿Cómo está económicamente el país?

En un principio, la economía británica mantuvo su fortaleza ante el seísmo. El PIB creció el 2% en 2016, dos décimas menos que en 2015, y aumentó un 0,6% en el último trimestre, después del referéndum. Sin embargo, los sueldos han comenzado ahora a caer en términos reales, lo que afectará inevitablemente a los estándares de vida. La inflación aumenta a más velocidad que la mejora de los salarios porque la imparable debilidad de la libra ha puesto una notable presión sobre el IPC. El consumo se ha visto afectado y eso es crucial en un país donde los servicios representan tres cuartos de la economía. El empresariado británico, que llevaba meses pidiendo a las autoridades que den garantías para alentar las inversiones, está también preocupado a raíz de los resultados electorales.

Se cumple un año desde que los británicos acudieran a las urnas para participar en un referéndum histórico. Sin esperarse, ganó el Brexit por el 51,9% de los votos frente al 48,1% que apostó por la permanencia. Se abría una nueva era en el Viejo Continente. Doce meses después, la palabra que sigue protagonizando el discurso es, sin embargo, la misma: incertidumbre. Sobre todo ahora que Westminster cuenta con un Parlamento sin mayorías tras unas elecciones generales en las que el Partido Conservador, de nuevo, ha perdido el órdago. Aquí las claves para entender cómo empezó todo, cuál es ahora la situación que se vive en Reino Unido y cómo arrancan unas negociaciones sin precedente alguno.

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